Lázaro. Foto: Iris Banegas.

«Agarrarte súper fuerte / para que no te caigas / para que no te vayas» cantan los madrileños Lázaro en Amor Lego, la canción que abre su tercer disco, Pigmalión (Autoeditado, 2019). Unos versos que bien se le podrían corear a Pita Sound Prom, promotora valenciana que anuncia que cesa su actividad. Cualquiera que conozca a María Carbonell, responsable de la misma, sabe lo que le habrá costado tomar esta decisión. Su compromiso con la escena musical de la ciudad, desde diferentes frentes, siempre desde la humildad y sin afán alguno de protagonismo, es de matrícula de honor. Por eso esperemos que sea más un hasta-pronto que un adiós.

Su despedida no debería oler a funeral, sino a fiesta, puesto que al mismo tiempo celebran su sexto aniversario. Los mencionados Lázaro y los locales Nomembers serán los protagonistas de la misma. Será el viernes, 20 de septiembre, a partir de las 23h, en el Amstel Art Veles e Vents, con entradas a 6€ / 8€.

La mano que mece a Lázaro es Nieves Lázaro. Estuvo en J.F.Sebastián, forma parte de la banda de Julio de la Rosa y actualmente gira con La Bien Querida. Seis años y tres álbumes es, hasta ahora, el balance de su proyecto personal. El último de sus discos es el Pigmalion al que hacíamos referencia en el primer párrafo. Aunque ya no son aquella banda que se bañaba en aires experimentales de su debut, en el que combinaban inglés, alemán y castellano en las letras y empleaban instrumentos no convencionales como bandejas del horno o cacerolas con y sin agua, sigue firme ese afán por salirse de caminos establecidos, llegando a orientalizar bases de reguetón. Lo que también perdura son las atmósferas oníricas en sus canciones y la rotundidad sonora de las mismas.

De Nomembers ya dijimos en estas mismas páginas que «su disco de debut es como un refugio, un carnet de identidad, un salvoconducto para la eternidad con fecha de caducidad. Sus canciones invitan a inventar etiquetas que rozan, desnudándolas, otras existentes. Pop progresivo, psicodelia acústica, slowcore celestial, dreampop terrenal. En realidad, ¿qué importan?». Al tiempo que describíamos su música como «entrar en una piscina una tarde calma de verano, limpiarse despacio los ojos de cloro, taparse el resol con una mano y disfrutar del lento pasar de los minutos haciendo el muerto sobre el agua, mientras se evoca el pasado y el futuro al mismo tiempo. Sin olvidar lo que se cuenta de los cortes de digestión».