Se acercan las fechas navideñas y afloran las listas de regalos. En Verlanga nos preocupamos por la salud y el bolsillo de sus lectores, así que este año hemos decidido ayudaros a hacer la famosa carta a los Reyes Magos. Por un lado, con la suficiente antelación para que nos os agobien las prisas. Y por otro apostando por tres proyectos culturales que necesitan un empujón para hacerse realidad.
Ninot
Los tres números del fanzine Xufa nos parece una de las mejores noticias que ha habido por estas tierras a la hora de recuperar y potenciar el valenciano. La manera que tienen desde Xufa de acercarse a las tradiciones locales debería difundirse y tomarse como ejemplo a seguir.
Ahora es el turno de guiñarle un ojo a las fallas apostando por un Ninot casi exclusivo. Ellos te dan las piezas y tú decides si te apetece más una criatura urbana o una de la jungla. Se pueden hacer más de 100 ninots diferentes. Para poderlo sacar adelante abrieron un verkami con el que ya han cumplido los mínimos. Pero como pasa siempre en estos casos cualquier ayuda adicional siempre es bienvenida.
El nuevo disco de Samuel Reina
Alarms, el primer disco de Samuel Reina, descubrió a un músico de rotunda voz, que basculaba entre el folk introspectivo y las melodías de las escuelas de Nick Drake y Richard Hawley. En aquel álbum asomaba la cabeza una sola canción en castellano. Ahora será el idioma de su nuevo trabajo, Simulacros de naufragio, para el que ha puesto en marcha un crowdfunding con recompensas para todos los bolsillos.
Gabinete Poético
Gabinete Poético fue una iniciativa que desde Vudú Teatro pusieron en marcha los hermanos Jaime y Nelo Sebastián. Consistía en una obra interactiva para un solo espectador. Como ellos mismos cuentan, «el espectador elegía tres objetos de una maleta, le daba tres nuevos significados y el actor improvisaba un poema que acto seguido interpretaba mediante la música y el teatro de sombras». Durante un año fueron recopilando los poemas que surgían y fotografiando los objetos selecionados, material que ahora forma la columna vertebral del proyecto editorial que quieren llevar a cabo para convertir el Gabinete Poético en un libro muy cuidado. Para conseguirlo han recurrido al micromecenazgo, cerrando ese círculo colaborativo que abrieron con los espectadores primigenios.