Antonia ganó el Premio del Público al Mejor Cortometraje en el reciente festival Cinema Jove. Dirigido por Alba Just (València, 1998) cuenta la historia de incomunicación, soledad e invisibilidad que sufre la mujer del título dentro de su pareja. La ópera prima de la cineasta valenciana se rodó el verano pasado, en 16mm y cuenta con Elia Sanmartín y Emilio Linder como principales actores.
¿Cómo y cuándo surge la idea del corto? ¿Cuánto de inspiración hay de ese Esperando a Godot que lee su protagonista?
La idea del corto nace en un momento muy especifico de mi vida. Le di vueltas varias veces a una idea y mi profesora de guión me ayudó a llevarla a cabo. Sin embargo, el proceso ha sido muy largo, no se escribió ni en uno ni en dos meses. Esperando a Godot sirvió a modo de reflexión y aunque sintetizar la obra literaria entera me llevaría más de una respuesta, podríamos decir que busqué plasmar esa espera hacia algo que no llega nunca.
¿Por qué decidiste rodarlo en 16mm?
Para empezar, ya solo a nivel técnico, la película ofrece innumerables posibilidades. Yo soy de las que piensa que el cine debe verse en la gran pantalla y de alguna forma, el digital en calidad no logra superar todavía a la película. Además, creo que el soporte físico que nos ofrece la película es bastante más duradero que un mero disco duro o una nube digital. Al resultado final le aporta una estética muy concreta, pero sobre todo rodar en 16 mm supuso todo un reto. Las tomas debían hacerse correctamente, y con pocas repeticiones porque nos quedábamos sin película.
Hablando del rodaje, ¿cómo fue rodar pandemia mediante?
Por una parte fue enriquecedor ya que todo el equipo (unas 25 personas aproximadamente) estábamos deseosos por salir a las calles y rodar. Además sabíamos que el contexto a nivel cultural de por aquel entonces era bastante desalentador. Por otra parte, tuvimos que tener muchísimas precauciones durante el rodaje, teniendo en cuenta que uno de los protagonistas tenía 72 años, y eso en ocasiones fue agotador. Llevar mascarilla puesta durante casi doce horas al día en pleno verano en València fue asfixiante.
Antonia está protagonizado por Elia Sanmartín y el veterano actor Emilio Linder.
El equipo de producción se encargó de hacer un casting maravilloso donde pudimos reclutar a estos dos grandes actores. Tanto Emilio como Elia son dos grandes profesionales, conocen muy bien el oficio y rodar con ellos fue casi lo más sencillo del rodaje ya que se desenvolvían en plató de forma muy natural.
Una de las virtudes del corto es cómo consigue trasladar el tedio y la incomunicación que vive Antonia en la relación con su marido. ¿Te preocupaba que esa incomunicación pudiera lastrar, narrativamente hablando, la historia?
Yo tengo una filosofía respecto al lenguaje cinematográfico, y es que, aquello que se pueda traducir en imágenes o planos, no requiere de diálogo. Además durante la dirección de actores, Elia y yo trabajamos mucho en como comunicar a través del lenguaje corporal y los objetos de la casa.
¿Tuviste algún referente (cinematográfico: peli, cineastas…) en mente mientras escribías y rodabas Antonia?
Mis referentes fueron sobre todo en la manera y la forma de contar una historia, de forma intimista sobre todo. En este corto, Wong Kar-wai fue un gran referente, admiré como este director le dio un valor diferente a los objetos, como de alguna forma los “humanizaba” tal y como se puede ver en Chungking Express. También quise darle importancia a la estética, tal y como lo hacen directores como el mencionado Wong Kar-wai, Almodóvar, Haneke o Godard.
¿Qué importancia tiene para ti que el corto haya participado y ganado un premio en Cinema Jove?
Para mí ha sido una de las mejores noticias que he recibido a lo largo de estos meses, me hacía mucha ilusión estrenar en casa rodeada del cariño de mi familia y amigos. Gracias a este festival, el cortometraje está teniendo una acogida muy buena en València, de hecho muchos medios se han interesado por él y me siento muy agradecida.