John Lee Hooker, John Cale, The Waterboys, Los Secretos, Wilco, Vinicius de Moraes,… Así arranca el documental BRO (Javier Azcona y Alexander Santaniello, 2020), sobre el músico y dibujante Carlos Carrasco, con una sucesión de portadas de discos de los artistas mencionados (y otros más). No es solo una manera de mostrar sus cartas, sus influencias, sino también de plasmar quién es y cómo es, musicalmente hablando, gracias a una suma progresiva de todos aquellos álbumes y los que vinieron después. Es importante saber hacia dónde se va, pero nunca olvidar de dónde se viene.
«La música es un lenitivo, una cosa que te hace bien. Cuando transmites eso se abren las puertas del cielo por un ratito», nos contaba Carlos, hace ya un tiempo, en una entrevista, en la que reivindicaba (también) la pasión para tocar y la emoción como motor. Todo eso se respira en un corto que muestra al creador como un artesano. Carrasco lo ejemplifica bien, como se puede ver en la película, construyendo una mesa o componiendo canciones.
El músico valenciano reconoce el poder que tuvo el Harvest de Neil Young en él, lo que le encandila el poder narrativo de las canciones o los viajes como materia inspiradora. Como dice Víctor Palau (Gràffica) en el documental, Carlos Carrasco «es un artista atípico, casi hace las cosas para sí mismo, las hace porque se siente feliz con lo que hace». Si no pasa nada, en primavera llegará su sexto disco que se titulará BRO, como este corto documental, que podéis ver, simplemente, dándole al play: