1- Nunca antes el mes de septiembre había tenido para las librerías tanto de reválida escolar. El curso anterior lo consiguieron aprobar a última hora gracias a los lectores que entendieron lo que estaba en juego. «Fue casi como una campaña de Navidad, el mes de julio por ejemplo fue muy bueno», me cuenta Almudena Amador, de la librería Ramon Llull. Reconoce que tenían miedo por lo que pudiera pasar en septiembre, pero la dinámica se ha mantenido. «Los lectores están sosteniendo a las librerías. Es como una revolucion silenciosa y muy efectiva». Ellos han seguido realizando actividades, Paco Inclán firmó ejemplares, Marta Sanz e Ignacio Martínez de Pisón presentaron novelas. Eso sí, aforo máximo de 25 personas, con reserva previa a través de la web. «Una vez comienza el acto se parece bastante a la realidad de antes, pero todos con mascarilla y sin vino posterior. La gente participa mucho. Estamos muy contentos». Le pregunto por los libros que más se han vendido. «La biografía de Woody Allen se vendió como churros y la gente lo sigue pidiendo; El infinito en un junco, de Irene Vallejo, fue un boom; Panza de burro ha gustado mucho; las autoras de la editorial Tránsito cuando publican generan mucha expectación; de Exalación no me quedan en castellano. Nosotros hemos vendido mucho a Pisón, porque lo recomendamos y  lo presentó aquí. Cuando salió Introducción a Teresa de Jesús, de Cristina Morales, que me parece un milagro de libro, una genialidad, se agotó enseguida».

2- La Primera abrió sus puertas en noviembre de 2019 y no tiene ningún septiembre con el que comparar este. Si lo hace con la situación prepandemia, la valoración es muy positiva, «estoy contenta, bastante contenta», afirma Fiona Songel, su responsable. «Tenía un club de lectura y, durante el confinamiento, me esforcé para mantenerlo online, haciendo muchas actividades de escritura y demás, lo fui publicando y la gente lo vio y mostró interés. Ahora tengo 5 clubs de lectura». Confiesa cierta euforia porque en octubre vuelve a tener programación cultural, algo que no ocurría desde febrero, «es una mezcla entre la realidad y las ganas que tenía de que volviera todo».  Destaca, también, el papel que ha jugado (y juega) la gente, volcándose con la librería. «Antes me costaba bastante conseguir que la gente se apuntara a los cursos que programábamos, imagino que porque requiere cierto compromiso, son varias sesiones e implica un pago. Ayer anuncié uno sobre cine que tendremos entre octubre y noviembre y prácticamente está lleno». Por las dimensiones de la librería, Fiona trabaja mucho el encargo, además de la selección personal que tiene en las estanterías. Al preguntarle por los libros que más le han pedido, ríe, aclara que no son los más vendidos, pero que le ha sorprendido «la cantidad de títulos solicitados sobre cómo superar rupturas o El algoritmo del amor: Un viaje a las entrañas de Tinder, de Judith Duportail, consecuencia de la convivencia en pareja durante estos meses».

3- En Bartleby aún no han retomado las presentaciones «y eso se nota», me explica Luci Romero, 50% de la librería. Pero aún así, habla de cierta nomalidad en septiembre, normalidad de la buena. «No hemos notado nada diferente a los otros meses desde que pudimos abrir en mayo. Entonces, fue más potente, claro está, pero no nos quejamos de septiembre. Ha sido un mes bastante normal, tanto de afluencia de gente como de ventas, sobre todo si tenemos en cuenta cómo podía haber sido dadas las circunstancias. No es que esté petado, que tampoco se podría, pero no estamos solos, hay movimiento, igual más los viernes por la tarde y los sábados». Sobre el ránking de los más vendidos, apunta «alguna novedad como Un amor, de Sara Mesa; el cómic sobre Patria, de Toni Fejzula; Panza de burro, de Andrea Abreu, que desde que salió nos lo han pedido bastante y se ha vendido mucho; el Curset, editado por Blackie Books; La vida mentirosa de los adultos, de Elena Ferrante; La soledad del dibujante, de Adrian Tomine…». Escuchar tantos títulos y variados es la mejor certificación de que las librerías han sacado buena nota en septiembre. Y que en octubre, todo debería ir, aún, a mejor, y progresar adecuadamente.