Dicen que las redes sociales han cambiado nuestra manera de comportarnos. Dicen que las redes sociales nos han empujado a un exhibicionismo sin precedentes. Dicen que que las redes sociales están provocando que la gente esté más pendiente de dejar constancia de que ha estado en algún lugar que de su disfrute. Pero, ¿y si esa obsesión por registrar momentos pudiera tener otro punto de vista más gratificante? «Creemos que el hecho de que todo el mundo tenga acceso a grabar en cada momento de su vida hace que prime el “dejar constancia” ante el “guardar un recuerdo”. Si no existiera la oportunidad de publicar en redes sociales, no veríamos tanto móvil en un concierto. Es efímero. Uno hace la foto y se olvida. No es una foto para el recuerdo, es una foto para el presente. No nos malentiendas, el presente está bien, pero la intención de Project Asia es la misma que la de la cajita que encuentras un domingo por la tarde en casa de tus abuelos», explica Paula Collado.
Paula forma, junto a Carmen Fortea, la productora audiovisual Corinne Films, talentosas culpables de este proyecto. Grabarlo todo para recordarlo. Una idea estupenda que ellas han puesto en marcha con el mencionado Project Asia. «La idea surge de planear un viaje por Asia que duraría dos meses y querer aprovechar la estancia allí para grabarlo todo. Siempre que viajamos lo grabamos todo. Queríamos contar historias con el material que consiguiéramos allí. Solo por ser un continente tan diferente al nuestro saldrían cosas nuevas. Otro enfoque. Gracias a eso, volvimos con material de todo tipo, de la gente que vive allí, sus costumbres, los paisajes, nosotras viajando juntas… Eso nos ha permitido contar historias muy diferentes».
Regresaron con más de más de 300 gigas, unas 12 horas de material. Una cantidad que puede hacer pensar que grabar se convirtió en una obsesión que acabó dirigiendo su viaje, la estancia e incluso la manera de comportarse, pero «no, para nada. La cámara era una más. Estaba tan metida en el grupo que las personas ni la veían ya. Es cuestión de olvidarla, para que quede lo más real posible. Si no sabes que está la cámara no estás tenso ni nada. A nosotras nos gusta documentar, no planear un viaje de acuerdo a lo que queramos grabar».
Entonces, ¿el hecho de llevar a cabo el proyecto en Asia fue intencionado? «Lo único que fue intencionado fue el viaje, comprar los billetes. Queríamos recorrernos varios países en dos meses. Yo estuve en Taiwan, Nepal, Camboya y Vietnam y Carmen en Myanmar y Tailandia. Todos son diferentes entre sí. Eso nos dio la oportunidad de entender Asia desde muchas perspectivas. Grabarlo todo venía intrínseco ya, siempre lo grabamos todo. Las ideas de las historias surgieron cuando ya habíamos vuelto, así podíamos grabar sin tener nada pensado y surgía de forma espontánea».
El primero de los vídeos, Motion is all about, ya ha visto la luz. Quedan pendientes tres piezas más breves, de las cuales estrenamos hoy en Verlanga una de ellas, Even the secrets. «Las piezas cortas son las que no hablan de un viaje real en el que se nos ve a nosotras viajando, es como más bien un viaje introspectivo. Lo que ves desde fuera, sin aparecer. Lo hicimos pensando en mezclar el documental con la ficción. Documental en el sentido de que eran imágenes grabadas sacadas del momento, sin planear, y luego dotarlas de una historia que lo convierte en una película de un minuto o dos. Una pequeña historia filmada».
Como espectador, Project Asia es un lujo, por las posibilidades que ofrece. Por un lado, ser partícipe de las distintas fases por las que van atravesando las protagonistas del viaje, empatizando con ellas y compartiendo todo tipo de sensaciones, tanto presentes (alegría, diversión,…) como no (complicidad, envidia,…). Todo gracias a la naturalidad y verdad que se transmite. Y, por otro, la opción de viajar por Asia con la proximidad y ausencia de aditamentos como principal equipaje audiovisual.
En ambos casos se olvida la cámara, su presencia no es invasiva, aunque evidentemente en el momento de la grabación estaba presente. ¿Cómo reaccionaba la gente? ¿Accedían siempre? «Lo cierto es que hubo de todo. Grabar por la calle o en un mercado era más difícil que grabar a alguien con quien ya habías hablado. Algunos no estaban tan dispuestos, pero la verdad es que en general no tuvimos ningún problema. En ese caso guardabas la cámara y ya está, y sinceramente, esto pasó en muy pocas ocasiones».
El principal obstáculo al que se enfrentaron fue el idioma porque allí «debes comunicarte en inglés por ser el idioma más internacional, pero ellos poco saben de inglés, así que recurres a veces incluso a las señas. No siempre explicábamos por qué grabábamos, simplemente sacábamos la cámara y lo documentábamos todo». ¿Vivistéis alguna situación de riesgo? «Hacer trekking, subir el Annapurna con la cámara, intentar esquivar todo tipo de rocas o fangos para no tirar la cámara al suelo…. La mayor situación de riesgo con la cámara fue el intento de robo de un mono en un templo en Myanmar, pero todo quedó en una anécdota graciosa. Era siempre el clásico “chicas yo por aquí no me meto que llevo la cámara!!” Pero nos metíamos. Al final la cámara venía siempre».
En todos los vídeos se han decantado por la opción música + voz en off y no por el sonido ambiente o por lo que ellas mismas dijeran en esos momentos. ¿El motivo? «Es una buena pregunta. Lo cierto es que solemos incluir en todos nuestros vídeos el sonido ambiente, pero en “Project Asia” lo descartamos por una cuestión técnica. Si te vas dos meses a Asia con una cámara, coges un objetivo, ni siquiera llevas dos por no ir cambiando de óptica, porque es algo rápido. Sacas la cámara, la guardas, la vuelves a sacar y grabas el momento justo. Si esto también lo tienes que hacer con el sonido la situación pierde espontaneidad. Nada está preparado así que no llevas casi material. Desde el principio eliminamos la idea de usar sonido real. Aun así, hay algunos momentos de sonido de tráfico, mercados… pero no cortes de voz».
¿Repetiréis la experiencia? «Siempre hay intención de repetir. Creo que es algo que llevamos dentro. Si nos vamos de viaje, volveremos a grabarlo todo. Como siempre decimos, no queremos olvidarnos de nada. Nos gustaría incluso acompañar a personas que vayan de viaje y grabar su experiencia. Creemos que no puede haber un recuerdo mejor».