Aitana Sánchez-Gijón en el rodaje de «Madres paralelas». Foto: Iglesias Más.

Sonia Almarcha por El buen patrón, Nora Navas por Libertad, y Aitana Sánchez-Gijón y Milena Smit por Madres paralelas son las nominadas al Goya a la Mejor Actriz de Reparto. Con las tres primeras hablamos de las claves de sus personajes.

Sonia Almarcha (El buen patrón)

Sonia Almarcha con Almudena Amor a su izquierda en «El buen patrón». Foto: Fernando Marrero.

«Llego al personaje de Adela a través de Fernando (León de Aranoa) porque ya había trabajado con él en Amador, y nos encontramos tiempo después y tomando una caña me comentó que estaba escribiendo un guión sobre un tipo que tiene una fabrica de balanzas en una ciudad de provincias, ya te lo pasaré me dijo, hay un personaje que siempre que lo escribo pienso en ti, ya me contarás. Tiempo después me llegó el guión y me ofreció el personaje de Adela. El guión me pareció una maravilla. Me pasó lo mismo que con Amador, Fernando escribe muy fino, no solo escribe la historia, sino también los personajes, por muy pequeños que sean están muy bien dibujados. Creo que el hecho de que sepa trabajar tan bien actoralmente hace que a la hora de escribir dé datos o sutilezas que son casi interpretativos. Eso hace que el trabajo sea muy fácil. Nos entendemos muy bien, tenemos el mismo lenguaje, somos muy puntillositos (risas). Me contaba cosas tan bonitas como que tenía un montón de tomas y no sabía cuál elegir porque en cada una daba matices diferentes y todas le gustaban. Que te diga eso Fernando León de Aranoa es un regalo.

Fue muy fácil trabajar con Javier (Bardem), es alguien a quien admiro, me parece uno de los mejores actores del mundo. Ya nos conocíamos porque habíamos coincidido en clases de Corazza, aunque hacía tiempo que no nos veíamos. Hablábamos el mismo idioma, fue fácil comunicarnos, nunca sentí el peso de estar trabajando con Bardem».

Nora Novas (Libertad)

Nara Novas y Carol Hurtado en «Libertad».

«Cuando llegó el guión de Libertad a mis manos me pareció maravilloso, con todos los elementos para hacer una buena película. Había muchos puntos de vista, muchos personajes, muchas historias, todo muy bien escrito y trazado. Me gustan los guiones en los que no sé bien quién es el protagonista. Otro factor para que me decantara a hacer Libertad fue que conocía el trabajo de guionista de Clara Roquet y todas las películas en las que había intervenido me parecían maravillosas, con un lenguaje y un mundo muy propio, y una forma de narrar muy particular. Tenía muchos referentes con un tipo de cine que a mí me gusta. Cuando hablaba con Clara, mientras preparábamos el rodaje, nos reíamos mucho de situaciones de La ciénaga, de Lucrecia Martel, y de películas de cine argentino que nos gustaban mucho. Estos personajes tragicómicos, que te podías estar riendo, aunque les están pasando cosas tremendas.

El personaje de Teresa, a priori, puede parecer desagradable, es la que tiene los privilegios en ese contexto. Pero es una mujer que intenta vivir lo mejor que puede, su madre está enferma, la cuidadora se lleva mejor con su madre que ella misma, hay dos chicas adolescentes, un matrimonio prácticamente hundido. Vive mucho de la nostlagia, del verano que pasaron en esa casa que están ahora donde todo parece ya acabado, Clara lo describe muy bien al hablar de humedades, puertas que no cierran…

Trabajamos mucho a través de improvisaciones, me dejó aportar todo lo que quería, de hecho hay frases muy de mi familia. Nos pusimos de acuerdo en muchas cosas, entendíamos mucho a esta familia y estos veraneos de la Costa Brava».

Aitana Sánchez-Gijón (Madres paralelas)

Aitana Sánchez-Gijón en «Madres paralelas». Foto: El Deseo.

«Lo que más me atrajo de mi personaje, Teresa, cuando leí el guión, fue lo cercana y lejana que la sentía al mismo tiempo. Cercana en cuanto a actriz apasionada por el teatro como yo, y lejana porque estaba en las antípodas de mi persona en cuanto a ideología o procedencia, esa cosa conservadora que tiene, o en el haber priorizado por encima de todo sus necesidades y su vocación como actriz por delante de la maternidad. La entiendo muy bien en el sentido de que para ella es muy importante la vocación, para mí también, pero siento que una vez que tienes hijos tienes que hacerte cargo, y Teresa no supo hacerlo. Y ni siquiera cuando la vida le da una segunda oportunidad y reaparece, que es cuando la vemos en la película. La mirada tan compasiva que tiene Pedro (Almodóvar) hacia todos sus personajes desde el guión me hicieron comprender profundamente a Teresa, y no juzgarla. La trabajé, también, revisando la filmografía de Pedro, entendiendo cual es el código interpretativo que busca en sus actrices . Hicimos, además, mucho trabajo sobre el guión y me alimenté de lo que él me decía y de las referencias que me iba pasando».