Primero fue el Brexit. Luego Colombia. En medio de ambas, el fantasma de las terceras elecciones españolas. Una amenaza invisible nos azota. Y debería preocuparnos. La decepción generalizada ante dos consultas democráticas y el afán por convertir en leprosos unos nuevos comicios aquí, pueden tener una lectura muy peligrosa. E interesada. Nada mejor para poner en entredicho algo que hacer creer a la gente que no genera confianza. Y sobre todo, hacerles creer que lo han pensado ellos. Este verano, en La Razón, se publicó una noticia vomitiva sobre la múltiple violación a una chica en San Fermín. «La peor despedida de soltero» se titulaba. En ella se hacía hincapié en las supuestas contradicciones de la víctima. Sobre los detalles de la agresión, nanai. El relato provocaba arcadas. Presentaba el infortunio de unos amigos que estaban de celebración y acabaron encarcelados porque una chica les acusaba de haber abusado sexualmente de ella. Ya lo dijo Stanislavski: «Lo más importante del texto está en el subtexto». Y por eso hay que tener mucho cuidado con él.