Hay un capítulo de Girls en el que Hannah (Lena Dunham) confiesa que quiere ser feliz, después de haber descubierto, durante un día y medio, el placer y la comodidad del estado del bienestar, del disfrute pleno de una pareja y de una espectacular casa. Es innato al ser humano. Cuando prueba algo y le gusta quiere retenerlo, prolongarlo y repetir. Aunque se trate de un personaje al que le falten horas para experimentar y enfadarse con el mundo como la protagonista de la serie. Eso es la felicidad y hay muchos sitios donde encontrarla. Por ejemplo, en una mesa del restaurante Dandy Canary.
Lo que hacen con el aguacate (troceado en la Ensalada Isleña o como deliciosa crema acompañando las arepas) merecería un Día Internacional en el calendario. Reconcilian con una fruta por lo general maltratada en tiendas, desaprovechada en menús y explotada en guacamoles varios. Aquí le colocan el brazalete de capitán y lo lucen orgulloso, sabroso, como no lo habrás probado antes. Es lo que tiene montar un restaurante de cocina canaria y buscar proveedores de allí.
Esa filosofía y ese compromiso se paladean en cada plato. Sara Amador sabe lo que tiene entre manos y en qué lo quiere transformar. Sin piruetas imposibles ni nombres raros en el menú. La quintaesencia de ello es el irresistible almogrote, con un sabor de esos que enseguida se archivan para no olvidar, y que sobre el crujiente pan y aderezado con tomate invitan al aplauso espontáneo. Hay más, como los exquisitos mojos, las papas arrugadas, las mencionadas arepas, croquetas de lomo y plátano, ropavieja, churros de pescado, escaldón de gofio,… a precio realmente asequible (tienen menú y medio menú de martes a viernes) y con cerveza y vinos isleños para acompañar. La felicidad, no lo olvidéis
Dandy Canary está en la calle Antonio Suárez, 23. Cierran los lunes.