Una lengua (el !xóõ) que tiene vocales, consonantes … y chasquidos; otra (la garífuna) con palabras que solo usan las mujeres y palabras que únicamente utilizan los hombres; otra (el cingalés) que no distingue entre género masculino y femenino, y sí entre animado e inanimado.
Historiazas como la del manés, lengua de una pequeña isla del mar de Irlanda que perdió a su último hablante en 1974…hasta que un señor en Chicago dijo que él también podía hablarla…y hoy lo hacen cerca de dos mil personas.
Adictivas curiosidades como que la palabra más larga del mundo tiene 189.819 letras, que la onomatopeya de la risa en tailandés se escribe 555 o que la lengua de señas oficial en Nicaragua tiene su origen en la que inventaron unos niños y niñas con sordera en el recreo de su colegio.
Son algunas de las joyas lingüísticas que se pueden encontrar en Lenguas del mundo, escrito por Paco Inclán, ilustrado por Joan Negrescolor y editado por la valenciana Litera. Un libro fascinante para leer, aprender, descubrir… sobre la diversidad, no solo idiomática, sino en general, más necesario ahora que nunca que hay tanto pensamiento ultra empeñado en que no sea así.
Para hablar con Paco Inclán (autor también de Tantas mentiras, Incertidumbre, Dadas las circunstancias) optamos por el castellano, ante la imposibilidad de entendernos en romanche (la hablan solo el 1% de los suizos) o en cebuano (la segunda lengua con mayor presencia en Wikipedia).
¿Empezaste a documentarte para el libro o ya coleccionabas estas informaciones sobre las lenguas?
Me interesa mucho todo lo relacionado con las palabras, el lenguaje. Llevo varios años dando clases de español a personas migrantes y refugiadas y me gusta que las lenguas maternas de mis estudiantes también estén presentes en el aula: les suelo preguntar por sus refranes, expresiones, onomatopeyas, modismos… ¿Cómo se dice “hacer la pelota” en turco, “piel de gallina” en ucraniano o “me suena a chino” en chino? Obviamente no funciona la traducción literal, lo interesante es que en cada lengua existen modos distintos de expresar ideas, sentimientos y emociones similares.
¿Cómo surge la idea de hacer un libro con todo ello?
Lenguas del mundo surge un sábado por la noche en el que me entra un mensaje por el chat de Facebook. Es Juan Romero, editor de Litera Libros. Me pregunta si conozco de alguien que pudiera escribir sobre diversidad lingüística. No sé si fue una forma indirecta de proponérmelo, habría que preguntárselo, pero el caso es que me postulé de inmediato, el tema me entusiasmaba. Y empezamos con un libro en el que hemos querido plasmar esas diferentes formas de nombrar el mundo. Y quizás también de percibirlo, aunque con esto hay más debate.
Más allá de los capítulos en que se divide el libro, ¿qué criterio seguiste para seleccionar los contenidos?
Se trataba de hacer una publicación que realmente reflejase la diversidad lingüística del planeta. Era imposible dar cabida a las siete mil lenguas que se calcula que existen actualmente, pero sí deberíamos abarcar una representación de esa diversidad, desde todos los continentes, reseñar las muy habladas, pero también las que solo cuentan con un puñado de hablantes. Además, hemos querido contar con las lenguas artificiales, las silbadas, las de signos, las desaparecidas, las recuperadas… Era importante que esa diversidad fuese patente. Y eso implicaba obtener información sobre lenguas que están poco estudiadas, así que tuve que rastrear y preguntar mucho. También queríamos que estuviese dirigido a un lector global, que alguien de Dublín o Casablanca pudiera interesarse por su contenido; eso exigía ampliar la mirada más allá de la mía propia. Litera apuesta por la proyección internacional de su catálogo. De hecho, una editorial ya ha comprado los derechos para publicar Lenguas del mundo en ruso. Y Litera también ha publicado Llengües del món, su versión en catalán. Ojalá lleguen más traducciones.
¿Cómo te has ido documentando para descubrir tantos datos tan peculiares?
Tengo contacto frecuente con hablantes de hindi, persa, lingala, árabe, ucraniano, kurdo, chino, entre otros idiomas. Aquí quiero agradecer a Reena, Saba, Tarif, Sasha, Katalay, Shiwan, entre otros, por su predisposición para responder a mis cuestiones relacionadas con sus lenguas maternas. Otra información la fui rescatando de algunos libros sobre temas lingüísticos o de Internet, pero intentando contrastarla con varias fuentes para ser lo más riguroso posible. Circula mucha información incorrecta por la Red que se propaga por el corta-pega sin verificar. El tema de las lenguas está muy abierto a interpretaciones y me preocupaba que pudiésemos errar con algún dato. Acabé buscando páginas en idiomas que desconozco, como el finés o el coreano.
¿Qué dato / historia fue el que más te sorprendió?
El libro tiene como base compartir la sorpresa ante algún hallazgo. Es como decirle al lector: “oye, mira, mira, lee esto”. Me interesa mucho rastrear el origen y recorrido de las palabras, ver cómo algunas han ido cambiando de significado a lo largo del tiempo. Escuela, por ejemplo, proviene de un término que en griego antiguo remitía a “ocio, tiempo libre”. También me gustan esas palabras en las que es posible saber cuándo y quién las empleó por primera vez. A esos estudios se les conoce como onomaturgia. Por ejemplo, nostalgia aparece por primera vez el 16 de junio de 1688 en la tesis de un estudiante suizo de medicina. Y me chiflan los autoantónimos, esas palabras que significan una cosa y también su contraria. En hindi emplean la misma palabra para ayer y mañana. O el salado uruguayo, que igual lo emplean para expresar “¡qué desastre!” o “¡qué maravilla!”.
El libro tiene algo de antídoto contra el ombliguismo, es como una invitación a conocer otros mundos, culturas, viajar, a abrir los ojos y ser conscientes de todo lo que hay ahí fuera. ¿Es intencionado?
Sí, claramente. Más allá de planteamientos morales, para mí la práctica de la diversidad es también goce y disfrute. Mi escritura está relacionada con la búsqueda, la curiosidad, el desplazamiento. Hemos tratado de darle un tratamiento horizontal a todas las lenguas, que las más habladas estuviesen al mismo nivel que el malgache de Madagascar o el sonsorol que se habla en las islas Palaos. No considero que haya lenguas mejores ni peores, ni más o menos valiosas. Su estatus está relacionado con cuestiones demográficas, económicas y políticas, pero a nivel lingüístico todas tienen el mismo valor y así hemos querido reflejarlo.
En otras ocasiones hemos hablado de lo que reescribes cuando escribes. En este caso, la depuración del texto ha debido ser aún mayor por el espacio que ocupan la mayoría de textos, y la sencillez que emanan. ¿Cómo ha sido este trabajo?
Pues arduo. El perfil de Litera va dirigido a un público muy amplio, desde niños y niñas a personas adultas interesadas en los temas que tratan cada uno de sus títulos. Había que emanar sencillez sin caer en la simpleza. Ser riguroso sin caer en la solemnidad o en la acumulación de datos insulsos. Poder contar anécdotas, curiosidades, historias con un enfoque informativo pero que a la vez resultase entretenido.
¿Qué relación crees que guarda Lenguas del mundo con tus libros anteriores?
Mi interés por las lenguas ya está reflejado en los libros que he publicado con Jekyll&Jill… en Dadas las circunstancias, por ejemplo, salgo en precipitada búsqueda del último hablante del erromintxela o paso una noche en una de las mayores bibliotecas esperantistas del mundo. De alguna manera con Lenguas del mundo he podido seguir trabajando desde esta curiosidad por la geografía y el lenguaje.
¿Cómo fue el trabajo con Joan Negrescolor? ¿Qué crees que aportan sus ilustraciones?
Considero que Joan ha hecho un trabajo exquisito que aporta belleza e información al libro. Él recibió mis textos y los interpretó desde un lenguaje visual que aporta nuevas lecturas. Me gusta mucho que sus imágenes no caigan en los estereotipos con los que suelen reflejarse ciertos lugares del planeta. Sus ilustraciones se centran en aspectos relacionados con la comunicación y el lenguaje. Aprovecho para felicitarle por su trabajo.
Seguro que tienes mucha más información sobre las particularidades de las lenguas del mundo. ¿Hay intención de publicar un segundo volumen más adelante?
Pues eso no depende solo de mí, a ver cómo funciona este. Yo sigo investigando, profundizando en las posibilidades narrativas del lenguaje. Para mí no es solo la herramienta para contar historias, considero que también atesora las suyas propias. El tiempo dirá si de este proceso de investigación surge otra publicación o algo en otro formato. De momento sigo tomando apuntes. Y justo ahora salgo para Madrid a un congreso de lingüística. A ver si entiendo algo.
Lenguas del mundo se presenta este martes, 20 de junio, a partir de las 19h, en la librería Bangarang. Y el domingo 9 de julio (a las 12.30h) dentro de la programación del festival Los Libros Incorrectos, organizado por Escuela Selecta de Escritura.