Decir que Clara Pastor (Cambridge, Massachusetts, 1970) es traductora y editora, siendo cierto, es resumir bastante toda su actividad. En 2009 fundó Elba Editorial en Barcelona, dedicada principalmente al mundo del arte y los artistas y al ensayo literario, trabajo que compagina con el de traductora. Pero, además, imparte clases de literatura a estudiantes de Derecho y Empresariales en ESADE. Y también es autora. Publicó Los buenos vecinos (Acantilado, 2020), y en abril de este año saldrá su segundo libro de relatos Voces al amanecer.
Clara Pastor será la invitada de los Encuentros Cañada Blanch, que organiza la Fundación del mismo nombre, el próximo miércoles, 22 de marzo, a partir de las 19h, con entrada gratuita (previa inscripción). También es la invitada a nuestra sección Somos lo que leemos de este mes.
¿Somos los que leemos?
Absolutamente. Hoy se escucha mucho ‘somos lo que comemos’, pero prestamos poca atención a los alimentos del alma. Leer buena literatura te equipa para percibir el mundo de una forma distinta que si no has leído o has leído sólo para adquirir conocimientos funcionales. Leer buenos libros es una riqueza que nunca acaba y un recordatorio de que no estamos solos. Ahora bien, también puede ser un empacho. No es tan importante leer mucho como leer bien. La definición de ‘buena literatura’ y ‘buenos libros’ sería objeto de controversia. Por suerte no es la siguiente pregunta…
Un libro de tu infancia:
Las aventuras de Tintín. Desde que aprendí a leer me recuerdo con uno de los libros de Tintín abierto sobre el regazo mientras merendaba. Tintín en el Congo y La oreja rota eran mis favoritos. Y Hergé anticipó muchas cosas: la pelea por el oro negro, la guerra de los Balcanes…
Un libro de tu adolescencia:
No recuerdo uno en concreto. Anna Karenina, quizás, o el mito de Cupido y Psique. En primero de bachillerato leímos los mitos griegos relatados por Edith Hamilton y ese fue el principio de un interés por el mundo griego que no ha hecho sino crecer.
Un libro de tu juventud:
Un buen partido, de Vikram Seth. Lo leí sólo publicarse, en la edición de tapa dura. Debía de pesar al menos tres o cuatro kilos y los llevé a rastras todo el verano. Era la combinación perfecta para los veinte años de historias ‘inventadas’ (historias de amor y amores contrariados, de familias que se encuentran y desencuentran) con un telón de fondo histórico (la partición de la India, que en esos años me fascinaba).
Un libro actual:
Qué difícil…no leo muchas cosas actuales y las que son actuales no suelen gustarme, precisamente por eso. Nombraría a Coetze; leí Elizabeth Costello hace poco y me impresionó.
Un libro de siempre:
La Odisea, cualquier tragedia griega o cualquier obra de Shakespeare. Para que fuera ‘de siempre’ habría que irse muy atrás.
Un libro por leer:
Don Quijote y Los Hermanos Karamazov. No tengo razones ni excusas; no ha llegado el momento.
Un libro que no pudiste acabar de leer:
De los que me había propuesto leer ninguno. De los que he empezado para ver qué veían otros en ellos, muchos: El código Da Vinci, La sombra del viento, los bestsellers en general…
Un libro que te gustaría haber escrito:
El corazón es un cazador solitario. Admiro mucho a las escritoras sureñas, Katherine Anne Porter, Flannery O’Connor, Eudora Welty y Carson McCullers, autora de El corazón es un cazador solitario. Hay algo en su mundo que está fuera del alcance de aquellos que no lo han vivido de primera mano. Unos personajes marginales, la mezcla de luz y sombra, de una bondad conmovedora con una crueldad incomprensible. Conservan la viveza de los contadores de historias orales y escriben con un estilo que no envejece.
Un libro que te gustaría que existiera:
En este momento no se me ocurre ninguno. ¡Hay tantos que ya existen que quiero leer todavía!
3 cosas que te gustan más que leer:
Andar, nadar, estar con los seres a los que quiero (‘seres’ porque incluye a los perros y otros animales).