Anna Devís y Daniel Rueda.

Somos Anna Devís y Daniel Rueda, fotógrafos y artistas visuales, aunque puede que alguno de vosotros nos conozca en redes como @anniset y @drcuerda. Nuestros caminos se cruzaron por primera vez estudiando arquitectura en la Politécnica de València pero, aunque somos arquitectos de formación, a día de hoy no construimos edificios sino fotografías. Os contamos.

Todo empezó hace tiempo, cuando todavía éramos estudiantes. Nos encantaba viajar y descubrir nuevas ciudades pero a diferencia de los turistas “al uso” que consultan guías de cada ciudad, los arquitectos solemos prepararnos nuestras propias rutas para visitar edificios que otros compañeros han diseñado: una biblioteca, una vivienda unifamiliar, un polideportivo… Peregrinamos para tocar y ver materiales, y maravillarnos por detalles constructivos que “los grandes maestros” han diseñado. Para que os imaginéis, hay fans que tiemblan al ver a Britney Spears y Beyoncé en concierto (sí, somos hijos de los 90), y nosotros al ver obras de Alvar Aalto o de Le Corbusier.

Durante nuestras escapadas siempre fotografiábamos estas arquitecturas. Y poco a poco, nos dimos cuenta de que mediante la imagen y jugando con la geometría, el humor, la creatividad y el minimalismo podíamos contar historias extraordinarias en lugares ordinarios. En definitiva, podíamos lograr acercar esta pasión que los arquitectos sentimos por las ciudades a todos los públicos. Y pensaréis, ¿pero a qué venía eso de “construir”?

En nuestras imágenes interactuamos con la arquitectura y creamos escenarios que también se apoyan en ella. Todo lo que aparece en nuestras imágenes es real, usamos muy poco retoque fotográfico. Así que para hacer una de nuestras fotografías necesitamos bocetos, planos y materiales, es decir, necesitamos construirla. Como sabemos que es complicado de entender y como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras, os invitamos a que consultéis nuestro trabajo para entender mejor la explicación de la falla.

Nuestra manera de hacer nos ha llevado a trabajar con grandes marcas como Netflix, Disney o Facebook (o mejor dicho, Meta) con las que hemos realizado desde campañas publicitarias digitales e impresas hasta portadas de libros o carteles de festivales, por nombrar algunos ejemplos.

Como responder la entrevista a dos manos nos parecía muy complicado, hemos sido muy democráticos y hemos lanzado una moneda al aire para ver a quién le tocaba contestar. Así que, señoras y señores, Anna a los mandos. Cojan sus vermuts que empezamos:

 

Una canción: Voy a empezar fuerte confesando una “unpopular opinion”: Eurovisión mola. Del festival europeo de la canción siempre salen algunas joyas, y oye, quedar con amigos para verlo siempre resulta divertido. Este año me cautivó la actuación de Islandia, con su canción «10 Years», de Daði Freyr. No tengo claro cómo se pronuncia su nombre, pero las canciones de “Dadi Freir”, como lo llamo yo, me ponen de muy buen humor.

Una película: Daniel y yo vamos religiosamente al cine al menos un par de veces al mes, y una de las últimas películas que hemos visto y que más nos ha gustado es Dune, la del 2021. Visualmente es deliciosa, y no hay nada como ir al cine y salir dando suspiritos y con ganas de comentar la jugada.

Un montaje escénico: El Réquiem, de Mozart, en Les Arts. Ojo, no es una obra apta para puristas, pero a nosotros la escenografía a cargo de Romeo Castellucci nos dejó con el mentón en el suelo: minimalista, colorida y muy impactante. Un regalo para todos los sentidos.

Una exposición: En 2010, cuando todavía era estudiante de arquitectura convencí a mis padres para que fuésemos a Teruel a ver la exposición The End del fotógrafo americano Rodney Smith. (Tampoco quiero que suene a que me costó mucho convencerles, tengo la suerte de que son muy majetes y siempre se apuntan a cualquier plan cultural). El trabajo de Smith fue quizá uno de los detonantes que ha hecho que, a día de hoy, Daniel y yo no construyamos edificios sino fotografías. Es pura magia. Recientemente pudimos disfrutar ambos de su obra en el festival de fotografía de Orihuela Fotomatón y nunca me cansaría de verla.

Un libro: 2020 me ha convertido en el monstruo de los libros. Imagino que como a muchos, la pandemia nos ha despertado el hambre voraz por la lectura y nos ha hecho retomar hábitos para los que nunca teníamos tiempo. En mi mesita tengo ahora Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, y aunque todavía no he llegado a la última página, me voy a mojar y os lo voy a recomendar, porque es de esos libros que uno lee con una sonrisilla. Y bueno, por si hay un giro inesperado en las páginas que todavía me quedan por terminar, os recomiendo cualquiera de los últimos de Juan Gomez Jurado. ¡Aquí una groupie!

Una serie: Aquí me voy a saltar las reglas porque no voy a poder elegir solo una. En casa, además de las películas, también nos chiflan las series. Quizá demasiado. Estamos subscritos a todas las plataformas de streaming habidas y por haber (y esperamos que no salgan más porque a este paso vamos camino a la ruina). Entre mis series preferidas están The Marvelous Mrs. Maisel (Amazon Prime), Unbreakable Kimmy Schmidt (Netflix), Ted Lasso (Apple TV+) o Silicon Valley (HBO).

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato? David de las Heras, aprovecho mi turno de micro para anunciar públicamente que quiero que seas mi retratista. David hace magia con el pincel y los retratos que ha hecho de personalidades para el libro Politico Animal son justamente eso, muy bestias.

Una comida: Últimamente estoy obsesionada con la comida tailandesa, quizá por las ganas de viajar que tiene el cuerpo. El curry amarillo es por ahora mi plato fetiche, pero lo mismo si me preguntáis la semana que viene os digo otro.

Un bar de València: El Bar Ricardo. Sus bravas están en mi lista personal del “Patatimonio de la Humanidad”, y almorzar allí al solecito siempre es un buen plan. Hablando de bravas, las del restaurante Taplà, desconocidas por muchos, también son de lagrimita de la felicidad. De nada.

Una calle de València: La Calle Estameñeria Vieja. He tenido que buscar el nombre exacto, pero os explico un poco para que os ubiquéis. Es una calle que termina en la Plaza del Doctor Collado, pero si continuaseis en linea recta, llegaríais hasta el Mercat Central. Me gusta mucho pasear por allí, siempre está llena de vida y hay uno de esos árboles altísimos que por suerte viven entre los edificios de Ciutat Vella.

Un lugar de València que ya no exista: No sabe, no contesta. Esta me la salto, porque yo ahora me las doy de urbanita pero hasta el 2016 vivía en Albuixech, en l’Horta Nord, y no me veo con autoridad para responder.

¿Con quién te tomarías un vermut? Yo montaría un club del vermut para hablar con mujeres que admiro secretamente. Como cabezas de cartel pondría a Lina Vila, Marisa Gallén o a Sonia Rayos y Silvana Andrés, por mencionar algunas de estas jefazas de las que soy tan fan.