La treinta y tres edición de la Mostra de València, Cinema del Mediterrani, celebrada este año, no era una edición más. Después de seis años sin festival, y de que en sus últimos tiempos caminara sin rumbo, era una incógnita cómo iba a reaccionar la gente a la cita. Los 9.178 espectadores confirmados desde la organización suponen una nota muy alta para el certamen. Buena culpa de este dato ha sido la estupenda programación ofrecida. Su responsable directo, Eduardo Guillot, Director Artístico del festival, hace balance del mismo para Verlanga:
Balance de la edición de este año
No nos habíamos marcado expectativas porque partíamos de cero, pero es evidente que la ciudadanía ha respondido de manera inmejorable. Un festival sin público no sirve para nada, y la Mostra ha demostrado que lo tiene. Convertir los cines Babel y la Filmoteca en las sedes del festival ha servido, además, para constatar que la principal materia prima de la Mostra son las películas, como debe ser en un festival de cine. Frente a otras propuestas sustentadas en la asistencia gratuita, que impiden tener una visión real de su impacto, hemos apostado por el rigor y por situarnos al nivel de otros festivales nacionales, que era nuestro primer objetivo. El equipo ha dado el 200% y, pese al poco tiempo y el limitado presupuesto, los resultados saltan a la vista.
Lo mejor
Por un lado, conseguir que el público se identificara con el festival y acudiera a las salas, tarea nada fácil después de seis años de ausencia. Confiaba en que películas que venían de festivales como Cannes o San Sebastián captaran la atención, pero que la gente haya respondido a la sección oficial, compuesta por títulos libaneses, egipcios o tunecinos inéditos en España, demuestra que tenía sentido recuperar la esencia original de la Mostra. También me gustaría destacar la respuesta que hemos tenido de los invitados. Jurados, homenajeados y directores en competición se han marchado asegurando que volverán. Efthimis Filippou no había hecho hasta ahora una masterclass y Abdellatif Kechiche se había retirado de los festivales, pero ambos han confiado en la Mostra y el gran beneficiado ha sido el público. Por último, estamos muy contentos de la proyección exterior que empezamos a conseguir. En nuestro año uno, medios como El Cultural, Dirigido Por, Fotogramas, Ara o Caimán Cuadernos de Cine han mostrado su interés por cubrir el festival. Y también sentimos ese apoyo en Inglaterra, Turquía o Argelia, donde se han hecho eco de lo que sucedía en la Mostra. Nuestro objetivo era hacer un festival según los estándares internacionales, y creo que hemos puesto unos sólidos cimientos para lograrlo.
A mejorar
¡La climatología! Que el primer fin de semana del festival coincidiera con la gota fría y el segundo volviera a diluviar nos restó asistencia, estoy seguro. Así y todo, hemos superado los nueve mil espectadores, una cifra que permite a la Mostra recuperar el lugar destacado que siempre ocupó en el contexto de los festivales de cine valencianos. Con un año de trabajo por delante y la esperanza de aumentar el presupuesto, los objetivos deben ser continuar creciendo de manera sostenible.
Edición de 2019
La idea es consolidar la filosofía de programación que hemos empezado a perfilar este año, porque es evidente que ha interesado al público. Estamos seguros de que, con más tiempo, podemos incrementar la asistencia a secciones como la Mostra del Instituts. Y ya estamos trabajando en nuevos ciclos y homenajes que vuelvan a movilizar al público valenciano. Es un reto apasionante y tenemos muchas ganas de afrontarlo.