Tercer Sol. Foto: Laura Amado.

Las canciones de Tercer Sol tiene algo que arrastran y atrapan. Tejen atmósferas que encandilan hipnóticamente, regalan confortabilidad melódica y despiertan inquietud. Entre la inmediatez y la densidad. Entre el pop oscuro y las guitarras melancólicas. Construyendo, cuando toca, muros de sonido que lejos de separar son puertas a las que llamar. Canciones para caminar juntos, música para cavar hoyos.

Presentimiento (BCore, Carcosa Records, Discodrome Records) es su segundo disco (sobre el primero hablamos aquí). Llega con cambio en la formación. María Inglés (Típex, Smmrsl) al bajo se suma a Miguel Molina (teclados y violín), Raúl Pérez (batería y percusiones) y Almirante (voz y guitarras), este último es quien contesta nuestras preguntas.

En 2014 publicasteis vuestro primer EP. Cinco años después el primer LP con cambios en el grupo. Cuatro años más tarde (este 2023) segundo disco y de nuevo variaciones en la formación. ¿Hay alguna relación entre el tiempo excesivo que pasa entre una referencia y la siguiente y las entradas y salidas en la banda?

Entre el primer EP (2014) y el primer LP (2019) sí que influyó mucho el cambio de formación, tardamos un par de años en dar con Miguel pero una vez entró la cosa fue bastante rápida.

Con este último disco ha sido más un tema de planificación. El disco lo grabamos a principios de 2022, pero entre mezclar el disco, retrasos en la fábricas de vinilos, programación del lanzamiento, etc. no lo hemos podido sacar hasta ahora. A veces los plazos se hacen un poco desesperantes.

En Presentimiento, aún manteniéndose el adn sonoro de Tercer Sol, hay mayor presencia de una base pop, frente a las estructuras más atmosféricas que tenían más protagonismo en el disco anterior.

Sí, en este disco hemos querido hacer canciones más directas, y con desarrollos menos largos, además hemos cambiado un poco la forma de funcionar, un poco por necesidad ya que no podemos vernos todo lo que querríamos. En vez de componer en el local, para este disco, he llevado las canciones bastante trabajadas desde casa y en el local las hemos rematado, lo que da lugar a que sean más redondas.

El disco arranca con tres canciones que representan eso que apuntamos en la pregunta anterior y como si el instrumental («#01») actuara de interludio el disco avanza cada vez hacia canciones más densas, oscuras, en una onda spacerock…como si hubiera la intención de atrapar a la gente con esa triada absolutamente redonda.

Has dado en el clavo. El orden está pensado para empezar con las canciones más accesibles y poperas para, poco a poco, y como quien no quiere la cosa, ir adentrando al oyente en paisajes más oscuros. “#01” es el interludio entre los dos actos.

En el disco anterior tu voz comenzó a ganar protagonismo. En este avanza unos cuantos pasos más. ¿Ha aumentado tu trabajo en ese sentido?

Sí, la voz es muy importante y me di cuenta de que quizás no le había dedicado el cariño suficiente, ¡¡¡como nos suele pasar a los guitarristas!!! jajaja. Estos últimos años he intentado trabajarla y no conformarme solo con susurrar.

Adrián ya no está en el grupo, lo ha sustituido María Inglés. ¿Qué le ha aportado al disco?

De María nos gustaba mucho que, aparte de tocar el bajo, también hacía canciones y letras en Tipex y Smmrsl. El bajo es más directo y definido y es una de las causas del viraje del sonido de la banda. En este disco también hace coros en bastantes canciones y ha hecho las letras de “Presentimiento” y “En el Valle de Piedra”, está pluriempleada, jajaja.

El violín de Miguel también es otra novedad, ¿cómo lo trabajasteis para que se integrara perfectamente en vuestras canciones?

Un día coincidió que Miguel tenía el violín por el local y empezamos a probar y enseguida salieron cosas. A él le gusta mucho la Velvet, Nick Cave… y sabe crear atmósferas muy chulas. A mí personalmente las canciones del disco en las que aparece el violín me parece que son las que mejor suenan.

Más novedades: los coros.

Llevábamos tiempo queriendo meter coros y con María la cosa se ha podido concretar. Nos encanta esa capa extra que aportan, ya sea en un estribillo o en un desarrollo instrumental. No podemos vivir sin ellos.

También ha habido relevo en la producción. Pablo Peiró que se encargó de la del EP y el primer álbum ha dejado paso a Santi García. ¿Buscabais algo con el cambio? ¿En qué se nota el trabajo de Santi en el resultado final?

Este disco lo llevábamos mucho más preparado, antes de ir al estudio grabamos una maqueta con todos los arreglos para saber que todo funcionaba. Nos gusta mucho como suenan los discos que graba Santi y nos dejamos aconsejar completamente en temas de sonido como, por ejemplo, no doblar las voces como sí habíamos hecho en los otros discos. Enseguida nos gustaron las mezclas que nos envió, fue todo muy fácil.

¿Tuvisteis como referente algún disco o grupo a la hora de ir «construyendo» el disco?

Hay grupos que son referentes de siempre y se cuelan en todo lo que haces, quieras o no. No puedo decir que nos inspirásemos en un disco o grupo en concreto, normalmente somos bastante flexibles en cuanto a las influencias, no intentamos seguir una línea concreta a priori. Si escuchas el disco puedes ver que hay bastante mezcladillo de estilos.

¿Afecta de alguna forma el lugar donde vivís a las canciones que componéis (más allá de que pueda haber alguna referencia en una letra)?

Desde luego, puede ser de manera más consciente con alguna referencia a algún lugar en una letra o de manera más inconsciente. Por ejemplo, un tema recurrente, aunque sea de manera tangencial, es el calor, que de eso sabemos bastante en València.