¿Sabías que…Berlanga no debería haberse llamado Berlanga? Lo cuentan en el libro El último austrohúngaro. Conversaciones con Berlanga, de Manuel Hidalgo y Juan Hernández Les, publicado en 1981 y reeditado por Alianza el año pasado, y al que volveremos dentro de poco. Su nombre real tenía que haber sido Luis García Martí. Según explican, su abuelo Fidel, diputado a Cortes, sí que era García Berlanga. Cuando falleció, el Partido Liberal, del que formaba parte, le propuso a su hijo (y padre del cineasta) presentarse a las elecciones manteniendo los apellidos de su progenitor por aquello de aprovechar la buena reputación que tenía el hombre. Así lo hizo, previo desembolso pecuniario, y de José García Pardo pasó a José García-Berlanga Pardo. El director de cine valenciano decidió seguir el mismo camino y mantuvo el Berlanga en su nombre. Y menos mal, de no haberlo hecho, a saber cómo se llamaría, hoy en día, nuestra publicación.