«Una fiesta anual de las artes escénicas, una ventana abierta a la creación y a la aventura; una plataforma de presentación de nuevos talentos que reúna géneros diversos para diferentes públicos». Así se presenta en su web el Festival Tercera Setmana, una iniciativa de AVETID (Associació Valenciana d’Empreses de Teatre i Circ), que celebra su primera edición del 11 al 19 de junio en Valencia. Llamarse Tercera Setmana y empezar la segunda de este mes, también es una buena declaración de intenciones sobre el carácter poco acomodaticio del certamen.
Con el recuerdo imborrable del VEO en la lejanía y las suspicacias levantadas, en asociaciones como Comitè Escèniques y la PICUV, por las ayudas públicas recibidas, lo cierto es que a su programación pocos «peros» pueden ponerse. Hasta quince espacios de la ciudad han sido involucrados en su celebración, que combina las actividaes gratuitas (guarden en la carpeta de Favoritos «Pelat», del bailarín circense Joan Català; el teatro de calle de La Industrial Tetera o el «Fuenteovejuna» de la Compañía Obskené) con otras de pago.
Entre estas últimas, son varios los nombres propios que habría que celebrar. Como, por ejemplo, la explosiva combinación entre loscorderos.sc y el grupo Za!. No es la primera vez que se juntan ambos talentos. Sin ir más lejos, el año pasado, su unión provocó uno de los mejores momentos del ¿desaparecido? MBC Fest. En esta ocasión, estrenan «Afasians – The Last Conference», con una potente puesta en escena. Igual que «Relic», performance del griego Euripides Laskaridis, principal candidata a dejar, por más tiempo, con la boca y el cerebro abiertos a los espectadores.
Si el Tercera Setmana fuera un festival de música, en su cartel destacarían en letras muy grandes, tanto Carmen Machi como Verónica Forqué. La primera como protagonista absoluta de «Juicio a una zorra», monólogo sobre Helena de Troya dirigido por Miguel del Arco. La segunda, como parte del reparto coral de «La respiración», en el que su presencia sumada a las de Pau Durà, Nuria Mencía o Martiño Rivas, la dirección y autoría de Alfredo Sanzol y el respaldo en la producción de Teatro de la Abadía, la convierten en una garantía absoluta.
No será Machi la única que cargue sobre sus espaldas el peso interpretativo de una obra entera. El estupendo actor Luis Bermejo se pone en la piel de un clown en «El minuto del payaso», un texto que bascula entre el drama y la comedia y que no esconde guiños y homenajes a algunos maestros del género. Por su parte, Xavier Bobés convierte un doble drama personal (los primero indicios de que tanto él como su madre sufren pérdidas de memoria) en material para su espectáculo fotográfico «Cosas que se olvidan fácilmente».
La presencia valenciana en el festival esquiva cualquier cuota absurda y apuesta por montajes en los que poco importa su procedencia geográfica. Además, huyendo de la tentación centralista, vertebran toda la Comunidad, programando tanto «Tempus» (de Visitants, de Villarreal) que llenará algunos mercados de la ciudad con sus arqueólogos portadores de sueños; como «DerreTIMOS», estreno de los valencianos PTV Clowns, clásicos de la escena, que en esta ocasión buscan concienciar sobre el cambio climático con su incofundible humor; o «Sedientos», de los ilicitanos Compañía Ferroviaria, en la que un forense mezcla sus recuerdos personales con la investigación de los cadáveres de dos jóvenes que murieron abrazados.
Si hubiera que hablar de algún territorio como invitado especial del Tercera Setmana sería, sin duda, Galicia. Dos obras, ambas hay que remarcarlas con el fosforescente en la agenda, que certifican el goloso momento que viven las artes escéncias por el Norte de la Península. «Eroski Paraíso», de Chévere, reflexiona, a partir de la conversión de una discoteca en un supemercado, sobre «el desarraigo que arrastró a una parte de nuestra sociedad fuera de su casa, de su paisaje, de su lengua, de sus costumbres, de sus afectos, de su comunidad de origen y de su propia memoria». «Calypso», de Voadora, incorpora un lenguaje contemporáneo, plagado de referencias al «esclavismo» dependiente que vivimos respecto a las pantallas, para intentar dilucidar si la tecnología nos hará libres o no.
Otras tres apuestas ineludibles de la extensa programación (que se puede consultar completa en la web del festival) son «40 años de paz», que disecciona, bajo la dirección de Pablo Remón y con las interpretaciones de Ana Alonso, Fernanda Orazi, Francisco Reyes y Emilio Tomé, la Transición española; el cuplé del siglo XXI de De La Puríssima y «La distancia», debut de la compañía Bacantes Teatro, con dirección del reciente premio Max Pablo Messiez, sobre el tratamiento que reciben algunos alimentos antes de llegar a nuestras mesas.