Gabriel Ochoa es guionista, dramaturgo, cineasta, director teatral,… Por resumirlo de manera sencilla, es un contador de historias. No le importa el formato ni el soporte, mientras haya una excusa narrativa que desarrollar. Esa pasión por relatar le lleva incluso a indagar en el patio trasero de la creación. Y lo hace tanto desde el punto de vista docente, como organizando jornadas en las que reflexionar en torno a ese hecho. Ahí esta su trabajo al frente de Creador.es o, ahora, dirigiendo, junto a Marián Sánchez Carniglia, el encuentro de guionistas (Masterclass, mesas redondas, secret writer’s room,…) VLC Pitch Forum. Le robamos unos minutos de su apretada agenda para que comparta su columna vertebral, vamos, su ABCD, creativo:

A

Amor

Peter Handke lo definió como “la distracción esencial” en ese libro de cabecera que es Historia del lápiz, uno de esos libros que me han acompañado a lo largo de mi vida creativa. No solo el amor es la base de las relaciones, de las creencias, del día a día, también Handke ha sido un referente por grandes obras de teatro que pervirtieron el sistema como Insultos al público y por ser el guionista de una pieza de orfebrería como El cielo sobre Berlín.

B

Berlín

Me viene muy bien Handke para hablar de tsunami cultural más importante de Europa, Berlín. He viajado un puñado de veces allí y siempre descubro algo nuevo: un restaurante, una exposición, por supuesto teatro, incluso una historia pequeña que tiene que ver con la gran Historia. Tengo, por suerte, casa allí (no mía, de una amiga que me/nos acoge) y suelo ir en fechas de Berlinale, cuando hace mucho, mucho frío, lo que es ideal para ir a cines, teatros, conciertos o exposiciones. Es abierta, con vestigios del pasado y con aromas del futuro, multicultural, erudita, sincera. Allí han nacido muchas ideas que luego he transformado en obras de teatro, o en actividades culturales, en ideas de futuro. Además, siempre me gusta recordar que una de las etapas más creativas de Bowie fue allí cuando se fue a vivir con Iggy Pop y grabó Low. Todo en Berlín es “sound and vision”.

Tengo un proyecto teatral pendiente de escribir y documentar que tengo que hacerlo allí (por la documentación) y nunca veo el momento. Además es una de las ciudades donde me gustaría grabar uno de los cortos del proyecto PAR3NTESIS que llevo rodándolo desde hace años (ya rodé en México DF y Buenos Aires).

C

Cervantes

Podría hablar del escritor, un referente en la historia de la literatura española, y más para un filólogo como yo. Poco se habla de la importancia del Quijote en la narrativa (a mi me fascina la segunda parte y el giro que da), pero en verdad Cervantes es el teatro, el teatro radicado en otra ciudad que amo, Buenos Aires, y que dirige uno de mis maestros de dramaturgia, Alejandro Tantanian.

Desde que Tanta, o Ale, como le llamamos sus alumnos, cogió las riendas del Teatro Cervantes la creatividad ha campado a sus anchas allí. Ya no es el teatro elitista que era antes (lo he visitado en esa época) sino que se abrió a la ciudadanía y a las creadoras y creadores argentinos. Tiene múltiples convocatorias donde da voz a artistas de las provincias, o a la rabiosa juventud creadora (Buenos Aires debe tener censado más de 350 teatros que dan actividad TODAS las semanas), a los referentes escénicos (desde Spregelburd a Romina Paula pasando por performers, autores de texto, etc) y además lleva a los artistas más radicales e incisivos internacionales. Ahora, de hecho, hay un ciclo del creador libanés que pude ver en su momento allí, Rabih Mroué que, junto con Lina Majdalanie lleva un ciclo de sus conferencias performativas que serían ideales poder verlas por tierras valencianas (The pixelated revolution, Sand in the eyes, Photo-romance nº2 y Appendix). La escritura de Rabih es descarnada, única, sincera, abismal. El Cervantes, tal y como lo dirige Tantanian es un referente de trabajo. Larga vida al Teatro Cervantes.

D

Dedo

En la era digital, soy analógico, y cada vez más. Todo lo que podamos hacer con las manos, como pasar páginas, mejor. No me he acostumbrado al e-book (ni creo que me acostumbre). Suelo subrayar los libros, dejar los bordes doblados (páginas de referencia), están muy manoseados. Incluso sigo llevando una libretita encima donde apunto ideas, etc. Aunque ya lo hago en el móvil, me siento seguro apuntando en papel, post-it, libreta, donde sea.

Ahora tengo 300 páginas leídas de El salvaje, de Guillermo Arriaga, un libro de 700 páginas, que cada vez que leo hago dos ejercicios: uno cultural para disfrutar de su lectura y otro muscular levantando el libro. La obra, por lo que llevo, está a la altura de los mejores guiones del autor mexicano, que precisamente traemos desde VLC Pitch Forum a Valencia. Presentará este libro, El salvaje, el sábado 9 de noviembre a las 12 horas en la Biblioteca Clara Santiró i Simó (en La Rambleta) acompañado por el director artístico de Mostra València, Eduardo Guillot. Yo no me lo perdería tanto si os habéis leído la novela como si no. Y el día de antes, masterclass a las 18h, en La Mutant. Ración doble de Arriaga. Yo, voy a seguir haciendo ejercicio, levantando libro.