Isabela Alfaro.

1- La tortilla de patatas del Café Museu merecería un artículo aparte. La descubro gracias a Isabela Alfaro (València, 1977), con quien quedo para almorzar. Llega y saluda a todo el mundo. Clientes y camareras. Durante la última edición del festival Circuito Bucles, casi instaló allí su oficina por la cercanía con el Centre del Carme, una de sus sedes. Isabela es la directora de Bucles. En octubre de este año celebrará su octava edición. El certamen nació cuando ella, «culo de mal asiento», buscaba su lugar propio. «Era una época de boom de festivales y me lancé a montar el mío con la danza como motor. En las tres primeras ediciones conté con la colaboración del coreógrafo Juan Pinillos», pero a partir de la cuarta ya estaba sola al mando. «Hemos ido afianzando el proyecto poco a poco, de forma intuitiva y natural. Partimos de 0€ en las dos primeras convocatorias. En la tercera ya contábamos con 3000€ y a partir de ahí fuimos sumando cada año».

2- Isabela descubrió la danza con 4 años como una extraescolar. La contemporánea siempre le ganó a la clásica en su corazón. Con 18 cumplidos y ambos estudios terminados no encontró salida en València y se frustró consigo misma. «Era muy joven. Tenía la necesidad de hacer otras cosas y estudié Diseño de Interiores. Fue clave porque me enseñó a trabajar minuciosamente en saber proyectar distintos ambientes en los que uno se sienta a gusto, con una coherencia estética, me enseñó a organizarme y a planificar el trabajo. Para mí era como unir la parte escenográfica de una propuesta de danza y llevarla a la realidad». Trabajó en el sector, sin dejar nunca de estar vinculada a su otra pasión, hasta que la crisis le obligó a reinventarse. Hizo un máster en Gestión Deportiva, porque no existía entonces de Cultura, y allí aprendió mucho «de diseño gráfico, de gestión, de la importancia de tener un concepto completo de aquello que hagas. Entendí que todo eso tenía que llevarlo a mi campo, a la danza». Decidió apostar por ello, se puso a trabajar de camarera y a pensar en cómo hacerlo. Hasta que llegó la idea y brotó Circuito Bucles.

3- Le pregunto a Isabela si echa de menos bailar. «A pesar de dedicarme a la gestión, no dejo de considerarme bailarina porque sigo activa como tal, de hecho el año pasado participé en Outfit de Mou Dansa, estrenada en Dansa València». Por su doble condición respecto a la danza es una voz más que autorizada para hablar del panorama valenciano. «Se ha producido un enorme cambio desde la llegada del nuevo gobierno, no sólo por las ganas sino también por el apoyo institucional que ha revertido en salas y entidades favoreciendo la creación y visibilidad de proyectos. Mi máxima admiración a las compañías que se han podido sostener en València y a los locales que no dejan de pensar en la danza». Dentro de ese panorama, Circuito Bucles convive con otras propuestas como Dansa València o el Festival 10 Sentidos. «La convivencia es buena. Bucles tiene su propio espacio, es más batallero y subversivo, mira a las nuevas tendencias y los creadores emergentes». Además del festival mencionado, Isabela se encarga también de otros como Dansant a La Marina, Dansa Torrent, y próximamente aterrizará en Carcaixent. También da clases en la Universitat de València. La suya es, posiblemente, la agenda mejor coreografiada de la ciudad.