Si atendemos al argumento de Dont’be cruel (Sala Russafa, del 6 al 8 de mayo), la obra «se plantea como un juego. Sobre el escenario, dos actores y una actriz se transforman en diferentes personajes para recrear situaciones que hablan del acoso escolar, pero también de sus consecuencias cuando el agresor y la víctima se insertan en el mundo adulto, muchas veces repitiendo patrones de comportamiento o arrastrando ciertas dolencias».
Marian Villaescusa firma el texto, Pablo Ricart y José Terol la dirección, y sobre el escenario interpretan a los protagonistas Iván Cervera, Inma Ruíz y el propio Terol. Para saber más sobre el montaje enfocamos directamente a su creación y le preguntamos a Villaescusa, qué es, para ella, Don’t be cruel:
«Cuando La Dramática (Pablo y José) contactaron conmigo para escribir una obra sobre el bullying, me sentí feliz por la confianza que pusieron en mí para su nuevo proyecto. Luego, me dio algo de vértigo. Querían que la obra, pese a lo dramático del tema, tuviera tintes cómicos, como suele ser habitual en las obras que vengo haciendo con mi compañía La Intensa. Pero no encontraba el humor en un tema así, en el que el colectivo vulnerable son menores de edad y, desgraciadamente, acaba muchas veces de la forma más trágica. Como les interesaba que, además, la obra fuera indicada para adolescentes, decidí abrir el tema del bullying a la duda existencial de si el ser humano es violento o no por naturaleza, y así, conectar con la filosofía clásica, darle un uso coherente y práctico. Desde ahí, trabajar la comedia se me hizo más accesible. En ocasiones, la comicidad tiene un punto negro dado por la violencia de algunos textos. Para mí es muy especial sentarme en el patio de butacas y ver como se ha puesto en pie algo que escribí. Deseosa del estreno y de ver el increíble trabajo que seguro han hecho Pablo, José, Inma e Iván»