Josep Escuin. Foto: Assad Kassab.

Me llamo Josep Escuin. Soy fotógrafo o, al menos, es lo que mejor sé hacer aparte de buenas paellas según dicen quienes las han probado. Me inicié en la fotografía en la época analógica donde el blanco y negro al poder ser revelado manualmente en casa tenía un papel importante en mis primeros trabajos, posteriormente al llegar la era digital pasa a ser el color el que domina mi obra. Aunque he recorrido varios terrenos fotográficos, el amor y desamor romántico, el erotismo y sobre todo el desnudo como concepto configuran las líneas en las que trabajo mayormente. He realizado diversas exposiciones individuales la mayoría en territorio valenciano (Centre Octubre, Ciclorama, Espainivi Collblanc, Canals…) pero también en Barcelona. Algunas de mis obras han recorrido el territorio peninsular (España y Portugal) al ser seleccionado en dos ocasiones en el concurso Purificación García. Además de mi trabajo personal, en el que domina el desnudo como ya he comentado, he realizado portadas de discos y reportajes fotográficos a grupos musicales como Los Radiadores, Galavera, Sokolov, Leandro & The High Rollers, Peepshow, Amores Grup de Percussió… Y también colaboro, habitualmente, con mi gran amigo Assad Kassab en la realización de sus carteles cuando estos necesitan imagen fotográfica, asunto que me ha llevado a fotografiar también espectáculos teatrales. Como divertimento y bajo el pseudónimo de Buddy Batiste pongo musiquita en algún garito, especialmente en el George Best.

 

Una canción:

Aunque sea una de las canciones más conocidas, y está considerada como una de las mejores canciones de la historia, si he de escoger una sola sería Like a Rolling Stone, de Bob Dylan. La primera vez que la escuché me impactó y todavía recuerdo perfectamente el día y la sensación que tuve cundo la pinché en single, que fue el primer formato en el que la escuché. Venía de una adolescencia marcada por el heavy metal y rock duro y fue esta canción de Dylan la que me abrió todo un mundo por descubrir musicalmente. Muchos años después cuando lo vi en València, junto a mi hija, en su última visita en 2019, fue un día muy especial para mí al poder ver a mi ídolo junto a Laura que entonces tenía solo 13 años. En un momento dado Laura me dijo “Si toca Like a Rolling Stone me da algo”, momentos más tarde sonaron los primeros acordes y a pesar de la deconstrucción a las que somete sus clásicos recientemente , esta fue de las más reconocibles.

Una película:

Underground, de Emir Kusturica. La vi cuando se estrenó en los ya desaparecidos y añorados cines Albatros. Tanto la música de Goran Bregović, como la plasticidad, poética y surrealismo que le imprime Kusturica hace que sea un referente en mi imaginario cinematográfico y una película que de vez en cuando me gusta volver a ver. Desgraciadamente, la temática de la guerra y concretamente una guerra entre hermanos está de actualidad. Ojalá termine pronto la pesadilla de la guerra y solo nos quede el buen cine para mostrarnos a través de una forma de arte tan bella el horror de las guerras.

Un montaje escénico:

La Caiguda, de Albert Camus, adaptada por Rodolf Sirera, dirigida por Carles Alfaro e intrepretada por Francesc Orella. La pude ver en el Espai Moma, una sala que echo mucho de menos en València, la calidad enorme de las obras que vi en aquella sala hicieron que gozara del buen teatro como nunca. Entre las producciones que pude ver en Espai Moma, fue La Caiguda la que me caló bien hondo (nunca mejor dicho en similitud al agua presente en la magnífica escenografía de Alfaro). La interpretación de Francesc Orella, pues simplemente sublime. Salí de la sala bastante tocado emocionalmente.

Una exposición:

En certa forma, de Sebastià Miralles, expuesta en el CCCC del Carmen en septiembre de 2014. Sebastià era un gran artista en todos los ámbitos, escultor, poeta, dibujante y sobre todo era un gran amigo. A parte de los lazos sentimentales que me unen al maestro, recuerdo esta magnífica exposición en la que sus obras escultóricas se mostraban solemnes y rotundas en un espacio perfecto para albergarlas. Los diversos materiales utilizados (madera, hierro, metales), la pátina de las piezas y sobre todo los pequeños espacios vacíos entre las diversas formas son pura poesía. Sebastià está dentro de los que lo hemos tenido la suerte de conocerlo y quererlo, pero sus obras se pueden disfrutar y gozar eternamente por todo aquel que lo desee. Actualmente parte de ella en su Vinarós natal.

Un libro:

Alta fidelidad, de Nick Hornby. Quizás debido a mi gran afición a la música y en especial a la música pop-rock esta novela me llegó bastante, los quehaceres con las mujeres que rodean al protagonista, la tienda de discos y sus colegas, que en cierta medida me recuerda a Juan Vitoria, Miguel Angel y Discos Amsterdam, mi afición a la colección y sobre todo la cultura de la música rock hacen que la encuentre bastante cercana a mi forma de vida y por eso puede ser que le tenga cierto cariñó a esta novela, la encuentro próxima y entrañable. Posteriormente vi su adaptación al cine y también me gustó bastante.

Una serie:

Sin duda alguna, me quedo con Los Soprano. Me parece una enorme obra de arte. Empecé a verla cuando la emitían en televisión en no recuerdo qué canal, pero debido al trabajo y demás no pude seguirla como me hubiera gustado. Posteriormente, con la llegada de las plataformas en streaming la vi de cabo a rabo y la disfruté como se debe. Me parece genial, acabas amando y odiando a la vez a su protagonista, cosa similar a lo que ocurre en otra gran serie como es Breaking Bad, pero el caso de Los Soprano me parece insuperable. La familia, los problemas personales y familiares del protagonista, el psicoanálisis, la mafia, New Jersey, etc.

Un podcast:

Nadie sabe nada, de Andreu Buenafuente y Berto Romero. Los oigo casi todos los días, puesto que lo he descubierto no hace mucho y mientras estoy comiendo o antes de dormir me lo pongo un rato a través de Youtube y me río bastante. Creo que Buenafuente si ya es bueno en televisión, en este formato radiofónico (aunque también hay cámaras) está más rotundo, irónico y suelto, por decirlo de alguna forma.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

Bueno aquí voy a pecar de ser bastante subjetivo o algo así, puesto que la persona que más me gustaría que hiciera un retrato mío es mi hija Laura Escuin. Quien conozca sus ilustraciones y dibujos sabrá que no solo lo digo por ser mi hija, sino porque realmente dibuja muy bien. De hecho, no tengo ningún tatuaje y en breve me haré uno en el brazo de un dibujo que ella ha realizado, una chica que es un personaje de un cómic que está haciendo y que me sugirió que me tatuara.

Una comida:

Soy un amante de los buenos arroces, no sé si por valenciano o porque sí, pero aunque suene a tópico la paella es mi plato favorito, pero de los diversos tipos de paella me quedo con la de marisco, con rape, algunas gambas y cigalas, un buen fondo de pescado y marisco, con fina capa de arroz y que quede al dente en su punto y suelto.

Un bar de València:

No se si considerarlo como bar, aunque Alfonso se refiere a él como bar. Me estoy refiriendo al George Best, el garito de la calle Alzira. Allí he vivido noches míticas, magníficas, y he conocido a gente maravillosa que actualmente forman parte de mi extensa familia de grandes amigos y amigas. Lo vivido en esas paredes llenas de carteles y portadas de revista de rock, con su cálida y lasciva luz roja, es algo que siempre me acompañará.

Una calle de València:

Más que una calle diría un barrio, y también seria tópico decir que mi zona de València preferida es el Barrio del Carmen. Me gusta mucho pasear por sus calles incluso cuando no tengo donde ir ni que hacer, simplemente pasear por ellas, en domingo cuando hay menos gente que los viernes y sábados y las calles están más desiertas y con comercios cerrados, pero es cuando más me gusta pasear por esas calles. Los domingos por la tarde paseando por el Carmen. Tengo una serie de fotos que plasman un poco esos paseos.

Un lugar de València que ya no exista:

Los cines Albatros. Aunque afortunadamente continúan los Babel que es el hermano de los Albatros, fue en estos desaparecidos cines donde me inicié y aficioné fuertemente al cine y pasé tardes y noches fabulosas disfrutando de su excelente programación .

¿Con quién te tomarías un vermut?

La gente que me conoce bien sabe que soy una persona muy sociable y con una agenda llena de quedadas con amigos y amigas para tomar algún vermut, cerveza o lo que sea, amistades que me llenan de vitalidad, con la que compartir un vermut es algo vital para poder tirar adelante en esta vida. Entonces he de decir que me seguiría tomando muchos vermuts con todas estas amistades y las venideras que me han acompañado y acompañaran en este camino. Algo a lo que le dedico muchas horas de mi vida, apenas estoy en casa, jejeje.