La Diputació expone la obra pasada y presente del creador valenciano Miquel Navarro, Premio Nacional de Artes Plásticas. El Saló de Respecte de la corporación provincial acoge entre octubre y diciembre la muestra Fum controlat. Fumeral, una selección de cerca de 40 piezas del pintor y escultor de Mislata, entre las que se incluyen sus ciudades de terracota, las chimeneas humeantes y retadoras, el interés por el agua y el ámbito rural y el simbolismo fálico que acompaña muchos de los trabajos del artista de la ciudad y el cuerpo humano.
La exposición comisariada por la doctora en Historia del Arte y Cultura Visual Mª Dolores Durán nos traslada al microcosmos concebido por Miquel Navarro entre la huerta y la urbe, con sus fábricas de espigadas chimeneas de ladrillo, el barro, los insectos, los edificios de la gran ciudad y el enigma del humo; un hábitat creativo imbuido de recuerdos de la infancia y la madurez de las formas fálicas como fuente de energía y deseo. Fum controlat. Fumeral podrá visitarse los sábados y domingos, de 10 a 14 y de 16 a 20 horas en la sede central de la Diputación en plaza Manises, con acceso gratuito y hasta final de año.
Dibujos, maquetas y esculturas de madera, hierro y yeso que recorren la trayectoria del creador del ‘Parotet’ y la ‘Pantera Rosa’ desde sus inicios hasta la actualidad, con obras clásicas como ‘La sèquia’ (1976-77) y trabajos recientes, inacabados, como ‘La ciudad blanca’, una pieza de laboratorio que, entre efectos de luces y sombras, refleja la esencia de un artista multidisciplinar que sigue sintiendo y construyendo.
El propio artista define la exposición como “el laboratorio de Miquel Navarro, un recorrido por toda mi trayectoria desde los primeros dibujos de los años sesenta hasta los trabajos que estoy creando actualmente como base de otras obras mayores”. En palabras del propio Navarro, “lo que podemos ver aquí en la Diputación es el alma de mi propuesta creativa, quizá mi lado más poético”.
El recorrido por las etapas artísticas de Miquel Navarro finaliza en una improvisada mini sala de cine en la que se proyecta un cortometraje surrealista de 25 minutos producido por el propio autor. El montaje, con música de César Franck y Sergei Rachmaninoff, es una de las piezas claves de la muestra, si bien “no tiene una estructura narrativa, sino una falsa narración que se alimenta de la lírica del deseo y del trabajo que he realizado en todos estos años”.
La obra de Miquel Navarro no es fácil de explicar de forma categórica, y eso es algo premeditado. En palabras del creador valenciano, “de mi trabajo se puede desprender lo que uno quiera; busco que el espectador razone por sí mismo”.