Cuando llega diciembre es momento de hacer balance del año. En el ámbito cultural valenciano uno de los grandes momentos de 2023 se produjo cuando L’Horta Teatre fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. Un reconocimiento que concede anualmente el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), y que está dotado con 30.000 euros.
El jurado concedió el premio por «una trayectoria de casi 50 años de actividad estable dedicada a las artes escénicas para la infancia y la juventud», donde «se ha consolidado como compañía y espacio de exhibición y producción centrados en la creación de artes escénicas –sin eludir el riesgo-, las residencias, y la atención a la primera infancia, mediante programas escolares y de mediación». El jurado también valoró su trabajo en la difusión de sus producciones a través de «sus giras a nivel local y nacional», así como el apoyo «desde su fundación al valenciano como lengua de cultura, apostando por la autoría y dramaturgia contemporáneas, tanto emergentes como consolidadas, en dicha lengua».
Hablamos con Alfred Picó, director de la sala y miembro de la compañía, del importante galardón, que no ha sido el único recibido este 2023. En los Premis de les Arts Escèniques, en la categoría de Mejor espectáculo para niños y niñas, ganó Croma, una història dibuixada, producción de l’Horta Teatre, que además puede verse en la Sala L’Horta este domingo, 17 de diciembre, a partir de las 12h.
¿Cómo reaccionasteis cuando se os comunicó que habíais ganado el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud?
Con una sorpresa mayúscula, con incredulidad, con muchísima alegría ¡¡¡y alguna que otra risa histérica!!! En este tipo de premios, las compañías de las periferias contamos poco, o al menos no tenemos las mismas posibilidades, no estamos en los centros de poder ni somos mediáticos, y por supuesto hay compañías y personas en nuestro sector de una gran trayectoria artística que se lo merecen tanto como nosotros.
¿Qué supone un reconocimiento así para la compañía y para la sala?
Refrenda el trabajo hecho a lo largo de muchos años, con la única ilusión de hacer cada día mejores espectáculos que puedan interesar, entretener y divertir a los más pequeños y nos anima a seguir trabajando en esa línea de búsqueda de la excelencia.
En cuanto a la Sala, más o menos lo mismo, L’Horta es un proyecto «integral», donde la producción, mediación y exhibición se dan la mano
y caminan juntas.
En la resolución del jurado se hacía mención a que no eludís el riesgo. ¿Sería una buena definición de Horta Teatre? ¿Qué otros rasgos crees que os definen?
La lectura que yo hago del «riesgo», es que no hay cortapisas en la creación siempre que ayude a contar las historias; somos una compañía pionera en la utilización de las nuevas tecnologías en las artes escénicas para la infancia de la mano de Roberto García.
Aunque, a veces, el riesgo es montar un espectáculo nada tecnológico como Horta o Croma, aparentemente sencillos, sin tecnología, pero arriesgados por la propuesta en sí, en un caso un viaje experimental y el otro dibujando en directo…
El resto de rasgos son la utilización del valenciano en toda nuestra producción escénica, el trabajo con dramaturgos valencianos, el tratar de
ser en nuestra sala un espacio de acogida para el resto de compañías que lo necesiten y el empujar para hacer de las artes escénicas en valenciano un referente a nivel nacional del que podamos sentirnos orgullosos.