Mendizabal. Foto: Jorge Bellver.

Mendizabal es el primer músico que repite en nuestra sección Una a una. Y no es casual. Su forma de hablar de sus composiciones derrocha mimo, pasión e información y consigue (ese el objetivo, al fin y al cabo, de este apartado) que la escucha de sus temas alcance como otra dimensión. Lo hizo cuando su segundo álbum, Disparo revelador, y vuelve con La madriguera del valiente, su nuevo EP de cinco temas.

Editado por La Viejita Música, el nuevo trabajo se grabó en el estudio Río Bravo; Xema Fuertes se encargó de la producción, las mezclas y el master y de tocar unos cuantos instrumentos; y Mendizabal (guitarra acústica y voz) estuvo, además, acompañado de Virginia Iranzo (violín), Víctor Vila (batería) y Cayo Bellveser (bajo y contrabajo). Pero habíamos quedado que sería el propio músico quien nos hablaría de su disco, así que allá va, canción a canción:

1- Cicatrices

Compuse «Cicatrices» tras el confinamiento y tardé bastante tiempo en terminarla, hice la primera parte y tenía clara más o menos la línea melódica del resto de estrofas pero me atasqué. Un par de meses después escribiría la segunda parte y finalmente la letra del estribillo, su melodía fue lo primero que me vino a la cabeza, pero se había quedado en un tarareo hasta el final. Otra curiosidad es que en un principio no era un estribillo doble como acabó siendo, fue en el estudio donde decidimos doblarlo y cambiar de orden del «contigo, conmigo» en el primer verso del estribillo por el «conmigo, contigo» en el nuevo segundo verso.

No tenía pensado que fuera la primera canción del EP, pero tras hacer un sondeo con las mezclas de cuatro de las canciones entre mis más allegados decidimos que era la idónea para un primer impacto, fue votación popular en realidad, y me pareció bien. La participación de Virginia Iranzo al violín y de Xema Fuertes al banjo son clave para que acabara sonando así de …¿folk?.

La canción es una reflexión sobre el dicho “la experiencia es un grado” sobreentendido de manera errónea como algo meramente positivo, habla de la cara oculta de dicho bagaje.

2- Está mal

Es la primera que compuse para este EP y, sin duda, la más madura de la colección antes de empezar a grabar con Xema, ya la había probado en directo un par de veces antes e incluso había grabado una primera versión en casa de Manolo Tarancón a los mandos del sonido.

En cuanto empezamos a trabajarla en el estudio fue adquiriendo sabor a club y madera, recuerdo a Xema haciendo hincapié en que debía llevar un ritmo firme, se levantó y empezó a hacer ¿air drumming? marcando bien los golpes de caja, transmitiendo también la carga chulesca que debía tener la canción. Por eso Víctor Vila empieza solo, en este tema manda su caja, manda Víctor.

Antes de la votación de allegados la idea era empezar el EP con «Está mal», pero ahora me encanta que aparezca después, es de mis preferidas y el único momento del trabajo en el que aparece la armónica; tuve claro desde el primer día que la canción terminaría con el primer instrumento que empecé a tocar (tras la flauta y el txistu por motivos académicos), me gusta mucho que en la segunda vuelta se vaya apagando con el fade out final.

En este caso no hay línea argumental, es una lista de comportamientos erróneos como no mojarse en asuntos en los que habría que hacerlo, actuar bajo los efectos de condicionantes emocionales negativos, recrearse en situaciones invariables del pasado o lo que es peor, acostumbrarse a vivir herido.

3- La madriguera del valiente

Es una de las canciones en las que más he tirado conscientemente de influencias, quería componer una canción utilizando la técnica dylaniana de alargar la tensión antes del estribillo y lo intenté, me pone la carne de gallina «One step up» de Bruce Springsteen y quise que la canción tuviera un pequeño giro hacia la misma melodía vocal, aunque provocara un cambio de tempo que a más de uno he hecho sudar, a más de dos incluyéndome a mí, …perder el miedo a perder el tren, también lo intenté y disfruté bastante.

La canción empezó “jugando” con una combinación clásica, simple y bella de dos acordes que siempre me ha gustado y que me recuperó «Everybody hurts» de REM, sonó el temazo y comprobé que dicha combinación se repetía en todas las estrofas, fue el inicio de la Madriguera, la que luego daría nombre al trabajo. En el estudio cambiamos entre otras cosas un Re mayor por un Re mayor séptima y cambio el color del estribillo, Cayo Bellveser se sacó de la manga otra línea maestra y Virginia puso la guinda con su violín.

Cuando se pierden batallas, cuando se toca fondo, en los malos momentos, es importante tener el valor de no seguir adelante y encontrar un refugio en donde sentirse a salvo, para poder meditar, comprender y sanar, …es de ser valiente. Parece el anuncio de un fin de semana de retiro espiritual, pero de eso va la canción.

4- Brandy

En un principio la canción se llamó «El gerente», pero tras conocer y fotografiar para la portada al protagonista de su historia decidí llamar a la canción con su nombre real.

Brandy era sin duda el más espabilado de la numerosa cuadrilla gatuna del barrio y enseguida se empezó a ganar privilegios en el taller de mi amigo Naza. Al poco tiempo, el audaz felino contaba ya con cuencos específicos para su alimentación e iba escalando posiciones hasta ser nombrado gerente por el propio luthier; la última palabra en todo lo concerniente a telecomunicaciones y seguros era suya.

Una mañana entró en el taller un señor que se identificó como el dueño de Brandy. Tras haber seguido a su gato unos días había comprobado que llegaba siempre al mismo destino, así que ya presentado y tras una plácida negociación llevada a cabo en el mismo taller, decidieron no cambiar rutinas y reforzar colaboraciones. A partir de ese momento, Brandy supo entre otras cosas que solo tenía que salir hacia su casa a la hora de comer para que Naza, cumpliendo con su trato, le siguiera y llamara por él a su puerta. Y eso hacían a diario.

Una de las “extradecibélicas” noches falleras nuestro protagonista desapareció asustado y tras una fructífera campaña realizada en las redes sociales avisaron al luthier de que lo habían localizado a bastantes kilómetros de casa, tras varios angustiosos días todo volvía a la normalidad. Cuando le conté esta historia a mi amiga Esther (Ela Vin) me pidió que la convirtiera en canción…y salió «Brandy».

5- Remedios

Se trata de la última canción que compuse para este EP, de hecho ya teníamos grabadas los 4 cortes ya comentados y en un principio el trabajo se iba a cerrar así, pero cuando la hice tuve claro que debía volver al estudio e incorporarla como cierre, sin «Remedios» gran parte La madriguera del valiente había terminado meses antes, pero sin ella no habría sido lo mismo.

Mi propósito era inicialmente hacer algo similar a un bolero, que luego no fue, pero al menos dicho propósito hizo que la canción se saliera un poco de mi línea compositiva habitual. La escuché muchísimas veces antes y después de grabarla, me gusta mucho.

Remedios, Estela y Candela son la misma persona en tres etapas de recuperación distintas. La protagonista de esta canción buscó refugio como medida de salvación, fue sanando y se incorporará de nuevo al mismo o a otro lugar si quiere, cuando quiera y como quiera, de ahí que brinde consigo misma, por seguir entera y por quererse más.