Los detalles. Ahora que vivimos en tiempos del todo-ya, en los que si pestañeas te lo pierdes, los detalles marcan la diferencia. Hay un vídeo en youtube de una actuación de Pedro El Granaíno en el Alcázar. Cada vez, antes de arrancarse con el cante, se concentra, de tal manera que parece que viaje hacia dentro de sí mismo para coger impulso y salir. Esos segundos le definen. Lejos del postureo, de los requiebros para la galería, a su aire, como todos los años que lleva subido a tablaos y escenarios.
Pedro Heredia Reyes, El Granaíno, no ha grabado nunca un disco propio, ni falta que le hace. A los 18 años deja la ciudad que le bautizó artísticamente y marcha a Sevilla. Canta (y crece) con los Farrucos, colabora con su «hermano» Vicente Amigo, con Tomatito, con Enrique Morente o Alejandro Sanz. Participa en la película Flamenco, flamenco, de Carlos Saura. Recorre el mundo con su garganta y su quejío. Homenajea a Lorca. Recibe el aplauso del público, el elogio de la crítica y premios merecidos. Sus sueños son terrenales y no son grandes casas ni coches últimos modelo, sino por ejemplo, cantar con El Pele, y ya lo ha cumplido. Ahora llega a València con Granaíno Jondo (Teatre Talia, 27 de octubre), acompañado de Antonio de Patrocinio hijo, dentro de la programación de Panorama Flamenco. Un espectáculo que recoge sus vivencias y evolución a lo largo de su trayectoria. Y mucho arte.