Si no te gusta este mundo, GospelbeacH te llevan a otro
Un súpergrupo al que las etiquetas se le quedan pequeñas.
Un súpergrupo al que las etiquetas se le quedan pequeñas.
Junior Mackenzie tiene disco nuevo, «Files of Life».
A Noa Babayof más que contarla hay que escucharla. Su etérea e hipnotizante voz, el folk pausado y el halo espiritual y psicodélico que barnizan sus canciones y su capacidad para convertir la tristeza en algo bello.
La vida tiene esas peligrosas contradicciones que provocan que en 2013 estés a punto de morir y en 2009 te conviertas en un fenómeno musical. Es el caso de Melody Gardot, una bomba de jazz, soul, pop, folk, blues y r’n’b.
«Under songs» (2016, Nevada Music), el segundo disco de Adrian Levi empieza a hablar desde su portada. Un paisaje brumoso, un árbol sin hojas, el perfil de una persona caminando. Folk que puede sonar en ocasiones enigmático y otras veces más luminoso.
Rock and roll sí, pero con apuntes de blues chatarrero, actitud punk o frescura surf. Las canciones de Aullido Atómico son así. Una invitación al baile y el jolgorio. Diversión en dosis de tres minutos.
Ona nua es Josep Pérez. El proyecto personal de un músico que toca con Òscar Briz, Aljub o Néstor Mont. “Un gat i l’home al seu costat” (Mésdemil) es su debut discográfico. Un álbum en el que el pop, el folk, los sonidos mediterráneos, las melodías íntimas, … insuflan vida a las trece canciones que lo componen.
Los discos de Alberto Montero no entienden de percentil porque no necesitan ser comparados con nada para comprobar que en cada entrega se superan. Pero ¿y a él? ¿Qué disco, canción y directo presenciado le provocan esa misma sensación?
El pop en sus múltiples variantes anida en el cerebro de Paco Tamarit. Una máquina infalible a la hora de componer elegantes gemas en formato canción. Hits radiantes que van del sunshine pop al soft-pop, pasando por el folk más confortable, como el que pasea por el pasillo de su casa.
La Gran Esperanza Blanca cumplen 30 años en activo. Una excusa perfecta para repasar la trayectoria de la banda formada por Cisco Fran, Spagnolo Ferocce, Chuso Al y Chiti Chitez, que está viviendo una segunda juventud.
Agonizaban, musicalmente, los años ochenta y en Valencia otro grupo volvía a adelantarse en el tiempo. Terminal Sur apostaban por fusionar el pop, la rumba o los ritmos magrebíes en un disco al que no le sobraba ni un arreglo ni una estrofa.
Daniel Rosell tiene dos discos, distintos pero coherentes. El primero, «Algo intuitivo», autoeditado, cantado en castellano, lo emparenta con Caetano Veloso o Silvio Rodríguez. El segundo, «Hakone» (Mésdemil), integramente en valenciano, sigue la estela de Bon Iver, Josh Rouse e incluso Senior.
Que las hechuras folk de las composiciones de Alondra Bentley algún día se romperían para expandirse, se venía anunciando, indirectamente, en cada uno de sus discos. Ahora en «Resolutions» se ha hecho realidad con unas composiciones llenas de groove, sintetizadores, elegancia soul, sedosos aires bailables y una voz que canta mejor que nunca.
El segundo disco de Be Brave Benjamin es más pop, más indie, más luminoso, más acústico y más melancólico que su antecesor.
La vida de Sara Aloy gira en torno a la música. Compone, toca varios instrumentos y da clases. Su pasión no entiende de etiquetas y disfruta por igual de una pieza clásica que de una canción de aires folk.
Issac Ulam compone canciones de la misma manera que parece vivir: a su propio ritmo. Dos trabajos en solitario llenos de folk asilvestrado y muy cercanos a la tierra, además de otro grabado a medias con Jose Domingo en el que recuperan sonoridades tradicionales, forman hasta ahora su discografía.
La manera más fácil de definir a Odd Cherry Pie es apuntar que hacen música folk. Pero eso sería tan cierto como injusto, porque sus canciones tienen ese detallismo diferencial que otorga el violín, la frescura propia de las melodías pop y el calado de muchas horas escuchando a clásicos de verdad para buscar su propio camino.
Willy Vlautin aparcó Richmond Fontaine momentáneamente, pero siguió buscando la gran canción americana con The Delines, un maravilloso grupo en que se alían el folk y el soul. Además con una alineación de lujo: Amy Boone (The Damnations), Sean Oldham (Richmond Fontaine), Jenny Conlee (The Decemberists) y Tucker Jackson (The Minus 5).
Néstor Mont no es precisamente un recién llegado, no sólo por sus tres discos firmados con su nombre y apellido, sino por su trayectoria anterior participando en un buen número de grupos.Más allá de la figura típica y tópica del cantautor, Mont consigue que sus canciones transpiren folk de fuerte tradición enraizada en la tierra en que vive.