Manuel Moreno es editor en Libros Walden.
¿Somos lo que leemos?
Somos lo que leemos, lo que vemos, lo que oímos, lo que sentimos. Somos lo que experimentamos. Pero la imaginación es muy importante, por lo que esos otros mundos, esas otras vidas, que te ofrecen los libros, los cómics o las películas, nos amplían la mente, nos hacen vivir de otro modo. Así que si no somos lo que leemos, lo que está claro es que no seríamos los mismos si no hubiésemos leído lo que hemos leído.
Un libro de tu infancia:
En mi infancia eran tan importantes los libros como los tebeos de Mortadelo, Zipi y Zape o Spiderman. De libros, los que me dejaron mejor recuerdo fueron aquellos con cuyo protagonista me sentía identificado y no tanto aquellos a los que uno podría admirar, como Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain o Momo, de Michael Ende. Pero, sobre todo, los libros de Celia y Cuchifritín, de Elena Fortún. Eran libros de mi abuela, sus copias, libros que había leído ella siendo niña, mi padre y mi tía siendo niños, y allí estaba yo leyendo lo mismo. Creo que eso era tan importante como la lectura en sí, el estar unido a ellos de ese modo, «continuar la tradición», o viajar en el tiempo y estar en otra época. Me gustaría pensar que pueden seguir siendo disfrutados por los niños de ahora, aunque probablemente sea difícil.
Un libro de tu adolescencia:
Mi adolescencia la dediqué sobre todo a leer revistas de música o de cine y cómics, de superhéroes primero y alternativos después, pero si hay que destacar un libro sería Menos que cero, de Bret Easton Ellis, que fue una típica lectura adolescente pero que me abrió la puerta a lecturas más adultas, tanto de lo que hoy se llama ficción transgresiva, como a autores de otras tendencias.
Un libro de tu juventud:
Soy incapaz de decidirme entre Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh y Rayuela, de Julio Cortázar. Retorno a Brideshead por sus personajes, por la relación entre ellos, por el ambiente (esa casa, esa universidad…). Y Rayuela por el juego, por la bohemia, por esa explosión de vida que desprende. Ambas fueron muy importantes en mi post-adolescencia y lo han seguido siendo después, no tanto a través de relecturas como del recuerdo de lo que significaron para mí.
Un libro actual:
«Libro actual» es relativo. Si llego a él ahora, es actual para mí. Lanark, de Alasdair Gray es el último que me ha encantado, pese a tener casi 40 años. Publicado recientemente, quizá Vivan los hombres cabales, de Guillermo Alonso. Y eso por no mencionar los libros que he publicado en estos siete años de editorial. No pretendo hacer spam, pero los libros que publico me gustan mucho todos.
Un libro de siempre:
Leviatán, de Paul Auster. Es de siempre porque podría ser mi libro de los 20 años, de los 30 años, de los 40 años… Lo he leído varias veces y siempre he encontrado cosas nuevas. Sobre la vida, sobre la cultura, sobre cómo escribir… Lo pierdo, lo regalo, se me olvida en mudanzas, pero siempre lo vuelvo a comprar. Me gusta tanto que he leído poco más de Paul Auster por miedo a que algo no me guste y me haga pensar diferente sobre él o este libro.
Un libro por leer:
The Exegesis of Philip K. Dick, los diarios alucinados del escritor de ciencia ficción.
Un libro que no pudiste acabar de leer:
La montaña mágica, de Thomas Mann. Lo he intentado varias veces y no consigo aguantar demasiado tiempo sumergido en él, necesito salir a coger aire. No pienso rendirme, sin embargo. Volveré con bombona de oxígeno.
Un libro que te gustaría haber editado:
Cualquiera de los libros mencionados y los libros que tenemos planeado publicar próximamente en Libros Walden.
Un libro que te gustaría que existiera:
Como le pasa a la mayoría de lectores, hay muchos libros que disfruto tanto mientras los leo que pienso en lo maravilloso que sería poder seguir viviendo con esos personajes y en esos escenarios. Así que, cuando lo cierro, me gustaría que existiera una secuela para ellos (o muchas), pero luego se me pasa y pienso que por qué estropear la experiencia. Es mejor quedarse con el buen sabor de boca que acabar cansado o decepcionado ante malas secuelas.
3 cosas que te gustan más que leer :
Supongo que son obviedades, pero el sexo, comer y dormir me gustan más. Y quitando necesidades básicas, quizá solo el cine me guste más.