Estela Sanchis (València, 1988) es librera en la librería Bangarang.
¿Somos los que leemos?
No lo creo. No todo el mundo tiene interés por la lectura y no creo que exista un marcador que distinga a quien lee de quien no lo hace, por tanto no creo que sea esencial en la construcción de la identidad. Sin embargo, sí que creo que todo lo que leemos nos va dejando un residuo que se acaba revelando de una u otra forma, de la misma manera que lo hacen las películas que vemos, la música que escuchamos o las personas con las que nos relacionamos. Somos todo eso y todo lo contrario.
Un libro de tu infancia:
Sin duda, El viajedubi, de Alberto San Juan, que se publicó en la colección Leo Leo. Si no recuerdo mal era la historia de unos niños que se quedaban con su abuelo, y este organizaba viajes imaginarios para entretenerlos. Yo no debía de saber leer aún, pero mi hermano mayor nos lo contaba a mi hermana y a mí, y después organizábamos nuestro propio viajedubi. Llevo años intentando encontrarlo en alguna librería de viejo pero no está siendo fácil dar con él.
Un libro de tu adolescencia:
Leviatán, de Paul Auster. Más allá de la historia, de la cual no recuerdo mucho, me fascinó el personaje de Maria Turner, sus performances, sus excentricidades. Cuando supe que estaba basado en la artista francesa Sophie Calle empecé a interesarme por su trabajo y fue tremendamente revelador. Descubrí que existía un tipo de arte basado en la narrativa, uno que hacía emerger lo extraordinario en la vida cotidiana, y ese fue mi primer contacto con el arte contemporáneo. Algunos años después me matriculé en Bellas Artes, en gran medida influenciada por ese personaje, y desde entonces me han obsesionado las filtraciones entre arte, literatura y vida cotidiana. Así que, contradiciendo un poco mi respuesta inicial, creo que sería una persona completamente diferente si no hubiese leído ese libro. Nunca me he atrevido a releerlo.
Un libro de tu juventud:
Las catilinarias, de Amélie Nothomb. Trata de un matrimonio que se retira a una casa en el campo en busca de paz y aislamiento. Una tarde aparece un vecino para tomar café, y pronto se convierte en una intrusión diaria que trastorna por completo la vida del matrimonio. Le tengo especial cariño porque fue la primera novela suya que leí, y con la que descubrí a una de mis autoras preferidas. Pero también porque descubrí una pasión bastante irracional por relatos de casas invadidas, y empecé a elaborar mi colección imaginaria. Otro libro que nunca me he atrevido a releer.
Un libro actual:
Ahora mismo estoy acabando Brillo, la primera novela de Leilani Raven (editada por Blackie Books), que ha tenido un reconocimiento abrumador y creo que no es para menos. La autora tiene una voz arrolladora y brutal que no deja indiferente.
Un libro de siempre:
Uno de mis libros favoritos es Marcovaldo, de Italo Calvino, editado por Siruela. El protagonista es un tipo melancólico que recorre la ciudad industrializada buscando resquicios de vida natural que encuentra siempre contrahecha, resiliente, liminal. El relato se estructura en torno a las diferentes estaciones del año a lo largo de veinte capítulos con veinte aventuras disparatadas. Es una auténtica preciosidad.
Un libro por leer:
Son muchos, porque unos libros siempre te llevan a otros y al final la pila va creciendo. Pero uno de los que más me pesa, y siempre voy dejando por diversas razones, es Los trazos de la canción, de Bruce Chatwin. Es uno de esos libros que sé que me fascinará pero que aún no ha encontrado su momento.
Un libro que no pudiste acabar de leer:
No pude acabar Locus Solus, de Raymond Roussel. Como muchos seguidores de Vila-Matas, quien lo tiene por uno de sus libros de referencia, yo también corrí a buscarlo a una librería de lance, yo también puse mucho entusiasmo en sus primeras cien páginas y lo acabé abandonando extenuada. Es una derrota que me duele un poco porque siento que me pierdo algo brillante.
Un libro que te gustaría haber escrito:
Me gustaría haber escrito Video Green, de Chris Kraus (editado por Consonni), porque me gustaría ser Chris Kraus. Cuando leo sus libros, si se prepara una taza de café voy corriendo a prepararme otra. Me fascina su forma de entender la literatura, entre la autoficción y el ensayo sobre arte, sus comportamientos casi performáticos, su forma de imbricar arte y vida, de explorar el caos.
Un libro que te gustaría que existiera:
Me cuesta saberlo porque tengo la impresión de que pocas veces elijo lo que leo de una forma muy consciente. Me gusta coger un libro sin saber de qué va y descubrirlo sobre la marcha, por tanto me gusta que existan todos los libros que aún desconozco.
3 cosas que te gustan más que leer:
Me gustan más que leer las cosas que me hacen sentir lo que siento cuando leo. Viajar a sitios en los que no he estado antes, por ejemplo. Me encanta que me cuenten historias que no conocía. Y también esos momentos en los que surge lo inesperado en mitad de un día anodino.