Concierto de Los Planetas en enero 1995, uno de los primeros con Tranquilo como promotora.

Tranquilo Música cumple 30 años. Charlamos con sus fundadores, Juan Enrique León y Neus Aulló, sobre sus comienzos, su amor por la música y cómo han dibujado una agenda interminable de directos memorables en Valencia.

Para quien no les conozca personalmente, empecemos por decir que Neus y Juan Enrique (más conocido como Jota) son dos promotores de conciertos bastante peculiares. La proximidad con los artistas y el faranduleo que lleva consigo su trabajo no ha alterado ni un ápice la personalidad discreta, comedida —y sí, tranquila— de estos dos amigos y socios que ahora celebran el 30º aniversario de su alianza. Es un buen momento para volver a echar la vista atrás —ya lo hicimos hace unos años—, recorrer de nuevo los orígenes, y repasar la última década de Tranquilo Música, una promotora a la que hay que agradecer que Valencia figure en las giras por España de multitud de artistas internacionales que de otro modo habrían obviado nuestra ciudad.

Su sello como promotores está en el buen gusto y una apuesta muy equilibrada. Programan —muchas veces asumiendo riesgos que otros compañeros de profesión esquivan a toda costa —a grupos clásicos y consolidados, a formaciones de culto —es decir, importantes dentro de su nicho o género, pero no necesariamente comerciales— y también a artistas jóvenes y en pleno ascenso. Sin Tranquilo Música, la agenda de directos en Valencia sería mucho, mucho más pobre.

Daniel Johnston

Daniel Johnston

Neus con Dominique A.

Jota con Dean Wareham

Para contar la historia de esta promotora nos tenemos que remontar a principios de los años noventa, cuando Juan Enrique, por aquel entonces tenía 22 años, abrió un pub en el barrio de Cánovas de Valencia con su amigo Luis Miguel Rojas. «El año anterior habíamos montado un garito en la playa, en Les Palmeretes, que se llamaba Melero», recuerda. Fueron seis meses de rodaje que les animaron a lanzarse y trasladar la experiencia a Valencia. «Se llamó Tranquilo Niebla por una frase absurda que los colegas nos decíamos en verano», aclara. «El pub se montó en Cánovas porque buscábamos una zona de ocio, y como Barraca Bar quedaba cerca, nos pareció una buena idea». «Al principio sólo era un bar de música y copas, pero un domingo decidimos hacer un concierto y la cosa empezó a ser bastante regular. Pasaron por allí bastantes grupos como La Habitación Roja, La Muñeca de Sal, Los Sostenidos, The Mantis Polar y Los Fresones Rebeldes. También empezamos a autoeditar discos y todo empezó a crecer. Más tarde se sumó Neus», concluye Juan Enrique.

Concierto de Editors en Sala Repvblicca. Foto: María Carbonell

Concierto de Editors en Sala Repvblicca. Foto: María Carbonell

Ely Paperboy Reed en Loco Club. Foto Susana Godoy

Ely Paperboy Reed en Loco Club. Foto Susana Godoy

Jota y Neus se conocieron en el año 2003, en la cafetería del edificio departamental de la Facultad de Economía. Ella estudiaba un postgrado en esa universidad, mientras que Juan compaginaba sus primeros pasos como promotor de conciertos con un empleo en la cafetería del centro. «En realidad yo ya sabía quién era él porque en los noventa yo frecuentaba Tranquilo Niebla, y no tardamos mucho en hacernos amigos», comenta Neus.

Para cuando trabaron amistad, el pub de Cánovas había cerrado y ya se había convertido en una asociación cultural que se dedicaba básicamente a la organización de conciertos. «Recuerdo que cuando nos encontrábamos en la cafetería, Jota siempre me decía que se le escapaban artistas porque no podía dedicarle todo el tiempo a lo que más le gustaba. Así es que, tras darle muchas vueltas, hicimos un plan de viabilidad para un año y ver qué sucedía», cuenta Neus. «Pusimos dinero y nos lanzamos a ello. Eso fue en el 2005, que es cuando la asociación pasó a ser una empresa con una persona dedicada al cien por cien a ello, y cambió el nombre a Tranquilo Música».

Concierto de Sterolab en Moon en 2022. Foto: María Carbonell

Concierto de Sterolab en Moon en 2022. Foto: María Carbonell

Concierto de Tindersticks en La Rambleta en 2022. Foto: María Carbonell

Tindersticks en La Rambleta en 2022. Foto: María Carbonell

«Cuando llegó el Bacalao, yo ya estaba en otras cosas»

Hablamos con Neus y Jota de sus primeras afinidades musicales. Neus era una chica «britpop», fan de Suede, Blur y Pulp, «aunque la música alternativa americana como R.E.M., The Lemonheads y Pixies también me gustaba mucho».

El background de Jota era ligeramente distinto en aquel momento. «Yo venía de ser un asiduo a Barraca desde el 86 en adelante. La música era fundamental para mí. Cuando volvía a casa después de la disco, me dedicaba a buscar por mi cuenta los grupos que había escuchado en la sala. Mis fuentes eran sobre la radio y las cintas que me pasaban mis amigos… Así que de los Smiths, Pet Shop Boys y los grupos oscuros pasé a descubrir, gracias a Paco Grande, a The Waltones, The Corn Dollies… Y de ahí llegaron McCarthy, The Wedding Present, Close Lobsters, los grupos de Sarah Records. La base la tenía, y cuando llegó el Bacalao yo ya estaba en otras cosas. Llegaron Pixies, The Stones Roses, Happy Mondays, el Manchester Sound, Pavement, Teenage Fanclub, Nirvana y el grunge. Estábamos muy al día de las novedades musicales gracias a nuestras visitas a Discos Amsterdam, Harmony y Radical Records. También seguíamos mucho en la radio a Jorge Albi (La conjura de las Danzas), a Luis Calvo (Viaje a los sueños Polares), a Eduardo Guillot (Sigue la Pista) y a Juan Vitoria (Los 39 Sonidos)».

Quivers, diciembre 2024

Quivers, diciembre 2024

«La escena musical valenciana era tan productiva o más que la de ahora» 

«La escena en los noventa era muy productiva; tanto o más que la de hoy en día. Éramos jóvenes y buscábamos los grupos actuales de la ciudad, exactamente como pasa hoy en día con las escenas locales, que estaban siempre en movimiento. En cuanto a las salas de conciertos Jota añade que «en los noventa teníamos aún Arena Auditorium y Garage, pero se fueron cerrando, lo que fue una pena para los grupos grandes. Desde entonces y hasta hoy en día, en Valencia no han vuelto a aparecer salas similares para audiencias grandes. Cuando nosotros empezamos a hacer conciertos estaba Roxy, pero también íbamos a salas más pequeñas como Sala 4, el Colegio Mayor Luis Vives, La Nau, Wah Wah, Loco, Matisse, Black Note, Mogambo… Luego apareció La Rambleta y ahora estamos esperando al Roig Arena».

«En los 90 yo era espectadora y fan de muchos de los grupos que pasaron por la ciudad», comenta Neus por su lado. «Fueron unos años muy emocionantes para mí, ya que los grupos que sonaban en Disco Grande, Los 39 Sonidos o incluso en Los 40 Principales venían a tocar a Arena Auditorium o Roxy. ¡Los podías ver en sala!».

En cuanto al panorama actual de salas de conciertos en Valencia, Neus opina que todavía hay margen de crecimiento. «Nosotros traemos a aquellos artistas internacionales que nos gustan y se ajustan a las características que nos ofrecen las salas que tenemos disponibles en la ciudad. Nos han llegado propuestas de artistas internacionales que no hemos podido hacer, ya sea porque económicamente no se pueden rentabilizar en una sala para un aforo de mil personas o porque la producción que requería no tenía cabida en ninguna de las salas que existen en la actualidad. Con espacios de más aforo en la ciudad se podría trabajar con otros artistas que nos gustaría traer y ahora mismo no podemos».

Con el californiano Chuck Prophet, en febrero de 2019.

Con el californiano Chuck Prophet, en febrero de 2019.

Aunque habéis colaborado con muchos festivales a lo largo de los años (diseñando la programación, por ejemplo), el grueso de la actividad de Tranquilo Música se ha desarrollado en el circuito de salas de la ciudad. ¿Cómo ha afectado a vuestra actividad la proliferación (y desestacionalización) de festivales en la Comunidad Valenciana y regiones aledañas?

Neus: «Mi sensación es que esto ha ocurrido más con grupos nacionales que con internacionales. Cuando yo empecé en Tranquilo en el año 2005, te diría que era un fifty-fifty el número de conciertos que hacíamos de artistas nacionales e internacionales. En estos últimos 20 años se ha producido un incremento en el número de festivales que se han ido desestacionalizando y cuyo perfil casi siempre es el mismo. Hablo de la Comunidad Valenciana, donde se suele apostar por un line-up nacional de grupos que antes hacían gira de salas y con los que trabajábamos, pero que ahora han decidido basar su negocio en los festivales. Al final te tienes que adaptar, y en el caso de Tranquilo esta circunstancia ha hecho que ahora el 90% de nuestros conciertos sean internacionales y solo el 10% sean nacionales».

The Dream Syndicate en Loco Club, octubre de 2022. Foto: María Carbonell

The Lemon Twigs en Moon. Foto: María Carbonell

Actuación de The Lemon Twigs en Moon, diciembre de 2024. Foto: María Carbonell

Sois conocidos, entre otras cosas, por vuestra discreción en el trato y por un modo de trabajar muy profesional y sin salidas de tono. ¿Ha sido siempre fácil mantener ese talante en un sector en el que muchas veces hay que lidiar con artistas, managers, etc., con egos subidos o personalidades excesivas?

Neus: «Creo que nuestra manera de trabajar es un reflejo de nuestra manera de ser. Tanto Juan como yo no somos nada el paripé ni la cosa esta de dejarnos ver con este u otro artista. Y aunque somos divertidos y nos gusta pasárnoslo bien, no somos especialmente nocturnos ni excesivos en nada. Creo que esa manera de ser se refleja en nuestra forma de trabajar de un modo natural, y nos ayuda a enfocar los posibles problemas que surgen en las producciones con más calma sin perder el control de la situación.
Sí que han surgido momentos realmente difíciles, sobre todo situaciones con tour managers de artistas. En estos casos, escuchar y hablar es lo que soluciona los conflictos que pueden surgir en una producción. Siempre hay una solución a cualquier problema».

Nacho Vegas en La Rambleta. Foto: María Carbonell

Nacho Vegas en La Rambleta, febrero de 2022. Foto: María Carbonell

Bodega en 16 Toneladas. Foto: María Carbonell

Actuación de Bodega en 16 Toneladas, en octubre de 2024. Foto: María Carbonell

A la hora de configurar vuestro plan de conciertos, ¿es imprescindible que la banda que vayáis a traer os guste mucho? ¿Cuántas concesiones tenéis que hacer a vuestros gustos personales para que salgan las cuentas?

Neus: «Siempre intentamos traer a aquellos artistas que nos gustan, de otro modo no nos dedicaríamos a esto. Y la verdad es que no planificamos si tenemos que hacer de un perfil o de otro. Sí que sabemos que no podemos rechazar la posibilidad de trabajar con un artista que creemos que puede hacer una buena caja. Pero creo que en pocas ocasiones ha sucedido que ese artista en concreto no nos gustara nada. Concesiones pocas; hacemos todo lo que nos gusta y a eso sumamos alguno que otro que sabemos que puede ser un éxito, aunque no seamos seguidores de ese artista».

En tiempos recientes, ¿qué tipo de artistas y bandas os están funcionando mejor en Valencia?

Neus: «Funcionan mucho los consagrados, porque su público siempre está ahí, aunque estamos viviendo un gran momento con artistas jóvenes que están teniendo una acogida muy buena entre el público más joven, al que creíamos perdido hace unos años. Es el caso de grupos como Bodega, Bdrmm, Quivers o Big Thief, entre muchos otros que hemos traído y tenemos previsto traer».

Actuación de Rodrigo Cuevas en Concerts de Vivers, julio de 2023.

¿Hay algún nombre que se os haya escapado muchas veces, que no hayáis sido capaces de programar en Valencia aún?

Neus: «Sí, hay varios. Uno que nos gusta y se nos escapó fue Future Islands. Estaba confirmadísimo y de hecho llegamos a salir a la venta. En menos de una hora llevábamos casi 100 entradas vendidas. Pasada esa hora, recibimos una llamada de la agencia informando de que el artista se había ido con otra agencia porque tenía una oferta mejor. No nos lo podíamos creer, pero el dinero casi siempre manda. Hay otros artistas que pudimos hacer como Death Cab For Cutie o The War On Drugs».

Jota: «Nos pasó algo parecido a lo que cuenta Neus en 2019 con Fontaines DC. Anunciados y a la venta en Loco Club. Me encantaría tener por aquí a The Innocence Mision, Boygenius, Waxahatchee, Parcels, The National, Close Lobsters, Marika Hackman, Cassandra Jenkins, Codeine, East River Pipe, Paddy McCallon…».

Michelle David & The True-Tones

Actuación de Michelle David & The True-Tones, octubre de 2024 en Loco Club.

¿Qué sensación tenéis cuando estáis viendo un concierto soberbio que habéis organizado vosotros, y al que lamentablemente ha acudido mucha menos gente de la que el grupo merecía? ¿Qué explicación le dais a esto, cuando ocurre?

Neus: «Yo siempre pienso que no saben lo que se pierden, y que a veces esta ciudad no está preparada para ciertos artistas. Aunque no es nada nuevo, la explicación muchas veces es el desconocimiento que existe sobre ese artista. Aunque últimamente me sorprende positivamente la gran respuesta de grupos jóvenes que están funcionando entre el público más joven».

Independientemente de lo rentable que haya resultado, ¿cuál ha sido el concierto más emocionante de vuestra trayectoria como promotores?

Jota: «Imposible elegir uno. Aquí va un listado de muchos: Josh Rouse, Bonnie Prince Billy o Iron & Wine, Nacho Vegas en Black Note, Yo La Tengo, Sammy, Mark Lanegan con Isobel Cambell, Luna, Matthew Sweet en Roxy, Dominique A, Damien Jurado, Coco Rosie con Antony en Luis Vives, Shellac, Superchunk, en 16 Toneladas, Sparklehorse, Laura Veirs, Richmond Fontaine, Daniel Johnston, The Delines o Teenage Fanclub, Lloyd Cole, M.Ward, Gigolo Aunts en Loco Club, Jonathan Richman, The Saints, Chameleons en wah wah, Low, Ezra Furman, Rodrigo Cuevas en Rambleta, Los Planetas, El Niño Gusano, The Ex, Velvet Crush, Diabologum… Y muchos otros, ¡ilusión nunca falta!».

Neus: «Hay muchos, pero uno que recuerdo con especial cariño fue el de Yo La Tengo en 2010. Recientemente me emocionó organizar el concierto de Suzanne Vega».