Patricia Bolinches. Foto: Maria Mira.

Pues esto de que te diga Verlanga, “preséntate en unas lineas” es como una sesión de autoanálisis, así que allá voy.

No me acuerdo de pequeña lo que quería ser, lo que sí que recuerdo son las palabras que le dijo el psicólogo del colegio a mis padres “A su hija, mejor encaminenla hacia la decoración porque a las matemáticas exactas no”. Ahora, con unos cuantos años más, me lo encuentro muchas veces por la calle y me dan ganas de pararlo y decirle: José Luis de mi coraçao, pese a que usted dudaba de que pudiera dedicarme a algo de “trellat”, aquí estoy viviendo y disfrutando de una hermosa profesión. No acabo de entender muy bien porqué a las profesiones con un contenido creativo se les daba por aquel entonces menos valor que las de ciencias o letras.

Tampoco entiendo por qué cada vez se apuesta menos en los colegios e institutos por las asignaturas que estimulen la creatividad y el pensamiento (lo que vienen a ser las humanidades) en vez de seguir preguntando si un tren sale de Sevilla a las 8.00 y otro de Madrid a las 8.15 a que hora se cruzarán. Nos estamos olvidando de lo importante que es el pensamiento, el análisis y la contemplación y lo peor de todo es que se nos está olvidando transmitirlo a los que vienen por detrás.

Dicho esto, me llamo Patricia Bolinches. No valgo para las matemáticas exactas, pero creo que algo sí para una hermosa profesión que es la comunicación. Más en concreto me dedico al diseño gráfico y la ilustración editorial.

Me encanta recrearme en el mundo de la fotografía analógica experimental, del fanzine, la autoedición y también en el arte urbano. Podría decir que mi trabajo se centra en la conceptualización, la provocación, la metáfora (y en ocasiones el romanticismo) de las ilustraciones editoriales, marcas, y diversas comunicaciones visuales impresas y en línea.

He ilustrado para T Magazine, Tapas, Archiletras, Salvaje, Papel, Icon, Port, Vogue España, El Mundo, Diari Ara, diario.es, Mongolia, El Salto, Etiqueta Zero, Movistar 0 y en las editoriales Tusquets, Planeta, Hoja de Lata, Seix Barral, Libros del K.O y Hermida editores.

Podría resumir todo esto en tres líneas: Mi trabajo es mi pasión, es el reflejo directo de mi curiosidad por la búsqueda de la belleza, la armonía y la libertad de expresión. Y espero, tanto si me dejan como si no, que siga siéndolo durante mucho tiempo.

 

Un disco: Y me pregunto yo, ¿por qué nos pides uno?, sabes que es imposible. Voy a desmontarte la paraeta y en vez un disco te voy a dar unos enlaces a listas que me marco de vez en cuando en mi spotify. Creo que ahí verás mis gustos y mis debilidades musicales:

Domingo: Para esos días que te levantas y no haces otra cosa más que dedicarte a ti (estos días suelen escasear).
Jane: Momento Gym, correr o venirte arriba sin tener pista de baile.
Dulce melancolía: Para cuando estés en ese estado, yo suelo sumergirme en él con bastante frecuencia sobre todo cuando llueve.
Eléctrica: Esta playlist pertenece a una serie que nos marcamos cada viernes del confinamiento entre unos cuantos por el storys de Instagram.

Una película: En casa, de pequeños, mamábamos de la ciencia ficción. Recuerdo mi padre en modo Santa Teresa de Jesús (no tocando suelo) después de ver 2001 y Blade Runner. Recuerdo no entender nada cuando vi por primera vez 2001, pero también recuerdo que parpadee lo justo. Casi las mismas bajadas de párpado fue también con Blade Runner y sus BSO, ¿qué me dices de sus bandas sonoras? La mezcla del Danubio Azul y el espacio es de ¡boooom!. «One More Kiss», de Blade Runner, es una de mis canciones favoritas por la cantidad de cosas bonitas que ha pasado conmigo. Puestos a recordar, dos películas que en su día (cuando era pequeña) me dieron más miedo que Malena Gracia y Arévalo juntos: Poltergeist y El exorcista. Para películas duras La pianista (con la interpretación titánica de Isabelle Huppert), creo que ha sido la única película de la que me levanté para salirme de la sala. No lo hice, aguanté hasta el final. Ya puestos a confesarse, tengo que decir que con Los puentes de Madison, de la gran Meryl (película caldosa donde las haya) lloré con pucheros incluidos (soy muy de llorar a moco tendido cuando veo películas que me tocan la fibra). Y que con El hombre que pudo reinar me enamoré de dos hombres a la vez (no hace falta que diga sus nombres).

Un montaje escénico: Recuerdo como si fuera ayer (en el 2005) Ubú. Representada por Bambalina en la Nau de Sagunto y con la dirección artística de Paco Bascuñan. Y más actuales, las piezas de Dimitris Papaioannou o Yoann Bourgeois me flipan muchísimo. Y como no, cualquier montaje escénico de Luis Crespo, lo adoro.

Una exposición: La grieta que se marcó Doris Salcedo en la sala de turbinas de la Tate en el 2007. Puedo asegurar que ver esa grieta en aquella sala a mí me hizo pensar mucho, tanto antes de conocer el motivo de la instalación como después. Y no puedo dejar de nombrar a SpY y todas sus intervenciones que tanto nos hacen darle a la nuez. La que vi en directo es el SOÑAR que pintó en un edificio de Bilbao.

Un libro: Pues le tengo muchas ganas al de Marta D. Riezu, Agua y Jabón y a la novela gráfica de Sten Nadolny Sabrina. Pero dos que me leí durante la pandemia y me calaron fueron El descubrimiento de la lentitud, de Sten Nadolny y También esto pasará, de Milena Busquets. Muy recomendables.

Una serie: Pues te podría contar que las de The Young Pope y The New Pope son un escándalo en lo que se refiere a interpretación, fotografía, música y trama. Sorrentino es mucho Sorrentino. Mare of Easttown una de polis para ver el pedazo de interpretación de Kate Winslet. The Boys es el giro al concepto superhéroe, me sorprendió. Aunque es un tanto agresiva eso hay que decirlo. Con Ozark estás en un ay continuo. Ver como una buena persona se convierte en un personaje oscuro siempre atrapa. Sucession es un poco la evolución de Dinastia pero al ritmo de nuestro tiempo, un dramón de nivel pero nada de que ver con las películas de sábado tarde. Raised by Wolves es un dramón/paja mental de ciencia ficción de lo más interesante, cuesta un poco pero podría decir que será un referente de la ciencia ficción. Y de la prota solo puedo decir que me enamoré locamente ella. Heridas abiertas es un dramón familiar con una trama que al final te quedas diciendo… “te-li-ta”. La interpretación de Amy Adams y Patricia Clarkson son de no parar de aplaudir. Pese a que no soy de realezas y biografías de estas, la serie The Crown es brutal todo, vestuario, fotografía, ambientaciones, interpretaciones y la BSO… ay esa BSO. Y, para acabar, Chernobyl es de las que te pone los pelos de punta.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?
  Mal vamos… No se decirte uno (como has podido comprobar)… Empezaría y no acabaría. No puedo no nombrar a los que ya me han hecho retratos preciosos como El Sr. García, Willy Ollero, Lucía Meseguer, Arantxa Recio, Apanona, Blanca Viñas y unos cuantos niños que conozco de muy cerca. Ilustradores/as y pintoras/es que me gustaría que me interpretaran: Ana Bustelo, Carmen Calvo, Inés Iglesias, Maria Pohl, Fede Yyankelevich, Lina Vila, Elisa Capdevila, Txemy, Alejandro Magallanes, Aryz, Mike Mcquade, Tàpies, Luca de Batistta, Borondo, Brossa, Antonio López, Rafael Armengol, Equipo Crónica y Artur Heras… Por ponerte una lista corta…

Una app: Instagram y Spotify pero tengo que decir que si abrimos el melón de los filtros podría ser un no acabar.

Una comida: La Paella (de habas y alcachofas mi favorita) siempre es sinónimo de buen rollo, antes durante y después. Hay pocos manjares que generen tantos placeres a la vez. Tengo que decir que aprendí en la pandemia a cocinarlas y me salen de infartito. Ahora que no nos podemos olvidar ese pedazo manjar que es un buen arroz al horno que para quien no lo sepa el origen de este es en Xàtiva.

Un bar de València: Aquarium, lleno de personajes a los que no puedes dejar de mirar e imaginarte sus vidas mientras los observas. Otro que esta lleno de buenos recuerdos es Los Madriles, y ese cocidoooo que rico está.

Una calle de València: Pues Antiguo Reino y la Plaza del Doctor Collado. Ambas me generan buenas vibras y de la Plaza del Doctor Collado no se pueden olvidar el pedazo de verbenas.

Un lugar de València que ya no exista: La Papelería Vila o la Ferretería Hija de Blas Luna. Me da mucha pena ver cómo desaparecen estas joyas de la historia y se convierten es espacios de moda. Imagino que gran parte de la culpa la tenemos nosotros por no comprar en el pequeño comercio.

¿Con quién te tomarías un vermut? Me lo hubiera tomado con Carl Sagan una noche de verano en un lugar sin contaminación lumínica mirando el firmamento y dejándolo hablar, me lo hubiera tomado mientras le cepillaba la melena a Raffaella Carrà, también mientras veía desde un sofá lleno de manchurrones de pintura a Basquiat dejarse llevar, me lo hubiera tomado en El Cangrejo Rojo con Carmen de Mairena rodeada de su circulo más intimo, con Miguel Angel mientras sacaba el David, con Debussy calladita mientras tocaba Claro de Luna para mí, con Virginia Woolf viendo llover por la ventana, con Rosa María Sardà antes de bajar las escaleras de Ahí te quiero ver. Me lo hubiera tomado sujetándolo con mi mano derecha mientras Saul Steinberg dibujaba en mi mano izquierda su cara.

Y por qué no, quizás con algún dictador pensando en voz alta, solo por ver cómo funciona un ser enfermo. Me lo tomaría con Meryl Streep, Angela Lansbury, Madonna, Mayra Gómez Kemp, Carlos Areces, Lucía Lijtmaer, Bob Pop, y sobretodo con Georgie Dann que le tienen que quedar dos telediarios y no ha vuelto a sacar canción del verano. Y paro porque hay que poner un tope, pero vamos con la cantidad de gente que me tomaría uno…me hacía una destilería entera.