Manolo Tarancón es periodista y músico, pero en el libro Conversaciones con Xoel López, publicado por la editorial valenciana Efe Eme, se pone la bata de cirujano. Y con la misma precisión con que estos operan, él disecciona la carrera del exDeluxe. Minucioso, detallista, muy bien documentado, reconduciendo la charla siempre que es necesario, aprovechando las carreteras secundarias que surgen para hablar de otros temas. Un libro completísimo que interesará tanto a los fans del gallego como a los que no lo son. Porque, en definitiva, la verdadera protagonista de estas páginas es la música.
De la de Xoel López, le hemos pedido a Tarancón que seleccionara tres canciones para ambientar la entrevista que le hacemos.
En el prólogo explicas que como músico siempre has echado de menos más información «acerca de los procesos y menos punto de vista subjetivo, ególatra, al fin y al cabo, de quien acaba firmando».
Sí. Como músico siempre he echado de menos detalles sobre cómo surgen las grabaciones, cómo se producen (sistema analógico, digital, en directo, por pistas, productores que se eligen y por qué….) y es algo que a mí al menos como lector me interesa mucho, sin caer demasiado en la jerga técnica, que no todo seguidor o lector domina. Y esta vez quería que fuera así.
¿En qué crees que ha beneficiado y perjudicado en la elaboración del libro que al mismo tiempo exista un Tarancón músico y otro periodista?
Siempre he sentido vértigo con este tipo de cosas. Lo de ser juez y parte puede jugarte malas pasadas, pero me cuesta mucho separar una parte de la otra. Al fin y al cabo un músico que escribe canciones también es un comunicador. En este caso sí es cierto que me enfrentaba a todo un reto que el propio Xoel resolvió con su cercanía, con su naturalidad. Antes todo esto me afectaba más, pero creo que hay que quitarse complejos y hacer lo que a uno le gusta. Y yo me siento tan comunicador como músico.
Es un libro en el que se vislumbra una documentación enorme por tu parte, que incluso a veces le sorprende a él mismo, ¿cómo fue esa parte del proceso?
Fue un proceso largo y complejo, y sabía perfectamente a lo que me enfrentaba. Xoel no tiene ninguna biografía publicada, y es un músico tan prolífico y ramificado que ordenar todo aquello fue bastante complejo, pero el resultado ha merecido la pena. Me empapé de todo lo que pude, tratando de trazar una cronología con el fin de que él la corrigiera a medida que íbamos tocando temas. Quería darle mucha importancia quizás a la parte menos conocida: sus inicios, sus primeras grabaciones, ubicarlo en Galicia, una zona algo alejada de los núcleos donde todo se cuece pero con una riqueza musical desbordante. Creo que a él mismo le sorprende porque apenas tiene tiempo de mirar atrás, y fue todo un ejercicio, por parte de los dos, de ordenarlo todo correctamente.
También, y se agradece, nunca das una pregunta por no contestada, aunque se haya podido quedar apartada la recuperas.
Jajaja. ¡Gracias! Había cosas que quería tratar sí o sí. Cuando empiezo a bucear, a documentarme, y veo ciertas contradicciones me propongo ponerlas sobre la mesa para conseguir, con el ejercicio de memoria que te comentaba antes, datos fiables y seguros. En un músico como él, con tantos proyectos paralelos, es todo un reto porque hasta él mismo duda. Recuerdo que llamó a su madre para que le confirmara el primer viaje a República Dominicana largo, porque sus padres iban mucho por viajes de trabajo (y de ahí descubre antes de que llegara aquí la música de Juan Luis Guerra). Fui un poco plasta a veces, puede ser, pero es que había datos que no quería que se me escaparan. Pasa lo mismo con uno de los discos de Lovely Luna, que se publica cuando él decide irse a Buenos Aires sin billete de vuelta, y acabamos confirmando que la promo de ese disco se hizo en viajes intermitentes que él hizo a Madrid durante su estancia en Latinoamérica. Y así con muchos otros datos o curiosidades.
Aún así, en el epílogo dices que te dejas muchas cosas en el tintero.
Claro. Me hubiera gustado ahondar más en Lovely Luna, en las canciones que componía para este proyecto, o más en la primera etapa de Deluxe. O en las canciones de su etapa en solitario, de las que sí hablamos. Pero tenía claro que las charlas tenían que ser cara a cara, que es como yo había pensado este libro. También lo ves cuando ya estás trabajando en el primer borrador, editando y editando. Sin embargo, estoy muy contento de haber introducido sus pinitos como comunicador siendo el hilo conductor para National Geographic en una docuserie sobre El Camino de Santiago o sus anécdotas como presentador del programa de la SER Oh, My LOL!.
La trayectoria de Xoel López tiene muchas ramificaciones y a medida que salen en la conversación las vas tratando, sin miedo a perder el tronco central de la charla, que siempre retomas. ¿Tuviste en algún momento temor de que aquellas ramificaciones te superaran, a ti y al relato?
Las dudas llegan en el momento en el que has transcrito al pie de la letra los audios de las charlas, en cómo enfocarlo, si cronológicamente, por temáticas, por los diferentes grupos…. Pero desde el principio tenía claro que quería empezar hablando de su proyecto Combo Viramundo, que es absolutamente el presente pero que ya definen el músico ecléctico que es, atreviéndose a montar hasta esta banda de grandes músicos para divertirse haciendo versiones. Cuando ya lo tienes en la cabeza no suele ser un hándicap, pero sí he de decirte que cuando salía de su casa con tantos datos en la cabeza y en la grabadora veía que podía tener cierta complicación.
¿Sería la mejor definición de Xoel su ausencia de complejos y límites musicales?
Rotundamente, sí. Y él lo remarca mucho a lo largo del libro. La vida es una toma continua de decisiones. Una evolución. Y su primera decisión importante es seguramente empezar a componer en castellano. Y hay un dato curioso. No es hasta que sale como Xoel López, tras su viaje a Latinoamérica, cuando fusiona todo lo que tiene en la cabeza en un mismo proyecto. Si anteriormente en un disco de Deluxe se veía influenciado por Beck, por poner un ejemplo, él necesita, ese mismo año, dar rienda suelta a su parte folk y por eso monta con Félix Arias Lovely Luna. Poco a poco todo va confluyendo en un mismo personaje, por así decirlo, y ahora ya podemos disfrutar discos donde puede haber un merengue, una canción inspirada más hacia los cantautores o muchos más estilos que al final han derivado en un sonido más propio.
A lo largo del libro, hay algunas casualidades o carambolas que acaban jugando a su favor, en parte porque paralelamente hay mucho trabajo por su parte. Como músico, ¿qué papel crees que juegan esas casualidades favorables en la carrera de alguien?
En realidad no creo que nada sea casualidad. Él es un músico inquieto que toma decisiones. Pueden salirle mejor o peor, pero se la juega. No tiene miedo al poner el freno de mano y disolver su proyecto Deluxe sin saber qué vendrá. Creo que además de un grandísimo músico es una persona muy inteligente que sabe perfectamente cómo moverse. Y nunca ha parado de trabajar, en realidad, si no en un proyecto, en otro.
Es un libro que descubre (o recupera) cosas sobre su trayectoria que igual no se conocían como la primera banda de directo de Deluxe con nombres ilustres o los conciertos que hizo como guitarrista con Amaral (y que luego Juan Aguirre hizo a la inversa). ¿Qué te ha permitido este libro descubrir de Xoel López que no supieras?
Pues precisamente este tipo de detalles. Cuando cuenta que su primera banda seria en Madrid, ya con Deluxe, es prácticamente la formación de LaVacazul es increíble. O cuando cuenta que cuando entra en Mushroom Pillow empieza trabajando con ellos como uno más durante unos seis meses. En cuanto a él, más que descubrir, me asombra su sinceridad y naturalidad. El lanzarse a la piscina a hacer cosas que posiblemente ningún otro haría, como pasa con lo de Amaral, donde él mismo se ofrece para ser parte de la banda en una gira en México. Atreverse a veces es complicado. Y él lo hace continuamente.
Hay dos momentos en los que se percibe en ti un disfrute distinto al del resto de páginas. Uno es el capitulo 4, el de las influencias musicales, y otro es cuando hay alguna referencia a instrumentos o sonidos.
Sí, totalmente. Me interesaba toda esa parte. Saber qué escuchaba, qué le influenciaba. Me sorprende que no le atraiga demasiado el universo Neil Young, por ejemplo. Intuía que Love era una banda le gustaba y estaba entre sus referencias, y quería profundizar donde menos sé: los tropicalistas, la música latina…. De hecho me anotaba todo cuando lo transcribía con la intención de escuchar cuantas más referencias mejor. Y me ha descubierto propuestas y canciones que no conocía y que son increíbles.
A lo largo del libro le preguntas por aspectos no musicales. ¿Qué importancia crees que tienen para el lector?
En algunos casos hay vivencias que marcan. La paternidad, por ejemplo, que le deja menos tiempo libre, o el cuadro que tenía en su casa que al final resultó ser clave para entender la portada del disco de Deluxe Fin de un viaje infinito. Siempre trataba de encajar estos temas con consecuencias en su música. En realidad es lo único que me interesaba. Me gustó profundizar en sus gustos literarios porque son fundamentales para entender algunas de sus composiciones, como una de las canciones del segundo disco de Elepahnt Band, que está basada en el cuento de Roald Dahl y su texto Charlie y la fábrica de chocolate. Su amistad con Joaquín Reyes o Julián López, que al fin y al cabo entroncan el humor con la música para acabar hablando de lo gran músico y melómano que es el propio Julián López.
De igual manera surgen otros musicales, pero no centrados en lo que es la música de Xoel, sino sobre sellos, otros grupos, festivales, escenas… que ayudan en algunos momentos a trazar un relato de la situación de la música durante el período del que se habla.
Sí. Me interesaba mucho que el lector conociera los entresijos que hay en una prueba de sonido, que en los festivales hay chequeos y rara vez pruebas largas, lo que suele repercutir en la incomodidad del músico arriba y la calidad de sonido abajo, al fin y al cabo. La diferencia que supone estar en el catálogo de un sello independiente y pasar a una multinacional. Lo que cuesta, cuando empiezas, conseguir sellos que te hagan caso, que quieran publicarte. Me hacen mucha gracia las películas donde se habla de la trayectoria de un grupo y pasan del local de ensayo a petarlo en un gran recinto. ¿Y todo lo que queda en medio? Me resulta muy interesante y rara vez se trata. No sé si es bueno o malo, pero no quería dejarlo de lado. Sobre las escenas, él viene de Galicia, donde había una gran competencia entre A Coruña y Vigo, por ejemplo. Todo eso creo que encuadra geográfica y sociológicamente.
En la revista Cuadernos Efe Eme nº13, Juan Puchades hizo una entrevista a Xoel de casi 30 páginas. Que ya existiera, ¿te hizo dudar de la necesidad de tu libro?
No, porque el universo de Xoel es muy extenso. Pero sí he de reconocerte que en su momento la leí pero no quise releerla cuando empecé a documentarme para que no me condicionara. Al fin y al cabo es una charla de varias horas también, y con un periodista de una calidad asombrosa. Preferí no pensar en ello demasiado, pero obviamente algo condicionaba, sí.
No sé si era parte del objetivo, pero acaba siendo un libro que resulta interesante incluso para quien no sea seguidor de Xoel López.
Es precisamente lo que quería. Que fuera accesible, sencillo de leer y que pudiera interesar a todo tipo de público, teniendo muy en cuenta que el público directo era el de Xoel, claro.
Era tu primer libro, ¿satisfecho con el resultado?
Mucho. Con el resultado y con el proceso. Decir que me lo pasé estupendo sería algo falso, porque hubo momentos también complicados, en la fase de documentación y en la edición, a la hora de plantear la estructura. Pero muy contento con todo, sí. Ojalá haya pronto un próximo.