Soy Quique Ramos (Sant Andreu, 1979). Llevo algo más de 20 años organizando conciertos, escribiendo en sitios, haciendo radio y sobreviviendo con trabajos relacionados con la música. He colaborado en medios como Mondo Sonoro, Rockdelux, Nativa o diario Ara; fui redactor jefe de Noisey en España; hice el programa de radio Días de Rubias en Radio Ciutat Vella (con un grupo variable de amigos y amigas) y Raspa en Dublab; participé en El Cabaret Elèctric de iCat FM y en el programa Mixtape de Playz/ RTVE, y formo parte intermitente del colectivo El Bloque TV. Actualmente hago una newsletter sobre música en primera persona, he seleccionado las canciones de pelis como A través de mi ventana o Mi soledad tiene alas y suelo darles la lata a mis amigos con que cualquier día saco un nuevo número del fanzine El Viejo Custer. Hace poco volvía a escribir sobre cómics en 13 Millones de Naves, y ayudé a organizar el festival de cómics Patac, en Lleida.
¿Cuál es el primer recuerdo musical que tienes?
A mis padres les gustaba la música así que no tengo un momento demasiado claro de epifanía. Sí que hay un momento en mi pre-adolescencia que marcó mi relación con la música para siempre. Mis padres nos acababan de explicar a mi hermana y a mí que teníamos que dejar el piso donde vivíamos porque les cambiaban el contrato y no podían pagarlo. Aguantaron estoicamente el chaparrón y cuando acabaron, pusieron “Qualsevol nit pot sortir el sol”, de Sisa y se abrazaron llorando. Eso es lo que puede hacerte una canción, ayudarte a vivir cuando las cosas van tan mal dadas. ¡Y darte esperanza!
¿Cuál fue el primer disco que te compraste?
Sería cualquier bobada de niño. Es posible que obligase a mis padres a comprarme un casete de Europe, o de Whitney Houston.
¿Qué importancia tiene y ha tenido la música en tu vida y en tu día a día?
Mi relación con la música es algo complicada. Por una parte es mi vara de salvación en el día a día. Me ayuda a relacionarme con mi alrededor, me ayuda a ordenar mis sentimientos. Nada tan especial. También es mi manera de ganar el jornal, a veces la odio también, porque todo lo que la rodea suele apestar un poco y a la vez, todo lo que la rodea es tan importante para mí. Si no fuese porque un día descubrí los fanzines, y empecé a relacionarme con las personas que los hacían nunca me habría atrevido a hacer nada. La música y lo que la rodeaba me hizo pensar que era igual de válido que cualquiera, que mis ideas valían, que podía hacer lo que quisiese. Puede ser muy poderosa la música.
¿Qué estás escuchando ahora?
1- hipercor (Tetas Frías)
Comprando vino de cartón en el Hipercor, hartos de la semana laboral. Sin pasta pero con ganas de explotar. Parece una precuela de “La fuerza”, de Kokoscha, con los mismos personajes siendo punks de 18 años.
2- The Age of Self (Robert Wyatt)
Salí agobiado de la oficina y fui a comprar discos. Una actividad que hago más veces de las que me gusta reconocer. Me puse a mirar y encontré uno de los discos que me faltaban de Robert Wyatt ¡bingo! me puse contento al momento. Luego en casa escuchaba canciones de baile políticas como esta, con esa vocecilla alegre hablando contra la edad del egoismo, de las minas de zinc, de las mentiras del consumo. “Me parece que si olvidamos nuestra raíz y nuestras posiciones el movimiento se derrumbará como castillos de arena”, canta. Casi nada.
3- Nick Cave Dolls (Bongwater)
Uno de mis géneros favoritos son las mofas a Nick Cave. No puedo evitar que me hagan una risa terrible. Si viene de parte de Kramer todavía más, quizá la persona que hace mejor música riéndose de la música.
4- L’alcalde ho intentará (Hidrogenesse)
Para inaugurar la Rambla del Raval, una pastelería de lujo regaló al alcalde una rambla de chocolate. La noticia era esta: el alcalde de Barcelona repartiendo la Rambla del Raval con un cuchillo en la mano. Esta canción forma parte de una exposición que recogía los cambios urbanísticos de la ciudad condal desde las olimpiadas hasta el 22 Arroba. Hidrogenesse son el grupo más inteligente que tenemos.
5- Lo que pasó cuando te fuiste (Tronco)
El nuevo disco de Tronco es lo mejor que han hecho y esta es la canción que más he escuchado el último par de meses con diferencia. ¡Está tan bien escrita! La historia de cómo rellenar el hueco que deja una ruptura. “Seguí vida normal pero muy triste. Lo saben todos los que me conocen” es un verso increíble. Los coros de Fermí son especialmente bonitos, los arreglos parecen una cajita de música. Es preciosa.
6- You tore me down (Yo La Tengo)
Me encanta escuchar el Fakebook, de Yo La Tengo en el coche. Llevo escuchándolo media vida y lo puedo cantar de pe a pa. Lo considero mi escuela del rock y como no conduzco me puedo llegar a poner pesadísimo. La cuestión es que esta semana he hecho mudanza, y de camino a mi nuevo hogar escuchamos por vez un millón este disco convencido de que el futuro va a estar bastante bien.
7- I’m open (King Missile)
El último disco que me obsesionó, el They, de King Missile. Lo descubrí medio por casualidad buscando canciones de David Keener. Un disco de 1990 que no había escuchado en mi vida, sigo teniendo esperanza en el pasado. De verdad escuchadlo, está en plataformas.
8- Los trabajadores de la enseñanza (Enrique Jorrín y su orquesta)
Me encantan las canciones sobre trabajo, sobre todo si tienen ritmo de cha cha chá. Esto es música de baile al poco de la revolución cubana, orgullo obrero moviendo cucu y piececillos.
9- Yolando (Rikamichie, Azombike & Asra3)
Más canciones sobre trabajo y sus dinámicas. Aquí son un grupo de tres personas jovencísimas diciéndole a su ex-jefa abusica que le chupen fuerte el erizo. Forman parte del universo de Els Cundits, para mí el colectivo más interesante de Barcelona ahora mismo. Hyperpop DIY siempre brillante y chalado.