Me llamo Jorge Riera, soy un valenciano cuarentón con bigote tirando a rarito. De profesión guionista de televisión, aunque también he escrito cómics y dirigido animación adulta. No tengo estudios, repetí 2º de BUP tres veces, así que se puede decir que soy un fracasado escolar (y a mucha honra). Pero tuve suerte. De hecho, mi carrera profesional despegó muy pronto: a los 18 años comencé a colaborar en revistas y fanzines junto a valencianos tan ilustres como Álvaro Pons (La Cárcel de Papel) o Manuel Valencia (2000 Maniacos). Me parecía increíble que te pagaran por soltar chorradas sobre cine, series y cómics, mis hobbies desde que apenas levantaba un palmo del suelo.
Los 90 fueron una década de muchas oportunidades y con 20 años ya estaba guionizando tebeos eróticos y dirigiendo una revista sobre manga para la catalana Ediciones Glènat. A los 22 me fui a Madrid a sustituir temporalmente a un amigo como copy de autopromoción en un canal digital, y allí que me quedé 16 años. La verdad es que la ciudad me trató bien: me eché una novia muy lista y mona, salí, bebí, hice mil y una locuras… pero sobre todo trabajé. Trabajé sin parar en el mundillo audiovisual. Hice mucha publicidad, dirigí un formato muy freak llamado Red Infernal, escribí tonterías como pianos para canales como Comedy Central y colaboré con el área de cine de Canal + en programas míticos como Magacine o La noche + corta. Finalmente me pasé a la ficción, que es lo que más me gusta y para lo que me siento más capacitado: formé parte del equipo de guion de series como Camera Café, La isla de los nominados o Plaza de España, curré con gente a la que admiro tanto como Luis Guridi o Montero & Maidagán, dirigí sketches de animación para Alaska y Coronas en La 2 y empecé a publicar en Mongolia prácticamente desde sus inicios. Siempre en el terreno de la comedia, porque además forma parte de mi filosofía vital: todo me parece una gran broma (la vida es una mierda y al final te mueres, ja).
En los últimos tiempos me he especializado en dibujos animados porque quizá sea lo que más pega con mi estilo de humor surrealista y un poco alternativo. He tenido la suerte de dirigir el bloque de animación adulta de Cartoon Network, Adult Swim, uno de los mejores trabajos que he tenido nunca porque me identifico mucho con sus valores de marca súper bizarros; y he colaborado con canales y productoras como Boing, Nickelodeon, Ánima o Hampa Studio.
Después de mi larga aventura madrileña, he vuelto recientemente a Valencia, donde me he instalado con mi fiel compañera Jamón (es la salvaje de pelo blanco que podéis ver en la foto) esperando a que algún productor valenciano con buen ojo apueste por Maldito artista, mi primer largo de animación adulta (tengo un tratamiento escrito, quién lo quiera leer, que lo pida). Hasta que mis sueños se hagan realidad sigo trabajando desde casa para la capital: por un lado me encargo de supervisar Virtual Hero, la serie del famoso youtuber Rubius; y por otro, estoy desarrollando proyectos de encargo para productoras como Zeppelin. Aprovecho que salgo en esta reputada publicación levantina para anunciar que actualmente me hallo en búsqueda activa de novia. Alguno de los iconos sexuales que menciono líneas más abajo sería lo ideal, pero también me conformo con cualquier cosa que tenga cabeza y piernas. Ruedas, patas o tentáculos también me valdrían, son tiempos inclusivos y yo soy un tipo moderno. ¡VENGA, CHICAS, ANIMARSEN!
Un disco: ¡Imposible elegir uno! Tengo muchos que me encantan: Different Class (Pulp), Debut (Björk), Doolittle (Pixies), Moon Safari (Air), Dummy (Portishead), cualquiera de La Bien Querida, Los Planetas o Los Punsetes… Últimamente también escucho mucho trap español: Yung Beef, Albany, El Coleta, Cecilio G…
Una película: Lo mismo, tengo muchas que me han marcado: Annie Hall, Cuando el viento sopla, Escondidos en Brujas, Donnie Darko, Irreversible, Lolita, Carrie, Terciopelo azul, El club de la lucha…
Un montaje escénico: Nunca me pierdo el post-humor de Miguel Noguera y disfruté mucho con Mis problemas con la comida, un monólogo escrito por Angélica Liddell e interpretado por la gran Esperanza Pedreño.
Una exposición: Francis Bacon en el Museo del Prado, David Bowie en el Martin Gropious Bau de Berlín, la colección de objetos de Starewitch, Švankmajer y los hermanos Quay en La Casa Encendida…
Un libro: El extranjero (Albert Camus), Menos que cero (Bret Easton Ellis), El guardián entre el centeno (Salinger), Moteros tranquilos, toros salvajes (Peter Biskind), Mientras escribo (Stephen King), la biografía de John Belushi…
Un cómic: Odio (Peter Bagge), El Playboy (Chester Brown), Ghost World (Daniel Clowes), Megg & Mogg (Simon Hanselmann), Los profesionales (Carlos Giménez), Peanuts (Charles Schulz), cualquiera de Yoshihiro Tatsumi o Junji Ito…
Una serie: Seinfeld, A dos metros bajo tierra, Black Mirror, Es mi vida, Louie…
Una serie de animación: BoJack Horseman, Beavis & Butthead, Hora de aventuras, Evangelion…
Una revista: Mondo Brutto y Vice.
Un icono sexual: A lo largo de mi vida he estado perdidamente enamorado de Winona Ryder, Kylie Minogue, María Valverde, Natalie Portman, Laure Sainclair, Maria Ozawa, Juana de Arco, Candy Candy, Betty Boop y muchas más. Me enamoro prácticamente a diario. Así me va…
Una comida: Tengo una edad y no estoy para tonterías, así que voy a decir la paella. Y el chocolate, pero eso es más una adicción que hará que se me caigan todos los dientes antes de cumplir los 50.
Un bar de Valencia: Te doy dos, el Ubik y el Rivendel.
Una calle de Valencia: Me gusta mucho Guillem de Castro porque es la calle de Futurama, mi tienda favorita, pero también le tengo mucho cariño a Antic Regne de Valencia, donde viví una época de pequeño.
¿Con quién te tomarías un vermut? Con Luis García Berlanga (tradición) y Chimo Bayo (modernidad), dos valencianos que representan la esencia de mi propio (infra)ser.