Fotos: Eva M. Rosúa.

Fotos: Eva M. Rosúa.

Julio Wallovits ganó el Goya a la mejor dirección novel (junto a Roger Gual) por la película «Smoking Room». Cuatro años después seguiría apostando por un cine personal (ya firmando en solitario) con «La silla». Supimos de él por algún montaje teatral («Las listas») que despertó los parabienes de público y crítica. Ahora es el editor de Bricolage Truth, una revista entregada a sentar las bases argumentales de todo tipo de conocimiento. Imposible no preguntarse, ¿cómo llegó una de las promesas del cine español a dirigir una publicación? «(Risas) Bueno, cuando la “promesa del cine español” se frustra frente a los medios de comunicación, esto es lo que pasa. Yo creo que la forma en que los medios están presentando la información no representa ningún aprendizaje para nosotros como ciudadanos. Hoy en día vivimos rodeados de noticias; todo es información. También vivimos inmersos en “opiniones” sobre esas noticias. No necesitamos más de esto. Más de esto nos llevará a la ignorancia, la confusion y, eventualmente, a una falta de compromiso total con lo que está sucediendo en el mundo. Por eso Bricolage Truth pretende ofrecer una perspectiva. O, lo que es más interesante aún, una serie de herramientas para que el lector se pueda construir su propia perspectiva. Con lo cuál (y esto puede parecer extrañísimo), a pesar de que Bricolage Truth es un ejercicio de curación de textos e imagenes ya existentes de cualquier momento de la historia respecto a un tema, yo la veo como una revista de información, de actualidad. Un conjunto de ángulos sobre asuntos que afectan la vida cotidiana y que, cruzados con los hechos que están teniendo lugar en el mundo de hoy, ayudan al lector a comprender lo que está sucediendo desde una perspectiva auténticamente propia».

Ese es, precisamente, uno de los atractivos de la revista. Ofrecer al lector el punto de partida de una opinión, no una opinión. Motivar a la gente a que se componga su propio discurso personal. Algo que puede parecer obvio, pero que en estos tiempos de sobreinformación resulta complicado. «Bricolage Truth es una especie de Kunstkammera, un gabinete de curiosidades, un conjunto de herramientas para que cada uno pueda construir su “pequeño teatro del mundo”, el lugar desde el que mirarlo todo para entenderlo desde una perspectiva realmente personal», puntualiza Julio.

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Para ello se vale de todo tipo de textos e imágenes, actuales o no, que acaban componiendo un mosaico estimulante en el que artículos y fotografías se complementan, reforzando la filosofía de la publicación más allá, incluso, de los propios contenidos de la misma. «Son temas que nos interesan a nosotros. El único criterio real que seguimos es que sean de largo recorrido, que nos den la opción de mirarlos desde muchos ángulos diferentes. Y que no estén demasiado pegados a los hechos protagonistas de las noticias. Por ejemplo, nunca vamos a hacer un WAR issue, como ha hecho Colors en el pasado. Yo creo que nosotros estaríamos más interesados en hacer un VIOLENCE issue, con todo lo que eso ha implicado y sigue implicando en este mundo nuestro», explica Wallovits.

Sin embargo que nadie interprete las palabras anteriores como si el menú de Bricolage Truth estuviera descuidado. Es justo todo lo contrario. Se percibe detrás de cada página un trabajo previo en el que nada es casual. «Los contenidos los buscamos desde dos ángulos diferentes: en primer lugar, todo lo que creemos que puede ser interesante respecto a ese tema, llevando al límite la interpretación del mismo. Por ejemplo THE ACCIDENT, el número que estamos preparando ahora, contiene muchos inventos que se han hecho por accidente y habla también de la importancia del accidente en la creación artística, además de referirse al “accidente físico”, que es su vertiente más obvia. El otro ángulo es el de “qué dijo esta persona que nos interesa respecto a esto”. Es una forma diferente de verlo y nos da un montón de sorpresas muy agradables. Además de mantener el “nivel” de la revista lo más alto posible en términos de calidad».

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La variedad temática de la revista lejos de ser un peligro acaba convirtiéndose en una de sus razones de ser. Hay un tema principal, Los Inicios, que sirve de esqueleto argumental y una estupenda labor de edición que consigue una coherencia absoluta. «Todos los temas que elegimos nos obsesionan. Y si no nos obsesionan desde el principio, luego acaban haciéndolo. Es hermoso ver como alguien del equipo tal vez no se identifica mucho con el tema elegido al principio, pero luego se va metiendo en él, encontrando nuevas textos e imágenes que lo refieren, y se va apasionando como el que más. Hay una auténtica competencia entre el equipo para ver quién va lo más lejos posible del tema, estando todavía en él. Yo creo que el proceso de enganche es un proceso parecido al que hace el lector. Tal vez al principio el tema no le resulta tremendamente atractivo, pero cuando se mete, la riqueza de su “composición” lo va enganchando hasta que está totalmente colgado de él».

Ante la avalancha mimética de publicaciones que últimamente están surgiendo, Bricolage Truth opta, con valentía (justo es reconocerlo), por un modelo totalmente distinto tanto en contenidos como visualmente. «Yo siempre me río con los chicos de Apartamento (para mí una de las revista más importantes del mundo) porque les digo que han creado un monstruo… Mucha gente los copia, especialmente en terminos de diseño. Resulta difícil diferenciar a algunas revistas hoy en día, si bien el mundo de las revistas es uno de los que más sorpresas da en el mundo de hoy. Para mí estaba claro. Si hacíamos una revista, tenía que tener un concepto distinto. Y su enfoque viene mucho del respeto que yo tengo por traer nuevas cosas al mundo. Hay demasiada “creación”. Me interesaba el criterio. Y me interesaba el orden. Me interesaba más lo que el lector pudiera pensar leyéndola que mostrarle lo que pensábamos nosotros haciéndola. Para mí, que siempre quiero escribir, era muy importante no escribir nada en absoluto. No quería mostrar nuestra opinion. Se trataba de reutilizar, de ver lo ya existente como “Nuevo”. Lo Nuevo no es lo recién fabricado, es lo que no es recién revelado. Para eso había que crear un marco, un contexto en el que eso ya existente se agrupara de una manera en la que volviera a tener valor…. Y eso a nadie parece habérsele ocurrido antes. Me encanta cuando los forofos de las revistas nos dicen: “La verdad es que no existe nada realmente así…».

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Y todo ello con un diseño que aunque alejado kilométricamente de lo que conocemos por moderno, acaba resultando, en el buen sentido del término, mucho más moderno que otras publicaciones. «La revista tiene una aire del Este que a mí me gusta mucho. Vlasta Bret, jefe de diseño de la revista, es checo. Buscábamos algo que se pudiera abrir camino en el mundo de hoy, pero que también tuviera esa cosa de permanencia que tienen los objetos de la Bauhaus, por ejemplo. El diseño es intencionado. Y es lindo ver, cuando salimos de Praga, que Bricolage es totalmente diferente al resto de revista que se hacen en occidente». Para comprobarlo, vayan a la Librería Dadá y háganse con un ejemplar.

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