Fake Life es el nuevo trabajo de la compañía valenciana Mou Dansa. La obra se estrenó en Dansa València el pasado mes de abril y ahora vuelve al Teatre Rialto, del 13 al 16 de mayo.
Si queremos saber el argumento de la obra, nada mejor que recurrir a la sinopsis proporcionada por la propia compañía: «Recibimos continuamente información inconexa que ni siquiera nosotros mismos queremos llegar a comprender. Nuestro nivel de atención es residual y nuestro tiempo en este mundo es cada vez más breve. Pensábamos en un futuro lleno de privilegios de última generación, pero la realidad es que nunca superaremos a la ficción. #FakeLife es esa ficción en la cual creemos vivir y cómo las automentiras, la imposición social y la apariencia se han transformado en la enfermedad de nuestros días».
Pero en Verlanga, queremos ir un paso más hacia adelante y conocer del montaje en primera persona. Para ello, no se nos ha ocurrido nada mejor que preguntar a algunos de los participantes en el mismo. Esto es lo que nos han contado sobre Fake Life. Os aseguramos que todo es cien por cien verdad.
María Sorribes (intérprete): Haber participado en Fake life ha significado como intérprete liberarme de estructuras mentales preconcebidas para lanzarme y estar al servicio de la visión onírica, surrealista y mágnetica del director. El juego, la entrega, la confianza y la diversión han sido claves para afrontar este trabajo. La variedad de estilos y bagajes de cada intérprete nos ha permitido aprender mucho los unos de los otros y el reto ha sido crear algo en la misma dirección a partir de tanta diversidad. Sin duda una experiencia mágica.
Wilma Puentes (intérprete): Fake Life ha sido un viaje a través de un mundo surreal, rápido y a la vez cercano como el de hoy en día. Durante el proceso creativo he experimentado esa relación entre lo físico y lo emotivo, lo individual y lo colectivo, todo desde la sinceridad más profunda y el intercambio de ideas y sensaciones con mis compañeras y compañeros de equipo.
Sergio Navarro (intérprete): Fake Life es la representación de cómo consumimos la vida. Desde un punto de vista ajetreado y frenético o desde el lado más carnal y natural.
Victor Fajardo (intérprete): Fake Life ha supuesto un reencuentro, un descubrimiento y un enamoramiento: un bocadillo de calamares con mayonesa, tortilla de patatas, sepia a la plancha, algodón de azúcar y mejillones en escabeche.
Joan Pinilllos (dirección): Fake Life es la primera obra en la que he disfrutado desde el minuto cero. Un encadenamiento constante de momentos mágicos.
Patricia Gallardo (ayudante de producción): Desde que nacemos estamos programados para que el ser humano nos implante unas realidades que nosotros proyectamos como verdadero y correcto para poder sobre vivir en esta vida. Pero, ¿y si es todo ficticio? Fake Life es un conjunto de singularidades donde te muestra imágenes de que la vida está sometida a esas invenciones, poniendo en el punto de mira la contrariedad de la realidad y lo ficticio. ¿Qué llega a ser verdad? ¿Qué llega a ser mentira? Puede que esa vida ficticia que creamos es una tapadera para mostrar que hace falta un poco de empatía, que podemos suplantar a amigos por la tecnología, que no todos los dibujos o videojuegos enseñan modales, que no podrás mostrar cualquier parte de ti sin ser censurada, que buscarás esa libertad antes de quedarte pegado… Quizá necesitemos esa parte. O quizá no.
Isabel Latorre (espacio sonoro y composición musical): Fake life es un torbellino acústico, una representación sonora de la saturación vital en la que nos encontramos. La música original busca tanto este objetivo como el contrario, ayudarnos a salir del caos y a respirar.
Nacho López Murria (dramaturgia): Creo que el título te lleva a pensar directamente en todo lo que hay detrás de las redes sociales. Pero creo que #FakeLife encaja muy bien para determinar la forma en la que transitamos en este mundo: trabajar, pagar el alquiler, trabajar, pagar deudas, trabajar, trabajar, pagar y morir. Creo que, de alguna manera, la propuesta de Mou Dansa invita a reflexionar acerca de aprovechar el tiempo y no dejarnos arrastrar por él.
Irene Maestre (cover): El proceso creativo, personalmente, lo he vivido con todas las emociones y cambios que a la vista se ven en la pieza. Fake Life es el día a día y no solo de redes sociales. Para mí, la pieza ha tenido un desarrollo fundamental de todos los temas a tratar con una construcción increíblemente inesperada. Creo que es una pieza que no hay que perdérsela porque es real. Los bailarines y actores son muy versátiles y se han sabido adaptar a una investigación totalmente nueva a lo que estaban acostumbrados a hacerla. ¡Son BRUTALES! Juan Pinillos como coreógrafo, con sus ideas en la cabeza, ha sido el líder de hacer esta obra de arte. El equipo ha estado al cien por cien. Para mí, la pieza y todos, como persona, son un regalo.
Txomin Plazaola (vestuario): Ante todo el proceso de creación del vestuario de Fake Life ha sido divertido y ultradinámico, mediante el cual hemos intentando emular cómo nos mostramos en redes sociales, donde los filtros y posts nos ayudan a crear una versión alterada/mejorada de nosotros mismos. Juego divertido y peligroso ala vez. Como todo lo atractivo en la vida. La búsqueda eterna del equilibrio y la medida.
Albert Ramon (diseño gráfico): La vida es un gran Fake y al mismo tiempo ese Fake es el motor de la Life. Y qée fácil es echar la culpa al otro aunque se llame tecnología. Pues puestos a seguir viviendo Fake, que sea con magia ¡¡¡y mucha, mucha purpurina!!!
Ximo Rojo (iluminación): Fake Life es el espejo donde necesitamos miramos a todas horas, ese espejo donde el ser se reduce a un código binario que nos permite entrar en bolsa y cotizar en el mercado de las vanidades, ese no lugar donde las transacciones fluyen a velocidad exponencial y donde el desear sustituye al estar, reducción y sustitución, los dos ejes que atraviesan nuestros cuerpos, que permanecen inmóviles mientras soñamos cómo sería bañarse en un río, tumbarse sobre la hierba o pasear bajo la lluvia.