El cineasta valenciano Gonzalo Gurrea ha estrenado su ópera prima, el documental En la frontera de lo desconocido, dentro de la sección DOC.España de la Seminci de Valladolid. La película, que no ha contado con ningún tipo de ayuda económica, «conversa con los físicos más prestigiosos de España sobre uno de los acontecimientos científicos más impactantes del siglo, la obtención de la primera imagen de un agujero negro, el 10 de abril de 2019». En el film se recoge también los testimonios de algunos de los que participaron en la captación de la fotografía.
En la frontera de lo desconocido se pudo ver el sábado 24 de octubre. En Verlanga le propusimos a Gonzalo que escribiera un diario durante la semana previa a ese día y que lo concluyera el mismo día del estreno. Aquí lo tenéis:
Lunes, 19 de octubre de 2020
Empiezan las noches de dormir regular y los días de mirar cifras de contagios queriendo adelantar el tiempo para que llegue el sábado sin más confinamientos. He tenido la puntería de cumplir mi sueño en el momento más inoportuno de toda la historia. En medio de una pandemia mundial. Qué le vamos a hacer.
De momento, todo es nuevo y emocionante a la vez. Tenemos marcada el día y la hora de nuestro estreno y no dejo de imaginar ese momento en que se apague la luz y se vea nuestra película en el cine. Ya hemos recibido noticias de periodistas interesados y, a última hora de la tarde, compruebo que todas las entradas se han agotado en las tres sesiones en que se proyectará. Todo esto me confirma que, como sospechaba, esto es un sueño.
Martes, 20 de octubre de 2020
Para mí como cineasta, la parte más importante de hacer una película es, sin duda, el momento en que la puedo compartir con el público. En la era de internet y el distanciamiento social eso es, paradójicamente, una de las cosas más complicadas de conseguir. Por ello esta inquietud de que llegue cuanto antes el sábado. Porque es entonces, junto al público, cuando todo esto cobrará pleno sentido. Pero, lamentablemente hay cosas que no podemos controlar, así que paciencia. Por ahora, lo único que puede ver el público de nuestra pelicula es el trailer. Y la verdad es que me llena enormemente de alegría.
Miércoles, 21 de octubre de 2020
Seguimos atendiendo a entrevistas de gente que se ha interesado por nuestra película. La dimensión de un festival como la Seminci es enorme. Es increíble como la proyección de tu trabajo puede cambiar de manera tan radical cuando está en un lugar de estas características.
Lo bueno de contar tantas veces cosas sobre la peli, es que me hacen reflexionar de manera cada vez más profunda sobre ella y sobre la experiencia que supuso para mí, personal y prefesionalmente.
Me suelen preguntar cuál fue el motivo para hacer la película. En realidad, creo que he querido transmitir la sensación íntima, profunda y de fascinación que siento cuando miro al cielo y veo las estrellas. Quiero compartir con el espectador un lugar misterioso y desconocido que, sin embargo, para mí ha sido siempre mi refugio. Como decía el gran Manolo Tena en una de sus canciones: «Mirando las estrellas es más fácil soñar…».
Jueves, 22 de octubre de 2020
Quedan horas para el comienzo de la Seminci. He decidido no volver a escuchar las noticias porque es demasiado estresante estar pendiente de los datos de la pandemia que, a día de hoy, es el enemigo número uno del Festival. Bueno del Festival y de todos. Ayer por la noche me comunicó mi compañero de aventura en el rodaje, Christian Villalba, que no podrá acudir a Valladolid por temas de trabajo. Me da mucha pena. Se merecía vivir este momento. Fue mi mano derecha durante el rodaje. Un rodaje complicado, estresante, diría que trepidante, para el que necesitaba una persona de mucha confianza. Alguien que entendiera con una mirada, lo que estaba pensando. Que aceptara los cambios de ruta imprevistos y que además fuera capaz de aportar su visión también. Ese ha sido sin duda Christian. Tranquilo compañero, tendremos más ocasiones de vivir una experiencia como esta juntos.
Hoy por la mañana hemos tenido la ocasión de hablar con los amigos de Tele8 Valencia sobre el estreno de nuestro documental. Por la tarde, ha sido una gran sorpresa ver la publicación en redes sociales de Rosa Montero, la gran periodista y escritora, que se hacía eco del estreno de nuestra peli. Un artículo suyo, hace cinco años, motivó mi documental Eternos. Ahora, leer sus palabras sobre mi primer largometraje, me llena de emoción. Rescato su última frase: «La ciencia es más mágica y fascinante que el mejor cuento fantástico».
Viernes, 23 de octubre de 2020
Esto es, más que una película de ciencia, una película de ciencia ficción. Me refiero a las circunstancias en las que está pasando todo. Los números al alza de la pandemia durante toda la semana, han concluido con un toque de queda en muchas ciudades. Hoy se confirma el de Valladolid también. A las 22h todos en casa. La Seminci, peleando por sobrevivir, adelanta toda su programación. Me llaman por la noche para avisarme de que nuestra peli se proyectará a las 16h y no a las 18h. Y, para colmo, esa noche a las 3h serán las 2h. ¿A qué estamos jugando? En fin.. Egoístamente me alegro de que nuestra película se proyecte el primer fin de semana porque esto puede cambiar en cuestión de horas. Solo queda cruzar los dedos y esperar a que llegue mañana a las 16h y se apaguen las luces de la sala. ¿Quien dijo que esto iba a ser fácil?
Sábado, 24 de octubre de 2020
Salimos de València a las 7h. La ciudad duerme y aún podemos ver las estrellas. Se ven más claras que nunca. Me quedo unos segundos mirándolas. Al fin y al cabo ellas me han traído hasta aquí.
El camino a Valladolid en coche es una metáfora perfecta del camino que he seguido para hacer la pelicula. Empiezo el viaje con muchas ganas, con ansia, con impaciencia por coger pronto el camino correcto. Al cabo de poco tiempo, me noto algo mareado, confuso. Siento angustia. Necesito parar. Tomar aire. Despejarme. De nuevo vuelvo a la ruta. Se pasaron todos los males y estoy con más fuerza que nunca. Avanzo con mano firme y recorro un buen trecho sin dudar un instante. Sin embargo, no tardan en aparecer unas espesas nubes de niebla que me hacen bajar el ritmo. Hay que ir con mucha cautela para no tropezar. Al fin, parece que se disipan. De nuevo, la luz. El último tramo del camino lo recorro por un lugar que no venía en el mapa. Que no estaba previsto. Pero que me permite descubir nuevos lugares y explorar vías diferentes para llegar al final del trayecto.
Una vez llegamos al festival, todo es vertiginoso. Un par de entrevistas, varias fotos y al coche que nos lleva a los cines Broadway donde se proyecta la película. Apenas engullo medio sándwich y directo a contestar más preguntas para la prensa y a la sala, a presentar la película. Quiero detener el tiempo para degustarlo todo, pero es imposible. Esto es un tsunami.
De pronto y sin darme cuenta, me encuentro sentado en la butaca y se apagan las luces. Empieza a sonar la música del inicio de la película. Me siento muy nervioso. Miro a un lado a mi mujer y al otro a mi amigo David y ambos me hacen un gesto de complicidad que me tranquiliza. Todo va bien. Ya estamos aquí. El momento con que tanto había soñado está ante mi. Mi película se está viendo en un cine con espectadores que han pagado su entrada para verla. Es un sueño hecho realidad. Me paso media película llorando. Pensando en lo que he vivido para llegar aquí. En toda la gente que intervino en este proyecto y que ahora están frente a mi, en esa gigantesca pantalla, contando una historia. Mi historia.
Nunca estaré lo suficientemente agradecido a la Seminci que me ha abierto las puertas a soñar despierto.