Leya & The Gentlemen. Foto: Natalia González.
Take the fire, el nuevo disco de Leya & The Gentlemen (antes editaron el ep Dreamers), funciona como vitalista válvula de escape a la situación que estamos viviendo. Su envolvente soul, con matices folk, sedosas melodías pop o emocionantes desviaciones jazz, es el refugio ideal. Canciones elaboradas con la precisión de un laboratorio y la emoción de la pasión por la música, ideales para que no se nos olvide bailar. Para conocer más sobre ellas y sobre el grupo, hemos indagado en su colección de discos. Estos son sus favoritos.
The Miseducation of Lauryn Hill (Lauryn Hill, 1998)
(Leya, voz) Es, para mí, uno de los mejores álbumes del siglo XX. La mezcla perfecta y elaborada de hip hop, soul y jazz. Tiene el brillo de Fugees y Wyclef Jean, pero esta vez, dirigidos por la gran Lauryn Hill, llegaron al apoteosis de su arte. Cada canción es una maravilla que toca tu alma y despierta tus sentidos. Es el resultado de muchas colaboraciones artísticas inspiradas en un mismo camino, creando en común, y cuando se junta el arte de cada uno de ellos es donde de verdad suenan maravillas. Para mí, contiene la mejor versión que se ha hecho nunca del temazo I love you baby!. Nunca me cansaré de escucharlo, y de hecho, Can’t take my eyes off of you es la primera canción que escuchó mi hija el primer día de su vida.
Hemispheres (Rush, 1978)
(Carlos Campos, guitarra y voz) Es uno de mis discos favoritos. Creo que en este álbum la banda alcanza un nivel increíble tanto a nivel compositivo como a nivel performativo, logrando hilar con suma delicadeza la parte conceptual del disco con los singles del mismo. Este trabajo supone una de las tracas finales del rock progresivo en los setenta, y es uno de los responsables de que me animara a tocar la guitarra eléctrica.
La Deriva (Vetusta Morla, 2014)
(Pablo Sampietro, batería) Es muy difícil quedarme con un solo disco, pero si tuviera que elegir uno, sería La Deriva, de Vetusta Morla. Por las letras, por las melodías, y porque todas las canciones son temazos (cosa que no he visto desde los Beatles). Cada canción es una historia por descifrar, con una elección perfecta del sonido y groove. No digo ninguna tontería al afirmar que Vetusta Morla es el grupo más perfeccionista de nuestro panorama y creo que eso es más que motivo suficiente para elegirlos entre mis discos favoritos.
Queen II (Queen, 1974)
(Iván Ramírez, bajo) Es, sencillamente, una obra de arte. Un viaje a través de lo onírico que te invita a perderte en multitud de complejas armonías vocales. Un cuadro barroco para los oídos. Y un eclecticismo, desde las baladas más dulces hasta los ritmos más heavys, con el que Queen demostraron ser la mejor banda de rock de la Historia (antes incluso de dar a luz el A Night At The Opera). Compadezco mucho a todos los que viven sin haber descubierto aún esta maravilla musical.
Aretha Now (Aretha Franklin, 1968)
(Javier Soler, saxofón) En mi caso, reconozco que siento cierta debilidad por el trabajo que realizan artistas como C. Tangana, la Rosalía o Billie Eilish, por el cuidado y el cariño con el que producen cada uno de sus temas, afinando hasta el más mínimo detalle. No obstante, si he de escoger un disco en concreto debo volver a mis orígenes: Aretha Now, de Aretha Franklin (1968, Atlantic) representa mi ritual de iniciación en la música, por lo que estoy ahora mismo estudiando en el conservatorio superior y por lo que decidí un dia colgarme un saxo. Un tema: You Send Me, pero podrían ser todos, este en concreto por lo simple de la intro, que enamora, por el que aprenderías a tocar el piano. ¡Disfrutad!
