Foto: Juan Terol.

«1870. Un grupo de colonos llega en el navío El Holandés Errante a una isla, supuestamente para iniciar una nueva civilización, pero se encuentra con que ya tiene habitantes y, lo peor de todo, que padecen la fiebre amarilla. Así que tendrán que encerrarse en la nave a pasar una cuarentena, esperando que el mal remita mientras se entretienen haciendo pan, gimnasia… discutiendo sobre cómo debería ser el nuevo mundo cuando la enfermedad haya pasado». Es el argumento de Y la nave, vuelve! (Sala Russafa, del 17 de diciembre al 10 de enero), de la compañía Arden,  que, aunque situada en el siglo XIX, guarda muchas similitudes con lo que llevamos viviendo desde el pasado mes de marzo.

Chema Cardeña firma el texto y dirige esta comedia que a pesar de compartir personajes con el anterior montaje Y la nave, va?, no es su segunda parte, ni se necesita haberla visto para entender esta. Sobre el escenario, doce intérpretes: Juan Carlos Garés, Iria Márquez, Jaime Vicedo, Darío Torrent, Rosa López, Raquel Ortells, Toni Aparisi, Fran de la Torre, Juanjo Benavent y el propio Cardeña. Y, también, música en directo, versiones del pop rock internacional de las últimas décadas, a cargo de Johnny B. Zero, David Campillos y José Montoro.

En este 2020, la compañía Arden ha cumplido 25 años en activo. Esa efeméride y el estreno de su nueva producción han sido la combinación perfecta para pedirle a Chema Cardeña, que eche la vista atrás para recordar algunas de sus obras. Y, de paso, para que nos hable también de esta última. Empieza la función:

La estancia (1996)

Foto: Sala Russafa.

Fue la primera obra de nuestra compañía Arden, con ella nació, y es quizás la más importante porque dio paso a todo lo que ha venido después. A nivel personal fue mi segundo Premio de la Crítica Valenciana al mejor texto. Recibió muchos otros premios, fue con la primera obra que cruzamos el charco, en definitiva el montaje con la que nos dimos a conocer. Con el reconocimiento después de La puta enamorada se consolidó Arden. Y con El idiota en Versalles cerramos la trilogía, casi gloriosa para nosotros, que nos ha hecho ser como somos y conocidos. (+)

El ombligo del mundo (2004)

Foto: Sala Russafa.

Con ella cerrábamos nuestra segunda trilogía, la Trilogía Helénica, compuesta también por El banquete y La reina asesina. Fue nuestra primera incursión en la comedia política, como la madre de lo que vino años después. Era un homenaje a Aristófanes y fue una obra que escribí en plena crisis por la Guerra de Irak. Hablaba, precisamente, de eso, de una guerra ilegal, de las mentiras políticas, de las manipulaciones. Fue el germen de muchas otras comedias. Con El ombligo del mundo nos llevamos el premio de Teatres de la Generalitat al mejor espectáculo y nos dio muchas alegrías. (+)

RIII (2005)

Foto: Sala Russafa.

Fue la obra que elegimos para celebrar nuestros diez años de compañía. Fue un sueño. Conocida es mi rendida admiración por Shakespeare, ya había hecho obras suyas fuera de la compañía, pero este montaje fue el primero con Arden. Guardo un recuerdo muy muy especial. Un lujazo. Puede que fuera el momento en el que la compañía tuvo más intérpretes sobre el escenario, un proyecto muy ambicioso, estuvimos en todos los festivales importantes de este país (Almagro, Sagunt…). Me dio la oportunidad de dar mi visión de Shakespeare con una obra que yo considero que, quizás, es de las más demoledoras y de las más grandes que escribió el autor inglés. Fue un trabajo muy exhaustivo y muy diferente para la compañía porque era la primera vez que montábamos una obra no escrita por mí, aunque yo hiciese la adaptación. RIII nos dejó muchas satisfacciones porque era un sueño largamente acariciado. (+)

Shakespeare en Berlín (2016)

Foto: Juan Terol.

La estrenamos habiendo superado los veinte años como compañía. Es una obra definitiva en nuestra trayectoria porque después de una trilogía de teatro clásico, de una trilogía helénica, de una obra como Sueña Casanova o Las rameras de Shakespeare, esta era la obra que se acercaba más en el tiempo, hablábamos del siglo XX. Shakespeare en Berlín hablaba de la ascensión del nazismo en la Alemania de los años 30 y, para mí, es un texto muy querido porque era un proyecto que tenía en mente desde hacía más de 20 años y, que por fin, pude materializar. Dio un giro a la compañía, porque aunque siempre habíamos hecho un teatro de autor, reivindicativo y crítico, al acercarnos en el tiempo a la realidad lo hizo más patente. Cinco años de gira y todavía continuamos haciéndola y parece que va para largo. Fue un espaldarazo para Arden que nos permitió que sigamos en la primera línea de este oficio. (+)

8 Reinas (2011)

Foto: Juan Terol.

Fue el primer espectáculo que Arden hizo en coproducción con Sala Russafa. Era un texto que escribí para ocho mujeres, ocho reinas que a lo largo de la historia habían dejado su impronta política y personal, pero que en un momento dado decidí que lo interpretaran ocho actores. Tuvimos la suerte de contar con tres generaciones de actores valencianos sobre el escenario.La acogida fue brutal desde el primer momento. Era muy curioso ver cómo hombres, vestidos de hombres, hablaban y contaban historias de mujeres, con la misma nitidez que si lo hubieran hecho actrices. Un éxito de público que tuvimos que reponer. De hecho, la estrenamos como 7 Reinas y añadimos una más en su reposición. Guardo un recuerdo muy especial de esta obra porque, además, fue mi primer montaje, digamos, experimental, en el que me alejaba un poco de un texto narrativo o más convencional. Aquí había monólogos enlazados, música en directo… El resultado fue muy bueno.  (+)

Alicia en Wonderland (2014)

Foto: Juan Terol.

Un experimento que hicimos Arden con Sala Russafa y que abrió la tetralogía de cuentos políticos. Utilizar cuentos como Alicia, Peter Pan, El mago de Oz… para hablar de la situación política en diferentes momentos de España, de Europa y del mundo. Alicia, utilizando el cuento de Lewis Carroll, nos llevó a un viaje casi lisérgico en el que nos encontrábamos a Alicia por una España muy especial en la que los personajes del cuento representaban todos los estamentos políticos de nuestro país. Utilizamos, por segunda vez, música en directo, esta vez con una banda, con canciones pop. Aportó a la compañía el demostrar que éramos capaces de hacer todo tipo de espectáculos, no solo teatro convencional al uso, sino que arriesgábamos. Cada vez que se ha repuesto, se ha llenado el teatro. (+)

Y la nave vuelve! (2020)

Foto: Juan Terol.

Es el espectáculo que estrenamos estas Navidades en Sala Russafa, de nuevo en coproducción con Arden. Llega cuando la compañía cumple 25 años y el teatro 10. Es una secuela del montaje anterior Y la nave va?, pero que aunque mantiene a los mismos personajes no es una segunda parte. Partimos de lo que nos está sucediendo ahora con la pandemia, con unos personajes encerrados en un barco en cuarentena por una epidemia de fiebre amarilla. Y, aunque como digo, son los mismos personajes, y los mismos actores, y hay de nuevo música en directo, hemos investigado y tratamos otros temas que no se trataron en la anterior entrega. Con Y la nave vuelve! despediremos estos años en los que Sala Russafa ha programado por Navidad este tipo de obras como Alicia en Wonderland, Buscando al Mago de Oz , Viaje a Nuncajamás, La Revelación (Nueva Nuncajamás) o Y la nave va?. Es una despedida digna y alegre, en tiempos muy tristes, con la que pretendemos seguir trabajando, seguir aprendiendo, seguir investigando, que nos viene a demostrar que estos 25 años no han sido nada más que aprendizaje porque este oficio siempre funciona así. No dejas de aprender nunca. Después de 25 años uno se empieza a plantear las cosas con más exquisitez, es más selectivo, y supongo que vendrán espectáculos que esperemos que gusten al público, y que realmente reflejen el espíritu de esta compañía que siempre ha sido el mismo, hacer teatro de autor, hablar del hoy desde el pasado y siempre, siempre, estar cerca del público, porque creo que el teatro se hace por y para el público.