Paula Usero (València, 1991) fue galardonada en el reciente festival Cinema Jove con el premio «Un futuro de cine», un reconocimiento que «augura en cada edición del certamen, un porvenir de éxitos a intérpretes de la nueva generación de la industria audiovisual».

La actriz valenciana cuenta con dos películas en su filmografía, ambas dirigidas por Icíar Bollaín, El olivo (2016) y La boda de Rosa (2020), por esta última fue nominada a los Goya y a los Premios Feroz. Además, ha participado en la serie Amar es para siempre y en estos momentos tiene pendiente de estreno la cuarta temporada de #Luimelia, spin-off de la anterior. En Cinema Jove, también presentó el cortometraje Cuando haces pop, de Kevin Castellano y Edu Hirschfeld, donde no solo da vida a una de las protagonistas, sino que debuta en el campo de la producción.

Pocos premios con un nombre tan alentador como Un futuro de cine

. Además, lo has recibido en València, en Cinema Jove.

Es el primer premio que me dan. Este año he estado nominada a un montón y no me dieron ninguno. Estoy impresionada de que haya sido en mi ciudad, me hace mucha ilusión. Y encima en Cinema Jove, toda mi vida he venido al festival, he visto mil cosas, para mí era como el verano.

Hace dos años, cuando hicimos La boda de Rosa, yo decía que me daba rabia que en València no se me conociera. No es porque quiera que la gente me conozca, sino porque no me conocen a mí ni al resto de mis compañeros que nos hemos formado aquí. Hablando con ellos, les decía que este premio reconoce la intuición, la valentía, la lucha y la constancia de todos nosotros cuando la gente que nos rodeaba nos decía que no iba a ser posible. El nombre del premio impresiona, estoy un poco abrumada. Más que augurar un futuro está recompensando unas sensaciones que he tenido a lo largo de estos años en los que pensaba que quizás podía estar equivocada, pero había algo que me latía muy fuerte y que me decía que tenía que seguir.

Este año, como dices has recibido nominaciones en los Goya, en los Feroz, ahora este premio, continúa el éxito de #Luimelia. ¿Cómo convives con ese reconocimiento para no dejar de tener los pies en el suelo?

Odio el mundo fama. No me gusta que me paren por la calle y que me reconozcan. Para mí es muy importante mi privacidad y mi paz. Cuando vuelvo a Madrid de algún rodaje, o de algún viaje de trabajo, me refugio mucho en mi hogar, estoy días sin salir, necesito como quitar el ruido, porque me desestabilizo muy fácil. La fama no me interesa nada. Lo que quiero es seguir trabajando, hacer cosas nuevas, historias que me interesen.

Detrás de este reconocimiento no hay que olvidar que hay mucha formación por tu parte.

La formación es muy importante. Me da mucha rabia cuando se contrata a alguien por sus redes sociales. Están frivolizando la profesión y tirando por tierra a toda la gente que hemos estado 4, 5 ó 6 años formándonos y que seguimos haciéndolo, para no quedarnos atrás y para encontrar nuestra identidad como actores, y esa otra gente ha llegado y ¡pam! Premiemos la formación y los años de lucha, me da pena cuando no es así. Luego hay gente que tiene un talento innato a la que no le hace falta formación, pero hay otra que no y solo por ser una persona con seguidores le dan el trabajo.

Dentro de esa formación, ¿curte una serie diaria como Amar es para siempre?

Ha sido una escuela. Cuando me preguntan por mi formación añado el haber trabajado en la serie. Es increíble lo que se curra ahí. Yo he estado tres años y me marché porque no tenía vida social. Terminaba los viernes y estaba tan cansada que si salía, sabía que el sábado iba a estar reventada y el domingo tenían que estudiarme el papel. Llegó un momento en el que decidí que no podía más, que no era vida, la serie me quitaba más de lo que me daba y tenía que seguir creciendo como actriz.

¿Están menospreciadas las series diarias en el sector?

Absolutamente. Yo me he peleado por ello, a punto de pegarme una vez, en un estreno en Callao. Estábamos en el bar de atrás, donde se va siempre al acabar a tomar algo, y un tipo empieza a decir que él no quiere hacer series diarias porque son una mierda y con él no van. Yo le dije si se daba cuenta del tipo de actor que era, que yo estaba en una serie diaria y que ojalá él trabajara en una para que aprendiera un poco. Icíar Bollaín, cuando hice el casting para La boda de Rosa me preguntó dónde había estado todo este tiempo y le dije que en una serie diaria, y en el Festival de Málaga conté esta misma anécdota porque creo que hay que reivindicar el trabajo en las series diarias, aprendes a ser como un tetris, a modificarte con lo que te vayan pidiendo. Y luego notas que te sientes mejor rodando, que vas más segura a los castings… Para mí estar en Amar es para siempre me ha permitido después tener mucha seguridad y ser muy resolutiva.

Comenzaste muy pequeña en el mundo de la publicidad. ¿Hubieras sido actriz sin ese pasado?

No lo sé. Todo pasa por algo. Esto empezó a marcar mi vida, un camino que iba a tener que recorrer en algún momento, y que ha llegado ahora en la etapa de los 25 años en adelante, pero ya venía resonando de antes. Luego está el impedimento social, de la familia, cuando dices que quieres ser actriz. Vengo de una familia muy humilde, estudié todos los años en la ESAD becada, recibir el premio también premia todo eso. No todos venimos de la familia ideal de artistas y lo hemos mamado en casa.

Has trabajado en dos películas y las dos dirigidas por Icíar Bollaín. ¿Eran muy diferentes la Paula de El olivo y la de La boda de Rosa?

Sí. En La boda de Rosa fue muy distinto, tenía mucha más confianza. Ya me daba menos miedo hablar con Icíar y proponerle cosas. Yo también era otra, había cambiado mi manera de ver el mundo y de relacionarme con la gente. En El olivo era una niña, quizás, muy reactiva a todo y con un carácter muy fuerte de protección para sí misma y con mucho miedo al dolor, al desengaño y a la destrucción del resto. En La boda de Rosa era otra, la Paula de ahora. Me resultó muy fácil hacer un personaje así. Trabajar con los niños me dio la vida. Fue extraordinario. Me emociono cuando lo recuerdo.

¿Y la relación con Icíar Bollaín también fue distinta?

Icíar estaba como malita cuando hicimos La boda de Rosa. Pero siempre ha sido una mujer muy fuerte, de armas tomar, con las ideas muy claras, y con ganas de contar las historias como ella las vive y las ve. Es superconcisa para darte órdenes.

Ahora debutas en la producción con el cortometraje Cuando haces pop, en el que también eres una de las protagonistas.

Kevin (Castellano) y Edu (Hirschfeld) habían escrito el corto y nos encontramos en una situación en la que tuvimos que asumir la producción porque no teníamos de donde sacar el dinero, no nos habían dado las ayudas, nos habían intentado engañar…, era como que había que hacerlo porque nos hacía ilusión, no podíamos meterlo en un cajón y dejarlo allí.

Actriz, productora, ¿y directora?

Sí me gustaría dirigir. Contar una historia con mi propia mirada. Que igual luego no sale bien, pero sí me gustaría poder hacerlo.

En el corto formas parte, junto a María Caballero, del dúo musical Las Hermanitas de la Calidad, ¿el grupo tendrá vida más allá de la película?

Existen en el corto e interpretan la canción de la banda sonora. Nos daba pena que se quedara en Cuando haces pop y solamente se escuchara cuando se viera el corto. Nos pareció que era buena idea, darle a estas hermanitas, Ruth y Alicia, la posibilidad de estar en spotify y demás plataformas, y que la gente pueda disfrutar de la canción, porque creo que es una música que nos ha representado a todos en algún momento, que tiene influencias, por ejemplo, de Los Fresones Rebeldes, que era un grupo que me apasionaba cuando era más pequeña y también hoy en día. Que vayas por la calle y la puedas ir escuchando. Hicimos sesiones de foto de Las Hermanitas de la Calidad y puede que haya cierta confusión, pero en realidad no hay más.

 No vamos a montar un grupo.

¿Qué actrices tienes como referentes?

Cate Blanchett es magnética, me tiene loca. Nathalie Poza es otra bestia. O Enma Suárez. Y Patricia López Arnaiz me fascina también, la manera que tiene de contar. Y me gusta mucho la evolución de la carrera de Penélope Cruz, que igual hubo un momento como que sí pero no, y ahora me interesa bastante lo que hace ahora.