Una pareja que trabaja en la misma empresa descubrirá que está en crisis mientras cocina (literalmente) una paella para una comida informal con sus compañeros. Ese es el argumento de Paella (Sala Russafa, del 18 al 21 de mayo), obra de la compañía madrileña Tarambana Espectáculos, escrita por David Fernández Fabu, quien además la coprotagoniza junto a Nerea Moreno, y dirigida Víctor Velasco.

Como indicábamos en la primera línea, sobre el escenario se cocina una paella (o un arroz con cosas), plato que el público podrá degustar a la salida en un encuentro en el hall del teatro con los cocineros de la misma. Una experiencia teatral que se convierte en algo así como gastroescénica y que nos sirve de excusa para pedirle a Fabu que haga ahora el recorrido inverso y comparta la receta de la obra, de esa otra Paella que no se come. Suya es la palabra, suyos son los fogones …creativos:

Como en todo plato gustoso, unos buenos ingredientes son primordiales. Para escribir esta Paella, en primer lugar, puse a maridar una generosa cantidad de amor, una buena dosis de sensibilidad y un chorreón del mejor humor.

Esta Paella la empecé a preparar en mitad de la pandemia y después de la muerte de un familiar. Esta situación colectiva y personal me hizo tomar conciencia de que lo único que merece la pena de la vida es vivirla y, a ser posible, con alegría y con plenitud. Evidentemente, nadie nos dijo que el camino sea fácil, que no haya precipicios, piedras y hasta minas subterráneas esperándonos a nuestro paso, pero, mientras el hálito vital siga saliendo de nuestra boca y quede camino por recorrer, es mejor hacerlo cantando, aunque a veces cantemos por Chavela Vargas y otras por Rafaella Carrá.

Así es que me metí en la cocina y me puse a hacer lo único que sé hacer y lo que me da felicidad: TEATRO. Y picando, batiendo, y triturando esta pasión, este amor por mis seres queridos, por mis mujeres, por mis amigas, por mis amigos y por la humanidad, fueron apareciendo las primeras frases de Amparo y Federico hasta llegar al final de esta comedia metateatral, donde se cocina esta Paella tan absurda y humana como la vida. Una Paella que, desde luego, a los valencianos les parecerá un arroz con cosas o algo distinto a su exquisita y tradicional paella valenciana de conejo, pollo, judía verde y garrofó. Sea como fuere, esta Paella es la mía, es la nuestra, y os aseguro que, aunque no es la tradicional, esta rica. Si no, ya nos lo diréis.

Una vez que todo estaba listo, había que cocinarla y, como todos los que amamos la cocina sabemos, es el momento fundamental.  Podemos tener unos ingredientes de primera, pero sin un equipo en fogones que lo lleve a cabo, el plato no sale.

Porque el teatro es “hecho escénico”, no es literatura; lo mismo que un buen arroz no es una paella.

Y para cocinarla, he tenido la suerte de contar con el mejor de los equipos que podía soñar.

Una actriz maravillosa, Nerea Moreno, con la que llevo guisando toda la vida; Lola Barroso, la mejor iluminadora para esta cocina; Laura Ordás, que nos ha proporcionado un menaje eficaz y bello con su escenografía y vestuario; Amaya Galeote, que nos ha hecho bailar, lo mismo que el aceite chisporrotea con el pimiento; y Momo Cortés, que ha puesto música a esta Paella para que tenga un aroma especial.

Y al mando de los fogones, Victor Velasco, uno de los mejores chefs de este país, con una sensibilidad exquisita, con una inteligencia y un amor por el trabajo fuera de lo común, que hace que el arroz salga en su punto para que todos lo degustéis.

Cómo no, esta cocina tiene un lugar, una casa, y esta casa es Tarambana Espectáculos, con quienes llevo muchos años cocinando. Su labor ha sido capital, sin ellos no hubiese sido posible, sin Nacho, sin Sergio, sin Javi, sin Quique… Sin su corazón y su entrega, no se hubiese producido este plato para que llegue a vuestras bocas.

Y ahora nos encontramos aquí, en la tierra que vio nacer a este plato tan mediterráneo, tan español y tan universal. Porque en el teatro, como en los arroces, lo importante es que los ingredientes mariden bien, que se preparen con amor y que se coman con gusto. Yo os aseguro que con nuestra Paella saldréis cenados, reídos y llorados. ¿Qué más se puede pedir?