Rafa Martínez y Vicente Zaragozá son Dos Payos, Ediciones de Arte. Puede sonar exagerado, pero ellos han decidido hacer la revolución a través de la cultura. Quitarle la pátina de elitista al concepto de coleccionar arte y apostar por la coherencia y la difusión antes que por epatar a corto plazo. Van despacio, pero con paso firme y ya son tres las referencias que han publicado. Abrieron su catálogo con Deih y Sr Marmota, y ahora acaban de incorporar una serigrafía del gran Isidro Ferrer. Además, son buena gente y nos han cedido un ejemplar de la misma para que la sorteemos entre vosotros, afortunados lectores.
¿Por qué nace Dos Payos?
Rafa- Yo he sentido siempre una especial predilección por el papel: los libros bien editados y la obra gráfica, en particular. En 2007 fundé una pequeña editorial con Lola Espinosa, de Oficio, a la que dimos el nombre de La Futura, para editar libros cuidados: buenos papeles, impresión con tipos de plomo, ilustraciones en serigrafía y tiradas de sólo cien ejemplares. Publicamos un libro con cuentos de Andrés Neuman y gráfica de Xavier Monsalvatje. Tenemos previsto seguir publicando más títulos, pero sin prisas. Es un trabajo duro que no ofrece recompensas inmediatas y al que, por tanto, no te puedes dedicar en exclusiva a menos que cuentes con una gran cuenta corriente.
Hace poco más de un año le propuse a Vicente, gran amigo con el que me une el gusto por los libros, la gráfica y la música (sobre todo, la música, todo tipo de música, pero también los chistes de Don Pío (de ahí lo de “dos payos”) o el fanzine Mondo Brutto, es decir, un cierto tipo de humor, una actitud ante la vida), decía, hace algo así como un año le sugerí que entre los dos sacáramos un proyecto de edición gráfica. Y aquí estamos.
Vicente- Nos une también el gusto por nadar a contracorriente. Somos críticos, criticones y ácratas. El proyecto nació en parte por hacer algo ilógico, algo que cualquier asesor financiero desaconsejara. Un proyecto vinculado con el arte, y además que se centrase en ediciones cuidadas y a precios populares, sonaba a suicidio. Y en eso estamos, demostrando que hacer lo que a uno le gusta puede ser el mejor proyecto posible.
¿Cuál es vuestro objetivo?
Rafa- En primer lugar, sacar adelante un proyecto que nos entusiasma y que, ojalá, pueda llegar lejos. En segundo, una vez establecidos, ser capaces de sostener un catálogo que aúne a un tiempo calidad y contemporaneidad. Que sea reflejo (en parte, obviamente) de aquello que se está haciendo en la actualidad (y de ahí que de primeras hayamos apostado por la ilustración y el arte urbano, sin por ello limitarnos a unos estilos o tendencias, ni cerrarnos las puertas a absolutamente nada), tratando de apostar por aquello que, además de gustarnos, creemos significativo.
Vicente- Y conocer a gente muy interesante, a artistas cercanos, apasionados por su trabajo y dispuestos a colaborar en un proyecto atípico.
Con vuestro catálogo estáis permitiendo un coleccionismo a precios asumibles. ¿Creéis que el mercado del arte (y no sólo ahora, por las circunstancias económicas que vivimos) está sobredimensionado con unas cifras astronómicas exageradas?
Sí. No hace falta ser un experto para comprobarlo; basta con pegar un vistazo a los periódicos en las páginas de cultura (cuando, por otra parte, debieran ir en las de economía, ¿no?) cada cierto tiempo. Como cualquier mercado, está sujeto a una serie de intereses, legítimos o no.
En nuestro caso, tratamos de que la obra de arte sea accesible para prácticamente cualquier persona interesada. Creemos que puede hacerse si hay una respuesta suficientemente entusiasta, y de momento la hay, y logra mantenerse.
¿Mimáis mucho las obras que ofrecéis? ¿Qué características tienen?
Todo lo que nos podemos permitir, sí. Se trata en definitiva de ofrecer tiradas con buenos papeles de artista y tres o cuatro tintas en formato A2 o A3, para que la cosa no se nos vaya de las manos. Algo sobrio, que prescinda de lujos innecesarios (el lujo siempre nos ha parecido una cosa hortera), otra de las condiciones para poder ofrecer los ejemplares a un precio más que razonable.
También tratamos de que la edición tenga un soporte teórico de algún experto. Para las dos primeras referencias contamos con Vicente Pla Vivas, profesor de Historia del Arte en la facultad de Geografía e Historia de la Universitat de València.
¿Os habéis inspirado en algún proyecto similar?
No, aunque referencias las hay a montones. Desde los libros que NRF Gallimard publicaba a principios del siglo XX con diversas maquetas y papeles (aquellos colofones con la justificación de tirada de cada edición especificando cada papel empleado nos parecen, hoy, piezas de la mejor literatura) hasta la labor que llevó a cabo Estampa Popular (con otras connotaciones, obviamente; nos gusta evocar al Equipo Crónica en plena faena cuando acudían a los talleres de Ibero Suiza) o la editorial Polígrafa, que además de publicar obra gráfica también hacía un trabajo de difusión editando monografías de artistas.
También nos han inspirado otras iniciativas como la que llevó a cabo la revista Sibila, que en sus primeros números, a mediados de los noventa, ofrecía una edición especial con obra gráfica. Con su primer número, para que os podáis hacer una idea, se podía adquirir obra de los hoy consagradísimos José Manuel Broto, José María Sicilia, Nacho Criado y Juan Muñoz. Ahí es nada.
Y, desde luego, el trabajo de entusiastas del papel y la gráfica como Carlos Pérez, al que vimos en la presentación de su libro en el C.M. Rector Peset («Buffalo Bill Romance», publicado por Media Vaca) y cuya muerte estos días nos apena no poco. La labor que realizó en museos como el IVAM y el MuVIM resultaron muy alentadores para muchos de nosotros que, en definitiva, lo que pretendemos es seguir aprendiendo, descubrir aquellas cosas que nos hacen más soportable la vida. El arte y la música son pilares básicos para nosotros, los payos.
Empezasteis con obras de Deih y Sr. Marmota que, si no estamos equivocados, además tenían de especial que trasladabais una obra hecha en pared a un soporte en papel. ¿Cómo se os ocurrió?
La obra de Deih sí que parte de otras que lleva a cabo en los muros del barrio del Carmen. Sr. Marmota sin embargo nos ofrece publicar una pieza inspirada en Godman, un personaje que en aquel momento estaba desarrollando. De este último la intención era igualmente llevar al papel una obra que vimos en la calle Baja, pero finalmente hicimos caso a Sr. Marmota y publicamos «Ask him, he knows».
¿Cómo reaccionaron ellos ante vuestra propuesta?
Muy bien. Les hablamos del proyecto, vieron que era algo serio, que tendría continuidad y todo fue coser y cantar. Nos gusta trabajar con gente con la que nos une una cierta afinidad. Tiene su importancia si uno quiere que las cosas salgan bien. O que, por lo menos, no se compliquen demasiado.
La tercera referencia es una obra de Isidro Ferrer, ¿por qué él concretamente?
Cualquiera que quiera llevar a cabo un catálogo que refleje lo que apuntábamos antes (calidad, contemporaneidad) tiene que contar con Isidro.
¿La obra ha sido realizada adrede?
La obra partió de las propuestas que él nos mandó. Esta en concreto (o mejor dicho, una de sus versiones) la había utilizado para otra en la que había trabajado para el Teatre del Liceu de Barcelona. Teniendo unos orígenes tan musicales, y dada nuestra obstinación melómana, nos quedamos con ella.
¿Qué autores os gustaría que fueran uniéndose al proyecto Dos Payos?
Es una cuestión compleja, porque hay muchos y muy buenos. Ahí precisamente reside la dificultad del editor: saber escoger para conformar un catálogo coherente.
¿Qué podéis adelantar de lo que traerá el 2014?
Estamos trabajando en las nuevas propuestas que llegarán con el nuevo año. No podemos confirmar nada, pero sí decir que nos interesan artistas tan dispares como Cachete Jack, Sebastià Miralles o El Tono.